Guillermo I, Rey de Inglaterra (ca. 1028-1087).
Rey de Inglaterra desde el 25 de diciembre de 1066 hasta la fecha de su muerte. Nacido probablemente en Falaise en el año 1028 y muerto en Ruan el 9 de diciembre de 1087.
Síntesis biográfica
Hijo del duque Roberto I de Normandía, en 1035, tras la muerte de su padre, heredó el citado ducado aunque no se hizo cargo de su gobierno hasta el 1043. Los años siguientes Guillermo se vio obligado a enfrentarse con los barones normandos en repetidas ocasiones, ya que estos habían aprovechado su minoría de edad para aumentar sus prerrogativas. De este modo tuvo que hacer frente a una coalición de notables en 1047, la cual fue derrotada en la batalla de Val es Dunes, gracias al apoyo que le prestó el monarca francés, Enrique I. En 1052 contrajo matrimonio con Matilde, la hija del conde de Flandes, Balduino, el cual fue un importante aliado para él. En el año 1054 Guillermo fue nombrado sucesor del monarca inglés Eduardo el Confesor, pero tras la muerte de éste en enero de 1066 el trono fue ocupado por el conde de Wessex Harold. Muy pronto el duque normando inició los preparativos para invadir el país y tras la batalla de Hastings, en la que pereció Harold, Guillermo se hizo con el poder y fue proclamado rey. Durante los años siguientes llevó a cabo en sus nuevos territorios importantes reformas, al igual que había hecho en Normandía, y supo mantenerse firme frente a los nobles sajones, los cuales se sublevaron en repetidas ocasiones. Los últimos años de su vida Guillermo se enfrentó a algunos de los nobles más importantes de Francia con el fin de defender las fronteras normandas, enfrentamientos que le llevaron a declarar la guerra al propio rey francés, Felipe I, poco antes de su muerte, en 1087.
Primeros años
Hijo primogénito del duque de Normandía Roberto I el Diablo y una de las concubinas de éste, desconocemos a ciencia cierta la fecha exacta de su nacimiento, ya que a pesar de que tradicionalmente esta se ha fijado en el año 1028, algunos investigadores opinan que nació en el año 1027. Todo parece indicar que Guillermo el Bastardo, apodo con el que se le conoció durante sus primeros años, nació en la ciudad de Falaise, puesto que su madre, a la que los cronistas dieron el nombre de Herleva o Arlette, era la hija de un funcionario de la zona. Así a pesar de que fue reconocido por su padre parece demostrado que Guillermo pasó los primeros años de su vida junto a su madre.
La vida del joven debió sufrir un gran cambio cuando Roberto I anunció que pretendía abandonar sus posesiones para iniciar una peregrinación a Jerusalén, ya que al carecer de descendencia legítima, éste reconoció a Guillermo como su heredero. Roberto I murió cuando emprendió el camino de regreso, motivo por el cual el joven recibió el ducado de Normandía cuando contaba aproximadamente con 7 años (1035). No fue fácil su ascenso, ya que a pesar de que su candidatura fue respaldada por algunos de los nobles más importantes de Normandía y por el propio rey de Francia, fueron muchos los que alentados por su corta edad y por su condición de hijo ilegítimo decidieron alzarse en armas, motivo por el que se sucedieron las intrigas en la corte.
Guillermo duque de Normandía
El joven duque que desde su nombramiento permaneció bajo la atenta vigilancia de algunos de los antiguos colaboradores de su padre y sobre todo de su madre; sobrevivió casi de forma milagrosa en opinión de algunos cronistas, ya que fueron frecuentes los golpes de fuerza para arrebatarle su herencia. Así hay que destacar que tanto su tutor, Gilberto de Barionne, como su maestro, Turoldo, perecieron asesinados en extrañas circunstancias.
Todos los investigadores coinciden en señalar que los terribles acontecimientos que rodearon los primeros años de su vida como duque contribuyeron a forjar el carácter fuerte y decidido de Guillermo, que desde edad muy temprana dio sobradas pruebas de su madurez. De este modo tras ser armado caballero y por tanto tras alcanzar oficialmente la mayoría de edad, en el año 1043, tomó el mando de un poderoso ejército e inició las primeras maniobras para acabar con la anarquía que se había extendido por todos sus territorios.
Las medidas adoptadas por Guillermo entre los años 1043 y 1047, no gustaron a muchos de su vasallos, puesto que la mayor parte de los barones vieron mermada su autoridad y perdieron algunas de las prerrogativas que habían conseguido durante su minoría de edad. Pero el joven desde un primer momento utilizó todos los medios a su alcance para asentarse firmemente en el poder y demostró su gran valía como militar. Además hizo gala de poseer un amplio sentido político, ya que gracias a su habilidad consiguió importantes alianzas, que contribuyeron a que se estabilizara la situación. No tardaron no obstante en aparecer las rebeliones, puesto que los ya citados barones se resistieron con todas sus fuerzas a acatar sus ordenes, lo cual tuvo como consecuencia que Guillermo se viera obligado a usar las armas para aplacarlos y a buscar el apoyo de Enrique I de Francia, cuando éstos formaron una coalición en el año 1047, que fue derrotada en la batalla de Val es Dunes.
Los años siguientes la restauración del poder ducal animó a Guillermo a impulsar importantes reformas en todos los ámbitos de la administración. Dichas reformas calificadas por algunos investigadores como muy novedosas, pusieron de manifiesto las grandes dotes de éste para gobernar y sobre todo contribuyeron a hacer de Normandía un Estado feudal pleno. De este modo el joven logró rentabilizar al máximo su autoridad, lo cual aumentó notablemente sus ingresos, con los que pudo equipar mejor a sus ejércitos.
Además de las reformas llevadas a cabo en la administración, Guillermo intentó hacer de la iglesia Normanda un símbolo más de su poder, motivo por el cual nombró obispos leales a su causa. Calificado por alguno de sus contemporáneos como un hombre de firmes convicciones religiosas, Guillermo vigiló en todo momento que se respetaran los principios fundamentales del cristianismo e impulsó la llegada de monjes y teólogos a sus tierras, a través de la constricción de nuevos monasterios, ya que consideraba muy beneficioso que la Iglesia Normanda se convirtiera en una estructura lo más perfecta posible.
Por lo que respecta a la política exterior hay que señalar que tras la victoria de Val es Dunes (1047) éste decidió intervenir directamente en los conflictos territoriales franceses, impulsado por su deseo de incrementar sus territorios a costa de los Estados vecinos. Así en un primer momento Guillermo prestó su ayuda a Enrique I en los enfrentamientos que sostuvo contra Godofredo Martel, conde de Anjou, con el que inició una guerra en defensa de sus intereses en la región de Maine. Pero muy pronto los notables logros militares del normando levantaron las suspicacias del monarca, que fue consciente de la gran amenaza que suponía el joven, puesto que de facto Normandía se había convertido en un Estado independiente.
En el año 1052 la privilegiada situación del duque Guillermo se vio truncada, ya que tras producirse la reconciliación de Godofredo de Anjou y Enrique I, ambos financiaron a un grupo de barones normandos para que iniciaran una sublevación en el interior del ducado, la cual puso en serios apuros al joven. Guillermo reaccionó rápidamente y logró sobreponerse a la adversidad gracias a su poderoso ejército y a la frenética actividad diplomática que desplegó, que le llevó a entablar negociaciones con su primo el rey de Inglaterra Eduardo el Confesor (1047-1066) y con el conde Balduino de Flandes, al que solicitó la mano de su hija Matilde en el año 1049 y en el que siempre encontró un poderoso aliado.
Aplacada la peligrosa sublevación interior Guillermo mantuvo constantes enfrentamiento entre los años 1054 y 1060, tanto con el rey francés, que organizó una gran alianza a la que se unieron Borgoña, Champaña y Aquitania; como con Godofredo de Anjou, destacando por su importancia las batallas de Mortemer (1054) y de Varaville (1057) en las cuales los ejércitos reales sufrieron una estrepitosa derrota. En 1060 la situación se tornó nuevemente favorable para el duque de Normandía, ya que tras la muerte de Godofredo y de Enrique, éste pudo tomar posesión de la región del Maine en 1062, sin encontrar oposición, puesto que los sucesores de Godofredo perdieron empuje y el nuevo rey de Francia, Felipe I, era todavía un niño.
Guillermo contrajo matrimonio con Matilde de Flandes posiblemente a finales del año 1052 en la catedral de Notre Dame D´eu, desafiando con ello la autoridad del papa León IX, que había condenado la unión en el concilio de Reims, celebrado en octubre de 1049, alegando que se trataba de una unión incestuosa. Pero el duque no renunció a sus planes por las amenazas de excomunión del papa, ya que dicho matrimonio fue fundamental para asegurar su alianza con el citado conde. Así parece evidente que León IX, fiel aliado de Enrique I, obstaculizó la boda de Guillermo por motivos puramente políticos. En el plano personal hay que destacar que Guillermo y Matilde tuvieron una buena relación durante los años que duró su matrimonio y como fruto de su unión nacieron 9 hijos, entre los que podríamos destacar: al futuro duque de Normandía Roberto II, a Ricardo duque de Bernay, a Cecilia abadesa en Caen, al futuro rey de Inglaterra Guillermo II, y por último a Enrique I de Beauclerc que ocupó el trono de Inglaterra tras la muerte de su hermano.
Gillermo I rey de Inglaterra
La llegada de Guillermo al trono Inglés fue consecuencia directa de las negociaciones emprendidas con Eduardo el Confesor en el año 1054, aunque ya desde el año 1051 los historiadores han podido atestiguar algunos contactos entre ambos. Así parece que Guillermo a pesar de la delicada situación que vivía en sus territorios, aprovechó la alianza que había firmado con el conde de Flandes para presionar a su primo, que en aquellos años se hallaba en guerra con el conde Godwin de Wessex. Pero las relaciones con el monarca inglés que siempre habían sido cordiales, se fueron enfriando con el paso de los años, ya que tras firmar la paz con Godwin, Eduardo decidió nombrar como su sucesor al hijo de éste, el conde de Wessex Harold.
Tras conocer la noticia del nombramiento de Harold, el duque de Normandía se apresuró a viajar a Inglaterra donde reprendió a Eduardo por faltar a la promesa que había realizado años antes y consiguió que éste le reconociera nuevamente como su sucesor. Pero el 5 de enero de 1066 murió Eduardo el Confesor sin herederos, tras lo cual Harold fue proclamado rey de Inglaterra por la nobleza sajona. Guillermo poco después declaró la guerra a éste e inició los preparativos para llevar a cabo la invasión del país. Los meses siguientes fueron muy duros para Harold ya que tras su proclamación tuvo que enfrentarse a las tropas de Harald III de Noruega en las costas de Northumbia y a las de su hermano Tostig que ansiaba ocupar su puesto. Entre tanto Guillermo continuo preparando la ofensiva y en el mes de agosto tenía prácticamente preparado su ejército, aunque no pudo embarcar inmediatamente como era su deseo, debido a las condiciones meteorológicas, que imposibilitaban cruzar el Canal de la Mancha.
Finalmente Guillermo desembarcó junto a sus hombres a finales del mes de septiembre de 1066. Harold que estaba enterado de la llegada del normando, a pesar de que su ejército se encontraba muy mermado se preparó para resistir, pero a pesar de la intervención heroica de sus hombres no pudo controlar el empuje de las tropas de Guillermo y pereció en la batalla de Hastings. Tras su rápida victoria Guillermo dirigió sus pasos a la ciudad de Londres con el fin de hacer efectiva su coronación, pero a pesar de que contaba con el respaldo del papa, tardó casi dos meses en ser reconocido oficialmente como rey, puesto que muchos nobles le plantaron una dura oposición. Guillermo I finalmente fue coronado en la abadía de Westminister el 25 de diciembre de 1066. Poco después repartió el cuantioso botín que había conseguido entre sus soldados y entregó las posesiones de los nobles sajones que habían muerto a los nobles normandos que le habían acompañado en la expedición, lo cual supuso que la nobleza normanda comenzara a suplantar a la antigua nobleza sajona.
Guillermo I durante los primeros meses de su reinado intentó afianzar su poder del mismo modo que había hecho en el ducado de Normandía, ya que adoptó medidas similares en ambos casos, tendentes a controlar a la nobleza y al clero, intentando además en la medida de lo posible eliminar las disputas entre normandos y sajones. Así no hay duda que Guillermo se propuso reproducir en Inglaterra el sistema político normando, lo cual generó en opinión de algunos autores algunas tensiones, ya que impuso de forma un tanto artificial un sistema feudal puro por el cual Inglaterra quedaba dividida en 6.000 señoríos. Pero no podemos olvidar que el monarca fue consciente en todo momento de su delicada situación, motivo por el cual respetó muchas de las antiguas costumbre sajonas, aunque realizó importantes modificaciones tanto en la aplicación de la justicia, como en la recaudación de tributos.
Completada la primera parte de la conquista Guillermo I abandonó Inglaterra a mediados del año 1067 aunque poco después, en el mes de diciembre, se vio obligado a regresar ya que algunos miembros de la nobleza sajona comenzaron a mostrar abiertamente su descontento ante la nueva situación. De este modo entre los años 1067 y 1071 tuvieron lugar importantes sublevaciones que acabaron por arruinar definitivamente a los nobles sajones, ya que una vez más el rey demostró su gran capacidad militar. De este modo tras acabar con sus enemigos Guillermo I hizo todo lo posible para asegurar sus fronteras, motivo por el que inició en 1072 una expedición por tierras escocesas.
Fijadas las fronteras y una vez que su poder en Inglaterra quedó consolidado el rey partió una vez más a Normandía, dejando los asuntos del reino en manos de obispos, ya que gracias a las reformas que emprendió en el clero pudo colocar a algunos de sus hombres más leales, como el arzobispo de Canterbury Lafranc, en las principales sedes, lo cual garantizó que la institución se subordinara totalmente al monarca y lograra cierta independencia frente al Papado. Así no regresó Guillermo a Inglaterra hasta el año 1075, con motivo de la sublevación de los condes de Hereford y Norfold, los cuales fueron duramente castigados.
Por lo que respecta a Normandía hay que señalar que Guillermo pasó la mayor parte de su reinado en este territorio por cuestiones meramente prácticas, ya que desde su coronación aumentaron los enfrentamientos fronterizos, sobre todo en las zonas del Maine y de Vexin. De este modo el territorio de Vexin fue conquistado por Felipe I en 1077, lo cual inició una serie de enfrentamientos con Guillermo I, en los cuales se vieron implicados algunos nobles normandos y el propio hijo de Guillermo, el futuro duque Roberto II.
Los últimos años de Guillermo el Conquistador estuvieron marcados por los citados conflictos fronterizos en Normandía. Aunque en 1085 el monarca se vio obligado a organizar un ejército para luchar contra el rey de Dinamarca Canuto II, el cual pretendía invadir Inglaterra, tras haber firmado una importante alianza en 1071 con uno de los enemigos más importantes de Guillermo en el continente, Roberto de Frisia, el cual a su vez fue aliado del rey de Francia. Hay que señalar que Canuto II no pudo llevar a la práctica sus planes, ya que las tropas danesas se retiraron tras producirse su muerte.
Aprovechando su estancia en Inglaterra (1085-1086), Guillermo que desde su juventud había sido un hombre extremadamente meticulosos, decidió evaluar la riqueza de su reino y la distribución de la propiedad, motivo por el cual envió a gran número de pesquisidores a recorrer el país. Los resultados de la investigación fueron compilados en lo que sin duda es una de las obras más importantes de su reinado, el llamado Domesday Book (1086).
En contraste con la relativa situación de calma que se vivía en Inglaterra, la situación del ducado de Normandía era muy complicada, ya que los avances de Felipe I habían sido muy importantes en los últimos años. Así cuando Guillermo regresó a su tierra natal en 1086 reclamó al monarca francés la devolución de las ciudades de Chaumont, Nantes y Pointose. La negativa del monarca le obligó a declararle la guerra en el año 1087. Guillermo I inició las hostilidades rápidamente y en julio del año 1087 tomó la ciudad de Nantes por sorpresa. Pero mientras ésta ardía el monarca sufrió un grave accidente, tras caer de su caballo, del que nunca se recuperó, ya que todo parece apuntar que tuvo graves lesiones internas.
Guillermo el Conquistador murió tras una larga agonía de 5 semanas, en la ciudad de Ruan, el 9 de septiembre de ese mismo año (1087). Sus restos mortales fueron depositados en la iglesia de San Esteban de Caen.
Bibliografía
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C. García Sánchez