Julio Herrera y Obes (1842-1912). El primer presidente civil de Uruguay sin asonadas militares

Julio Herrera y Obes (1842-1912) fue un destacado abogado, periodista y político uruguayo que dejó una huella profunda en la historia política de su país. Presidente de la República entre 1890 y 1894, Herrera y Obes tuvo un papel determinante en la consolidación de la estabilidad institucional uruguaya en tiempos convulsos, destacándose por ser el primer mandatario civil de Uruguay que gobernó sin que se produjera ningún intento de golpe de Estado. Su vida estuvo marcada por un compromiso con la causa liberal, la lucha contra el autoritarismo y una activa participación en la reorganización del Partido Colorado, pilares que definieron su legado.

Orígenes y contexto histórico

Julio Herrera y Obes nació en 1842 en Montevideo, en el seno de una familia influyente. Su padre, Manuel Herrera y Obes, ya era una figura relevante en la política uruguaya, lo que permitió a Julio desarrollarse en un entorno en el que la política era un tema cotidiano. Desde muy joven se inclinó por el estudio de las leyes, obteniendo su licenciatura en Derecho por la Universidad de Montevideo, un título que le permitió convertirse en uno de los abogados más prestigiosos de la nación.

El Uruguay del siglo XIX estaba inmerso en una constante tensión política, donde los conflictos entre Partido Colorado y Partido Blanco marcaban el pulso del país. La participación de Herrera y Obes en este contexto reflejó su espíritu liberal y progresista. Además de su faceta como abogado, destacó en el periodismo con colaboraciones en periódicos liberales como El Siglo y como socio fundador de El Chubasco, medios que le sirvieron para defender sus ideales de libertad y democracia.

Logros y contribuciones

La carrera política de Julio Herrera y Obes se caracterizó por su versatilidad y capacidad para ocupar cargos de relevancia en momentos clave para la historia uruguaya. Su primera gran experiencia en la función pública llegó durante la Guerra de la Triple Alianza, cuando fue nombrado secretario del presidente Venancio Flores (1865-1868). Esta guerra, que enfrentó a Uruguay, Argentina y Brasil contra Paraguay, marcó un momento crucial para el joven político, quien demostró su capacidad de gestión y compromiso patriótico.

En 1872, Herrera y Obes fue designado ministro de Asuntos Exteriores durante la presidencia de Tomás Gomensoro, mostrando un alto nivel de competencia en la defensa de los intereses uruguayos. Sin embargo, su verdadera consolidación política llegaría con su respaldo a la presidencia de José Ellauri (1873-1875), líder del grupo reformista conocido como los principistas, que buscaba una modernización de la estructura estatal y la defensa de un gobierno civilista.

Su apoyo a los principistas no estuvo exento de riesgos. Tras el golpe de Estado de Pedro Varela en 1875, Herrera y Obes fue forzado al exilio. Primero recaló en La Habana y luego en Estados Unidos, donde no cesó en su lucha contra los regímenes autoritarios de Varela y de Lorenzo Latorre. Desde el extranjero, articuló redes de oposición que posteriormente serían decisivas para el futuro político de Uruguay.

Su retorno se produjo en 1880, tras la caída de Latorre y el ascenso de Francisco Vidal al poder. Herrera y Obes se convirtió entonces en un protagonista central en la reorganización del Partido Colorado. Su compromiso y visión lo llevaron a ser designado ministro de Gobierno durante la presidencia de Máximo Tajes (1886-1890), consolidando su reputación como político íntegro y hábil.

Momentos clave

A lo largo de su carrera, Julio Herrera y Obes atravesó varios momentos determinantes que marcaron el devenir de la política uruguaya. Entre ellos, destacan:

  • 1865-1868: Designado secretario del presidente Venancio Flores durante la Guerra de la Triple Alianza.

  • 1872-1873: Ministro de Asuntos Exteriores en el gabinete de Tomás Gomensoro.

  • 1873-1875: Apoyo a la presidencia reformista de José Ellauri y defensa del civilismo.

  • 1875-1878: Exilio tras la dictadura militar de Pedro Varela y Lorenzo Latorre, organizando la resistencia en La Habana y Estados Unidos.

  • 1880: Retorno a Uruguay con la llegada de Francisco Vidal al poder, iniciando la reorganización del Partido Colorado.

  • 1886-1890: Ministro de Gobierno durante la presidencia de Máximo Tajes.

  • 1890-1894: Presidencia de la República, consolidando la estabilidad institucional sin asonadas militares.

  • 1897: Destierro a raíz de la «revuelta blanca» encabezada por Juan Lindolfo Cuestas.

  • 1903: Regreso definitivo tras la llegada de José Batlle y Ordóñez al poder, retirándose de la política activa.

Durante su mandato presidencial, Julio Herrera y Obes implementó políticas destinadas a contrarrestar la grave crisis económica que afectaba a Uruguay. Su capacidad para establecer un gobierno bicolor en coalición con los nacionalistas permitió aplacar las tensiones y sentar las bases para un Uruguay más estable y con instituciones consolidadas. Este acuerdo entre colorados y nacionalistas fue clave para evitar enfrentamientos internos que habían caracterizado épocas anteriores.

Uno de los logros más destacados de su gestión fue la consolidación de la orientación civilista que había iniciado su antecesor, Máximo Tajes. Con ello, se afianzó el principio de un gobierno civil y democrático, dejando atrás los fantasmas de los golpes militares y los regímenes autoritarios.

Relevancia actual

La figura de Julio Herrera y Obes sigue siendo relevante en la historia uruguaya. Su presidencia marcó un antes y un después en la consolidación de la democracia y el respeto por las instituciones civiles en un país que había sido sacudido por décadas de enfrentamientos entre facciones rivales. Su capacidad de diálogo y su visión de un gobierno inclusivo, representado en el gobierno bicolor, son recordadas como un ejemplo de cómo la política puede superar las divisiones y las crisis.

Herrera y Obes también es recordado como un político de convicciones firmes y un hombre que supo mantenerse fiel a sus ideales liberales. Su vida política, que incluyó el exilio y la reorganización de su partido, refleja un espíritu de resiliencia que todavía inspira a generaciones posteriores de políticos uruguayos.

Por su legado, Julio Herrera y Obes es considerado un precursor del Uruguay moderno, un hombre que entendió la importancia de la institucionalidad y la democracia en tiempos donde estas parecían utopías. Su presidencia, exenta de golpes militares y revueltas armadas, fue un punto de inflexión que permitió al país avanzar hacia la consolidación de un Estado de derecho.

Bibliografía

  • BETHELL, Leslie. Historia de América Latina: América del Sur (1870-1930). (Barcelona: Ed. Crítica. 1992).

  • VV. AA. Historia de Iberoamérica. Historia Contemporánea. Volumen nº 3. (Madrid: Ed. Cátedra. 1988).

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Julio Herrera y Obes (1842-1912). El primer presidente civil de Uruguay sin asonadas militares". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/herrera-y-obes-julio [consulta: 15 de junio de 2025].