Antonio de Sangenís y Torres (1767-1809): El Ingeniero Militar que Defendió Zaragoza en la Guerra de la Independencia

Antonio de Sangenís y Torres, nacido en Albelda (Huesca) el 12 de julio de 1767 y fallecido en Zaragoza el 12 de enero de 1809, es recordado como una figura clave en la defensa de España durante la Guerra de la Independencia. Su carrera como militar e ingeniero le permitió no solo sobresalir en la gestión de fortificaciones, sino también ser un líder en los momentos más críticos de la resistencia española contra las fuerzas napoleónicas.

Orígenes y Contexto Histórico

Antonio de Sangenís y Torres provenía de una familia noble. Su padre, Francisco Sangenís y Pocurull, era el barón de Blancafort, lo que le permitió tener acceso a una educación de calidad desde temprana edad. A los siete años, Sangenís fue admitido en el ejército español por orden de Carlos III, quien le concedió el grado de subteniente de infantería en 1774, a una edad tan temprana que aún no había alcanzado la mayoría de edad. Este hecho no solo refleja el apoyo de la monarquía a la juventud de la nobleza, sino que también señala el futuro prometedor de Sangenís dentro de las fuerzas armadas.

Su formación continuó en la Academia de Barcelona, donde completó sus estudios de ingeniería. En 1790, a los 23 años, se incorporó a la academia de ingenieros, un paso que marcaría su futuro profesional. A lo largo de su carrera, combinó sus deberes militares con su vocación por la ingeniería, un campo que le permitió hacer importantes contribuciones en la creación y defensa de fortificaciones.

Logros y Contribuciones

La trayectoria profesional de Sangenís en el ámbito militar comenzó en la infantería, pero pronto se volcó en la ingeniería, un campo donde destacó significativamente. Durante los años 1792 y 1793, trabajó en la reparación de fuertes y artillería en la costa cantábrica, un periodo que le permitió adquirir una experiencia fundamental en la defensa de las posiciones estratégicas de España. Este trabajo en la costa se convirtió en un pilar de su futura especialización en la construcción de fortificaciones.

En 1794, fue ascendido a ingeniero extraordinario y participó activamente en los combates contra la República francesa. Este ascenso reflejaba su creciente reputación dentro de la ingeniería militar española, lo que le permitió tomar decisiones cruciales en la defensa de las ciudades españolas durante los conflictos bélicos.

Sin embargo, su verdadera importancia en la historia de España surge en los años de la Guerra de la Independencia. En octubre de 1804, Sangenís fue destinado a la Academia de Ingenieros de Alcalá, donde impartió clases sobre la construcción de fortificaciones, contribuyendo a la formación de nuevos ingenieros que más tarde jugarían un papel crucial en la defensa de la patria. Durante este tiempo, Sangenís también se dedicó a la escritura de varios tratados y memorias profesionales, como el Tratado de Artillería de Tomás de Morla y el Tratado de fortificación de campaña, un trabajo aún inédito que profundizaba en la teoría de la fortificación y el uso de la artillería en la guerra.

En 1805, tras ser ascendido a sargento mayor de brigada, Sangenís continuó desarrollando su carrera profesional y ascendió dentro del ejército. A raíz de los sucesos del Dos de Mayo de 1808, cuando las fuerzas españolas se rebelaron contra la ocupación francesa, Sangenís no dudó en movilizarse hacia Zaragoza para organizar la resistencia. Fue en este contexto donde su habilidad como ingeniero y su capacidad para liderar fueron puestas a prueba de manera decisiva.

Momentos Clave en la Defensa de Zaragoza

Sangenís desempeñó un papel fundamental en la defensa de Zaragoza durante los asedios franceses de 1808-1809. Después del primer sitio de la ciudad, en el que Zaragoza resistió ferozmente a las fuerzas napoleónicas, Sangenís fue ascendido a coronel el 1 de agosto de 1808, gracias a su destacada participación en la resistencia. Además, fue reconocido como uno de los defensores de la patria, lo que le valió un escudo en reconocimiento a su valentía y dedicación.

En los meses posteriores, Sangenís se encargó de la construcción de nuevas fortificaciones en Zaragoza, con el objetivo de convertirla en una plaza de guerra preparada para resistir cualquier ataque. Durante estos momentos críticos, lideró diversas acciones militares que fueron cruciales para la supervivencia de la ciudad. Su trabajo incluyó la organización de batallones de zapadores y la supervisión de la defensa de las zonas más vulnerables de Zaragoza, lo que le convirtió en una pieza clave de la Junta de Defensa y de la Junta de Fortificación de la ciudad.

Uno de los momentos más heroicos de Sangenís fue cuando, tras la muerte de Antonio Quadros el 4 de agosto de 1808, asumió el mando de la batería de Santa Engracia. Su capacidad para adaptarse rápidamente a las circunstancias y mantener la moral de los soldados españoles durante los duros combates fue crucial para las fuerzas defensoras. A pesar de la falta de recursos y las condiciones adversas, Sangenís mantuvo el control de las fortificaciones y desempeñó un papel esencial en el segundo sitio de Zaragoza.

Relevancia Actual

El legado de Antonio de Sangenís y Torres es ampliamente reconocido en la historia militar de España. Su trabajo como ingeniero militar no solo salvó a Zaragoza en varios momentos críticos, sino que también sentó las bases para la fortificación de otras ciudades españolas durante la Guerra de la Independencia. A pesar de la tragedia de su muerte prematura en 1809, su figura se mantiene viva en la memoria histórica de España, particularmente en Zaragoza, donde su valentía y habilidades como líder militar siguen siendo una fuente de inspiración.

El impacto de Sangenís también se extiende más allá del campo militar, ya que sus escritos y teorías sobre fortificación continúan siendo relevantes para los estudios de ingeniería militar. Su Tratado de Artillería de Tomás de Morla y su tratado sobre fortificación de campaña representan importantes contribuciones al conocimiento militar de su tiempo, y su legado sigue siendo recordado como una parte crucial de la defensa española contra la invasión napoleónica.

En la actualidad, Sangenís es considerado uno de los héroes de la Guerra de la Independencia. Su nombre y su legado perduran no solo en la historia militar, sino también en la memoria colectiva del pueblo español, que lo recuerda como un símbolo de resistencia y coraje frente a la ocupación extranjera.

La figura de Antonio de Sangenís y Torres sigue siendo un ejemplo de la importancia de la ingeniería militar en tiempos de guerra y un recordatorio de los sacrificios realizados por aquellos que lucharon para proteger la soberanía de su país.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Antonio de Sangenís y Torres (1767-1809): El Ingeniero Militar que Defendió Zaragoza en la Guerra de la Independencia". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/sangenis-y-torres-antonio [consulta: 29 de septiembre de 2025].