León IX. Papa y Santo (1002-1054)
Antes de subir al pontificado se llamaba Bruno, pertenecía a la casa de Alsacia y de Lorena y era pariente del emperador Enrique III. Había nacido cerca de Alsacia en un lugar llamado Egisheim en 1002. En noviembre de 1048, fue elegido Papa en la dieta de Worms, dignidad que no quiso aceptar hasta no estar seguro de que era igualmente aceptado por el pueblo y clero romanos; así que fue a Roma en hábito de peregrino y, en 1049, su elección era aprobada, y fue entronizado, sucediendo a Dámaso II.
Durante su pontificado desplegó una gran actividad, y se engolfó en el combate de los dos vicios preponderantes: la simonía y la incontinencia del clero. Para ello, reunió varios concilios donde anuló varias ordenaciones simoníacas, prohibió el matrimonio de los sacerdotes y condenó diversas herejías.
En los asuntos temporales del sur de Italia, su mandato no fue tan feliz; tuvo que pedir auxilio a los alemanes para combatir a los normandos que oprimían por entonces las poblaciones de Apulia, pero no tuvo éxito en la empresa y, finalmente, cayó en poder de éstos, que le retuvieron durante un año. Mayores quebraderos de cabeza le dio la consumación del cisma iniciado por Focio, que vino a consumarse con la promoción a la silla patriarcal de Constantinopla de un nuevo Papa. León IX envió una embajada a Oriente que fracasó completamente.
Las penitencias y maceraciones que se había tenido que pasar alteraron su salud en tales términos, que murió con la salud ya muy quebrantada en 1054. A su muerte le sucedió Víctor II.