Taizong o Li Shimin, Emperador de China (599-649).
Emperador chino de la dinastía Tang, nacido en 599 con el nombre de Li Shimin y fallecido en 649, ascendió al trono imperial en 626, sucediendo en el mismo a su padre Gaozu, el fundador de la dinastía. Considerado uno de los periodos políticamente más brillantes de la historia de China, el reinado de Taizong se caracterizó por la consolidación de las bases del régimen creado por su padre y el comienzo de su expansión militar exterior, una vez restaurado el orden en el interior. Asimismo, es uno de los soberanos chinos más ensalzados tradicionalmente por la historiografía de su país, que resalta sus extraordinarias cualidades de gobernante, tanto en la faceta política como militar, aunque tiende a obviar el hecho de que usurpó el poder de forma violenta.
Li Shimin adquirió una valiosa experiencia de gobierno ya desde adolescente, cuando fue la «mano derecha» de su padre, Gaozu, en la tarea de pacificar y unificar China después del convulso periodo de enfrentamientos internos que siguió a la caída de la dinastía Sui. Apoyado por el ejército, en 626 llevó a cabo un golpe de Estado en el que después de deshacerse físicamente del resto de herederos al trono obligó a su padre a abdicar en él, dando comienzo así a un periodo de esplendor del Imperio Tang que se prolongó durante más de un siglo. Inteligente, emprendedor y culto, el nuevo soberano se rodeó de un eficiente equipo de ministros y consejeros que llevó a la práctica el ideal confuciano (véase confucianismo) del buen gobierno -no en vano, sus contemporáneos calificaron de dicha forma su reinado («Era del Buen Gobierno»)- , especialmente en una primera etapa. Además de reforzar el papel político de los intelectuales y elevar el prestigio de los exámenes civiles para servir en la administración, Taizong contentó a las poderosas familias aristocráticas del norte concediendo cargos en la corte a algunos de sus miembros, una táctica que le permitió controlar sus movimientos al mismo tiempo que mantenía una apariencia de régimen estrechamente asociado a la nobleza de cuna, lo que suponía una garantía de estabilidad interior. Otras de sus medidas más importantes fueron una reorganización de la división administrativa provincial del país, encaminada a reducir el tamaño de la burocracia; la creación de almacenes públicos que aliviaran a la población en época de hambres; y la reorganización del ejército, que en esta época se convirtió en el más poderoso del Lejano Oriente.
La época de Taizong también estuvo marcada por el florecimiento cultural y artístico, facetas que el propio emperador fomentó consciente de su importancia para engrandecer el Imperio. La Corte se convirtió en punto de reunión de pensadores y artistas, destacando entre estos últimos el pintor Yan Liben, y se creó una Oficina de Historiografía que impulsó los primeros estudios de esta ciencia. El taoísmo y el budismo, especialmente este último gracias a la influencia ejercida por el monje Xuanzong (Hsuan-tsang, 596-664), recuperaron gran parte de su antigua preeminencia sin menoscabar por ello el culto confuciano, al que más bien complementaron contribuyendo a una riqueza religiosa que perduró hasta las persecuciones de mediados del siglo IX. Además, se tiene constancia de la buena acogida de la Corte a cultos extranjeros: como muestra de ello, en el año 635 se autorizó el levantamiento de un monasterio cristiano nectoriano, y posteriormente de mezquitas mahometanas y templos de otras confesiones. Este rasgo estaba muy relacionado con la vocación cosmopolita del emperador, que al parecer recibía en la corte constantes embajadas de otros pueblos asiáticos de dentro y más allá de los confines del Imperio, como tibetanos, persas sasánidas, turcos, bizantinos, etc.
La política exterior fue otro de los aspectos más brillantes de Taizong. Combinando fuerza militar con estrategia diplomática, el emperador no sólo conjuro el peligro de invasión por parte de los pueblos vecinos, sino que adoptó una vocación imperialista que situó a China como la potencia hegemónica de Asia Oriental durante esta época y los siguientes reinados. En el año 630 aprovechó las dificultades internas de los turcos orientales para invadir su territorio, en la frontera noroeste, capturar a su jefe y someterlos a su soberanía. Posteriormente hizo lo propio con los turcos occidentales, con quienes selló una alianza casando a una de sus hijas con el Khan, y la misma estrategia matrimonial aseguró durante dos décadas la amistad de los tibetanos (641-661). A partir de 639 el ejército imperial emprendió la conquista del territorio de la cuenca del Tarim, donde se estableció un protectorado militar y guarniciones permanentes (Yarkand, Kushar, Tumak, Karashahr, etc.), y algunas expediciones alcanzaron Asia Central, Afganistán y la India. El único revés militar de Taizong llegó al intentar invadir Corea para castigar al reino de Kogurye, que se había rebelado contra su autoridad, sufriendo sendas derrotas en 645 y 647 a pesar de contar con la alianza de Silla, el reino coreano más meridional. En 649 preparó una tercera expedición que no realizó al sorprenderle antes la muerte.
Los años finales de Taizong se vieron enturbiados tanto por la actitud megalómana del propio soberano, empeñado en la construcción de faraónicos e inútiles proyectos arquitectónicos, como en la lucha por la sucesión entablada entre varios de sus hijos, cada uno de ellos sostenidos por una facción de la Corte. Finalmente, tras una confabulación palaciega que provocó la caída en desgracia del heredero oficial, asumió el trono el noveno de sus hijos, Li Zhi (Gaozong).
MAH