Fernando Santiván (1886-1973): El escritor chileno que dejó una huella literaria

Fernando Santiván (1886-1973): El escritor chileno que dejó una huella literaria

Fernando Santiván, nacido en Arauco en 1886 y fallecido en Valdivia en 1973, es una de las figuras más destacadas de la literatura chilena del siglo XX. A lo largo de su carrera, dejó un legado que abarcó desde la narrativa hasta el periodismo, pasando por la biografía y la crítica literaria. Su obra, aunque a menudo eclipsada por la de otros contemporáneos, es esencial para comprender los movimientos literarios de la época y la historia cultural de Chile.

Orígenes y contexto histórico

Fernando Santiván nació en un contexto familiar que influyó profundamente en su formación. Hijo de un castellano de la provincia de Santander, su niñez transcurrió en Parral, un lugar que lo marcó tanto en su vida como en su obra. En su juventud, entabló una estrecha amistad con el escritor Mariano Latorre, una relación que sería crucial en su desarrollo como escritor. Santiván también estudió en el Liceo de Chillán y en el Instituto Nacional de Santiago, aunque no completó su formación académica en la Escuela de Bellas Artes, de donde fue expulsado. Posteriormente, comenzó estudios de Pedagogía, pero tampoco los concluyó.

Durante su vida, Santiván estuvo influenciado por varios movimientos y corrientes literarias. Fue parte de la Colonia tolstoyana, un grupo que, bajo la inspiración de las ideas de Lev Tolstoi, intentó vivir de acuerdo con los principios del novelista ruso. En este grupo se encontraba su gran amigo y colega D’Halmar, con quien desarrolló una relación cercana y colaboró a lo largo de su carrera literaria.

Logros y contribuciones

A lo largo de su carrera, Santiván se destacó principalmente como escritor, pero también tuvo una importante faceta como periodista. Colaboró con numerosas publicaciones de su época, como Pluma y Lápiz, Zig Zag, Las Últimas Noticias, y muchos otros. Su obra literaria abarcó diversos géneros, desde la narrativa breve hasta la novela, pasando por la biografía novelada. Fue galardonado con el Premio Nacional de Literatura en 1952, un reconocimiento que consolidó su estatus como uno de los escritores más importantes de Chile.

Santiván fue también un miembro activo de la sociedad literaria chilena. Fue secretario de la Sociedad de Escritores de Chile desde 1914, puesto que le permitió organizar y participar en eventos literarios relevantes, como los «Juegos Florales». En uno de estos eventos, la escritora Gabriela Mistral obtuvo el triunfo con su obra Los Sonetos de la Muerte, un hecho que reflejó el ambiente cultural de la época y la relación cercana que Santiván mantenía con otros literatos destacados.

Su producción narrativa comenzó con relatos breves y cuentos, pero fue en la novela donde alcanzó gran notoriedad. Su primera obra significativa fue Palpitaciones de vida (1909), un conjunto de relatos que abordaban temas como la vida campesina, lo urbano y lo misterioso. Sin embargo, su gran avance se produjo con la novela Ansia (1910), que fue galardonada con el Primer Premio en el Concurso del Centenario. En esta obra, Santiván ofrece una mirada introspectiva a los primeros años de un escritor y la lucha por encontrar un público para su obra.

Otro de sus trabajos más reconocidos es El Crisol (1913), una novela de amor que, en muchos aspectos, recuerda a la famosa obra Martín Rivas de Alberto Blest Gana. En esta obra, Santiván presenta una interpretación de la sociedad santiaguina a comienzos del siglo XX, destacando su simpatía por las clases populares.

Momentos clave

A lo largo de su carrera, Santiván vivió varios momentos claves que marcaron tanto su vida personal como su obra literaria. Uno de los hitos más importantes de su carrera fue su incursión en la vida tolstoyana junto a D’Halmar y otros amigos, como Julio Ortiz de Zárate. La influencia de Tolstoi en su pensamiento y su visión del mundo fue crucial en su desarrollo personal y literario, y esta experiencia quedó plasmada en muchos de sus escritos.

En 1916, publicó dos novelas significativas: La casa de hierro, que no tuvo tanto impacto, y La Hechizada, que fue muy bien recibida tanto por la crítica como por el público. Esta última, además de su calidad narrativa, destacó por la sencillez y delicadeza con que se presentó la historia, mostrando un marcado interés por el modernismo y el simbolismo. Al año siguiente, en 1917, publicó En la montaña, un conjunto de relatos ambientados en el sur de Chile, en los que ofreció impresionantes descripciones de la naturaleza.

A lo largo de las décadas siguientes, Santiván continuó publicando obras significativas. En 1923, lanzó la novela Robles, Blume y Cía, y en 1934, Charca en la selva, una novela que trató sobre los problemas de la colonización de la Frontera y el impacto ecológico que esta tuvo en la región.

En 1946, Santiván publicó El bosque emprende su marcha, una recopilación de cuentos dispersos en diversas publicaciones. Dos años después, en 1948, apareció El Tacho de On Banderas, otra de sus novelas destacadas. En 1951, publicó una biografía novelada de Bernardo O’Higgins titulada El Mulato Riquelme, que se distingue por la innovadora forma en que mezcla narrativa histórica con ficción, ofreciendo una visión nueva y particular de la figura del héroe nacional chileno.

Relevancia actual

La relevancia de Fernando Santiván en la literatura chilena es incuestionable. Su obra refleja las tensiones sociales y culturales de su tiempo, desde los problemas de la colonización en el sur de Chile hasta los dilemas existenciales que enfrentaban los escritores y artistas de la época. Santiván no solo dejó una huella literaria, sino que también fue testigo y partícipe de los cambios sociales y culturales de principios del siglo XX en Chile.

Su influencia perdura hoy en día, especialmente en la comprensión de la historia literaria chilena y en el estudio de las corrientes de pensamiento que influyeron en la obra de muchos escritores posteriores. La conexión de Santiván con figuras tan importantes como Gabriela Mistral y Mariano Latorre refuerza su relevancia dentro del contexto literario de la época. Además, su obra sigue siendo estudiada y disfrutada por nuevos lectores interesados en la literatura de Chile y en los temas universales que trató en sus obras.

En el ámbito de sus memorias, Santiván también dejó un valioso testimonio de su tiempo, a través de obras como Confesiones de Enrique Samaniego: recuerdos literarios y Memorias de un Tolstoyano. Estos textos ofrecen una mirada personal y reflexiva sobre su vida y sobre los grandes nombres de la literatura chilena con los que compartió su camino.

Bibliografía

  • El Tacho de On Banderas

  • El Mulato Riquelme

  • El bosque emprende su marcha

  • Charca en la selva

  • Palpitaciones de vida

  • Memorias de un Tolstoyano

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Fernando Santiván (1886-1973): El escritor chileno que dejó una huella literaria". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/santivan-fernando [consulta: 28 de septiembre de 2025].