Quinto Sertorio (123 a.C.–72 a.C.): El General Romano que Desafió a Roma

Quinto Sertorio (123 a.C.–72 a.C.): El General Romano que Desafió a Roma

Los Primeros Años y Ascenso al Poder

1. Orígenes y Primeros Años

Quinto Sertorio nació en 123 a.C. en Nursia, una ciudad situada en la región central de Italia, que en aquel momento formaba parte de la República Romana. Provenía de una familia noble, lo que le permitió acceder a una educación de calidad. Su ciudad natal, aunque no tan destacada como Roma o otras urbes principales de la península itálica, tenía una tradición de guerreros y líderes militares. Esta formación inicial, combinada con su posición en la nobleza, fue crucial en la formación del carácter y habilidades que lo llevarían a la fama.

Desde joven, Sertorio mostró una inclinación hacia la vida militar. Ingresó en la caballería del ejército romano, donde rápidamente demostró su valía. A la edad de 22 años, ya participaba en conflictos bélicos importantes, comenzando su carrera de manera destacada. Fue en la batalla de Arauso en 105 a.C., durante la guerra contra los cimbrios, cuando Sertorio experimentó su primer gran reto. El ejército romano fue derrotado y, entre los sobrevivientes, Sertorio se destacó por su capacidad de resistencia. A pesar de la derrota, logró escapar al cruzar el Ródano con su coraza puesta, un hecho que le valió reconocimiento.

2. Primeras Victorias y Batallas Importantes

A pesar de la derrota sufrida en Arauso, Sertorio se reagrupó rápidamente. Al año siguiente, en 104 a.C., participó de nuevo en la lucha contra los cimbrios y los galos, esta vez bajo el mando del famoso general Cayo Mario. En este contexto, Sertorio se hizo conocido por su valentía y astucia. En una de las batallas, se infiltró en el campamento enemigo, aprovechando su conocimiento del idioma de los galos para obtener información crucial sobre los movimientos del enemigo. Este acto le valió grandes honores y el reconocimiento como un líder militar perspicaz.

Sertorio continuó su carrera militar en las filas del ejército romano, combatiendo en varias batallas decisivas durante las campañas de Mario. Fue en las batallas de Aquae Sextiae y Vercellae, luchas fundamentales contra las tribus cimbrias y los galos, donde Sertorio consolidó su reputación como un hábil comandante militar.

3. Alianza con los Populares

El siguiente paso en la carrera de Sertorio fue unirse a los populares, el partido político que se oponía a la aristocracia optimista liderada por Sila. En 91 a.C., Sertorio fue asignado como cuestor en la Galia Cisalpina, donde se mostró como un gran administrador. Su fama como gestor eficiente y su creciente influencia política aumentaron su prestigio. Sin embargo, esta misma prominencia le trajo problemas con la elite romana. Durante la guerra social, un conflicto entre Roma y sus aliados itálicos, Sertorio perdió un ojo, lo que le hizo aún más notable.

La política en Roma estaba dividida entre los populares, que apoyaban a Mario, y los optimates, que estaban aliados con Sila. Sertorio, con su creciente poder, se unió a los populares. Fue una figura clave en la revuelta que permitió a Mario regresar de su exilio y tomar el control de Roma en 88 a.C. Sertorio se distinguió por su papel activo en la lucha contra los optimates y en la reorganización política interna del Estado romano. En este periodo, Sertorio también enfrentó la difícil tarea de poner fin a un motín de esclavos que habían sido armados por Mario, lo que le obligó a retirarse temporalmente de la vida política.

A pesar de estos altibajos, Sertorio se consolidó como una figura crucial en los eventos políticos de la época. En 83 a.C., fue elegido pretor en Roma, pero debido a las dificultades de la guerra civil y la inestabilidad política, tuvo que refugiarse en Etruria tras un conflicto con sus propias tropas. Sin embargo, su carrera militar y política seguía en ascenso.

4. Mando en Hispania

En 99 a.C., Sertorio fue enviado a Hispania Citerior como propretor, donde continuó su ascenso militar. Durante este período, se enfrentó a los celtíberos en diversas batallas y también tuvo que hacer frente a un motín en la ciudad de Cástulo. Por sus victorias, Sertorio recibió la corona gramínea, un honor reservado a los generales que salvan a sus tropas del peligro.

Pero la situación en Roma se complicaba aún más con la dictadura de Sila, quien, tras tomar el control, proscribió a sus enemigos políticos. Sertorio, temiendo por su vida, tuvo que huir a Hispania una vez más. En 81 a.C., cuando se proclamó la dictadura de Sila, Sertorio no tuvo más opción que abandonar Roma y refugiarse en las provincias hispánicas.

Las Guerras Sertorianas y la Larga Resistencia

5. La Huida a Hispania y la Iniciación de las Guerras Sertorianas

Al llegar a Hispania en 80 a.C., Sertorio comenzó a organizar la resistencia contra la creciente presión romana. Aunque las fuerzas romanas eran mucho más poderosas, el astuto comandante romano recurrió a tácticas de guerrilla y a su profundo conocimiento del terreno y de las costumbres locales. Recibió el apoyo de las tribus hispanas que no querían someterse al control de Roma, y entre estos grupos, los lusitanos fueron los más activos.

Sertorio reunió un ejército considerable compuesto por hispanos, itálicos que habían huido de las proscripciones de Sila y algunos romanos descontentos con el régimen. Con unos 9.000 hombres, Sertorio intentó evitar que los ejércitos romanos cruzaran los Pirineos. Aunque sufrió una derrota frente a Cayo Annio, uno de los generales enviados por Sila, consiguió reagruparse en la ciudad de Cartago Nova (actual Cartagena). Desde allí, Sertorio se embarcó hacia Mauritania, donde logró un breve período de estabilidad y recibió apoyo de las tribus locales.

En 80 a.C., tras un fallido intento de desembarcar en Andalucía, Sertorio se dirigió hacia Lusitania, donde los lusitanos, liderados por sus caudillos, pidieron su ayuda para organizar una revuelta contra Roma. Sabedor de su inferioridad frente a las legiones romanas, Sertorio optó por tácticas de guerrilla que fueron sumamente efectivas contra los romanos, que no estaban acostumbrados a la lucha irregular en el terreno montañoso de la Península Ibérica.

6. Organización del Gobierno de Sertorio en Hispania

Sertorio no solo se dedicó a las campañas militares, sino que también organizó una estructura administrativa en los territorios bajo su control. Estableció su cuartel general en la ciudad de Denia, en la costa este de Hispania, y luego lo trasladó a Osca (actual Huesca). Allí fundó un gobierno paralelo que imitaba a Roma. Creó un Senado, formado por los más leales de sus seguidores, y organizó su administración para gestionar los territorios controlados por su ejército.

Además, Sertorio aprovechó su astucia diplomática para ganarse a las tribus locales. Pactó con los lusitanos, celtíberos e íberos, prometiéndoles que sus intereses serían respetados. Para asegurar su lealtad, mantuvo a los hijos de los jefes tribales como rehenes, quienes fueron educados en la cultura romana en Osca. Este acto no solo consolidó la alianza con los pueblos indígenas, sino que aceleró el proceso de romanización en la región.

Una de las leyendas más conocidas de Sertorio es la historia de su cierva blanca. Según las tradiciones, Sertorio siempre llevaba consigo este animal consagrado a Diana, la diosa de la caza. Se decía que la cierva le advertía de los peligros y le guiaba en sus decisiones militares, un símbolo de la conexión entre Sertorio y la divinidad, y su éxito en el campo de batalla.

7. Enfrentamientos con Pompeyo y Metelo

En 75 a.C., Pompeyo llegó a Hispania con un ejército de 40.000 hombres para acabar con la resistencia sertoriana. Sin embargo, Sertorio no se dejó intimidar. Al contrario, aprovechó la situación para fortalecer su posición y expandir su influencia. Para evitar posibles deserciones entre sus tropas indígenas, Sertorio tomó la decisión de destruir la ciudad de Lauron, que se había mostrado partidaria de Pompeyo, como una advertencia a otras poblaciones.

En varias ocasiones, Sertorio consiguió vencer a las fuerzas romanas. En una de las batallas más destacadas, derrotó a Perpenna, un general romano que se había unido a Sertorio tras ser derrotado por Pompeyo. Además, cuando Pompeyo trató de unirse con Metelo para lanzar un ataque conjunto contra Sertorio, éste les infligió una dura derrota cerca de Sagunto. Pompeyo, consciente de su inferioridad, decidió retirarse a la Galia para esperar refuerzos, dejando a Metelo con las fuerzas romanas restantes en Hispania.

Sertorio también rechazó una oferta de alianza de Mitríades, rey del Ponto, que le proponía una coalición para apoderarse de Asia Menor. Aunque Mitríades ofreció 3.000 talentos y 40 naves, Sertorio no aceptó, prefiriendo mantener su independencia y control sobre Hispania.

8. La Conspiración y Muerte de Sertorio

En 74 a.C., la situación de Sertorio comenzó a cambiar. Los refuerzos enviados por Pompeyo, junto con la creciente fatiga de las tribus locales por los abusos de Sertorio, hicieron que su resistencia empezara a tambalear. A medida que la guerra se alargaba, algunas de las fuerzas que antes lo habían apoyado comenzaron a desmoronarse internamente. Perpenna, uno de sus lugartenientes más cercanos, se sintió desplazado y decidió actuar.

Descontento con la dirección de Sertorio, Perpenna organizó una conspiración y, durante un banquete celebrado en Osca en el 72 a.C., mandó asesinar a Sertorio. Tras su muerte, los miembros de la guardia personal de Sertorio, quienes habían jurado protegerlo a toda costa, se suicidaron, demostrando la lealtad que Sertorio había generado en su ejército. Tras su asesinato, se presentó en Roma un hombre que afirmaba ser el hijo de Sertorio, pero la esposa del general no lo reconoció, a pesar de las presiones que recibió de Roma.

La muerte de Sertorio marcó el fin de la resistencia en Hispania, aunque los conflictos continuaron por un tiempo más. La figura de Sertorio perduró como símbolo de lucha y resistencia contra el poder central romano, y su legado como líder carismático y estratega militar se mantiene en la historia como uno de los más fascinantes episodios de la República Romana.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Quinto Sertorio (123 a.C.–72 a.C.): El General Romano que Desafió a Roma". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/sertorio-quinto [consulta: 16 de octubre de 2025].