Segismundo I. Emperador del Sacro Imperio (1368-1437)


Emperador del Sacro imperio romano germánico (1411-37), rey de Hungría y Polonia (1387-1437) y rey de Bohemia (1419-37). Hijo segundo del emperador Carlos IV y de Isabel de Pomerania, nació el 15 de febrero del año 1368, en la ciudad de Nuremberg, y murió el 9 de diciembre del año 1437, en la localidad de Znaim.

A la edad de diecisiete años, en 1385, se casó con la princesa María, hija y única heredera de la Corona de Hungría y Polonia. Accedió, dos años más tarde, a dichos cetros, tras la muerte de Luis el Grande, y una vez que fue aceptado de pleno por la nobleza polaca, recelosa de su nuevo rey alemán. Como monarca de Hungría, preparó una cruzada, con mercenarios de toda Europa, contra el sultán otomano Bayaceto I, el cual le infligió una aplastante derrota en la batalla de Nicópolis, el 28 de septiembre del año 1396, por la que Segismundo estuvo ausente de su reino dieciocho meses, ausencia que fue aprovechada por la nobleza húngara para destronarlo y proclamar nuevo rey a Ladislao de Nápoles. La nobleza húngara logró apresarlo, pero Segismundo escapó, regresó nuevamente a Hungría y restauró su poder contra los rebeldes. Bajo este nuevo mandato, Segismundo aplicó acertadas medidas de gobierno, pacificó su reino y anexionó grandes territorios de Bosnia y la Dalmacia, a la par que impuso su soberanía efectiva sobre la nobleza levantisca e independentista de Serbia.

En el año 1394 ostentó el cargo de regente imperial, debido al cautiverio del emperador Wenceslao, pero fue apartado de dicho cargo y del trono cuando en el año 1400 Wenceslao fue depuesto del trono imperial a favor de Roberto del Palatinado. A la muerte de éste, en el año 1410, tuvo que enfrentarse a su primo Jobst de Moravia por la conquista del trono imperial, lo cual no sucedió hasta el año siguiente. Tras la muerte de Jobst, Segismundo fue elegido por unanimidad, aunque su coronación imperial sacralizada por el Papa no se produjo hasta el año 1433, debido al Cisma de la Iglesia de Occidente (con la existencia de tres papas a la vez). A pesar de firmar una alianza secreta con la poderosa orden de los Caballeros Teutones, permitió que Ladislao II Jagellón de Polonia los aplastase en la batalla de Grunwald, poco antes de su ascenso al trono imperial, aliándose con Polonia en el año 1412 y cediéndola un considerable territorio al norte del Imperio, todo ello a cambio de que el rey polaco le prestase ayuda y apoyo en sus luchas contra los venecianos y austríacos.(Véase Cisma de Occidente)

En el año 1414 persuadió al antipapa Juan XXIII para la convocatoria de un Concilio ecuménico que habría de celebrarse en la ciudad italiana de Constanza, para poner fin de una vez al Cisma de la Iglesia de Occidente, la cual tenía en esos momentos tres papas a la vez, cada uno de los cuales había excomulgado a los otros: Juan XXIII, Gregorio XII y Benedicto XIII. El concilio eligió, el año 1417, a Odo de Colonna, quien subió al solio pontificio con el nombre de Martín V. El éxito de la convocatoria hizo que Segismundo recobrase el prestigio imperial perdido. Además de promulgarse una serie de medidas y reformas necesarias para la Iglesia, el concilio también se reunió para dirimir la cuestión herética defendida por el bohemio Juan Hus, el cual fue invitado por el propio emperador al concilio con la protección de un salvoconducto para proteger su vida. Juan Hus, totalmente confiado de la palabra del emperador, se presentó en el concilio, donde fue hecho prisionero y quemado en la hoguera, junto con sus más recalcitrantes seguidores, el 6 de julio del año 1415. La muerte de Hus, lejos de solucionar el problema interno del reino de Bohemia, empeoró aún más la situación personal de Segismundo, el cual, desde el año 1419, tras la muerte de su hermano Wenceslao, heredó el reino de Bohemia, pero sin lograr nunca imponer su dominio sobre éstos, que veían en el ajusticiado Juan Hus a su mártir nacional. Así pues, se desencadenaron las llamadas luchas husitas, en las que el emperador Segismundo penetró varias veces en el país checo, al frente de una cruzada, y aunque logró tomar la capital, Praga, sufrió varias derrotas importantes, como la del Monte Zizskov, en el año 1420. Tras sucesivos intentos fracasados por someter a los husitas nacionalistas, dirigidos por su líder Ziska, el emperador se vio obligado a firmar, en el año 1434, el Tratado de Basilea, apoyado por el papa Eugenio IV, por el que se permitía el libre culto religioso a la facción moderada de los husitas. Así se daba fin a las trágicas guerras que habían desangrado el país durante veinte años. Tras este pacto, Segismundo fue reconocido rey de Bohemia, en el año 1436. Tras su muerte, acaecida el 9 de diciembre del año 1437, fue sucedido por su yerno Alberto II de Habsburgo, duque de Austria, casado con su hija Isabel.

Bibliografía

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