Salillas Panzudo, Rafael (1854-1923).
Criminólogo español nacido en Angüés el 26 de marzo de 1854 y muerto el 22 de mayo de 1923.
Realizó sus primeros estudios (hasta terminar el bachillerato) en Huesca. Después se trasladaría a Zaragoza para seguir la carrera de medicina en su universidad, culminándola en la de Madrid. Regresó por poco tiempo a su pueblo natal para ejercer la medicina, pero se sintió llamado a más amplios horizontes y volvió a Madrid, donde formó parte de la Dirección General de Prisiones en 1880. En 1885 ingresó en el Negociado de Higiene y Antropología del Ministerio de la Gobernación, donde pudo enfocar su actividad hacia la que sería la pasión de su vida: la criminología. En esta época, junto con Luis Simarro, elaboró un proyecto de ley (que se presentó al Congreso) sobre manicomios judiciales (historia de la legislación y bibliografía) que no se publicó.
En 1886 inició en la Revista General de Legislación y Jurisprudencia la publicación de una serie de artículos, bajo el título de «La vida penal en España», en los que hacía un análisis exhaustivo de la situación penal en España y exponía, con una intención reformista, la realidad del sistema existente. Recopiladas esta monografías en una obra con el mismo título, se dio a conocer como antropólogo positivista, obra que le valió para ingresar en el Ministerio de Gracia y Justicia en 1887. También codirigió con Ángel M. Álvarez la Revista de Antropología Criminal y Ciencias Médico-Legales, iniciada en 1888, y la primera de su género en España. En ese mismo año organizó una sección penitenciaria en la Exposición Universal de Barcelona. Al propio tiempo colaboró con otras revistas, como La Nueva Ciencia Jurídica y La España Moderna, donde publicó diversos artículos; entre éstos pueden citarse «La degeneración y el proceso Willie» o «El Capitán Clavijo».
En 1899 dirigió el seminario «Laboratorio de Criminología impartido en la cátedra de Filosofía del Derecho en la Universidad de Madrid», auspiciado por el catedrático Giner de los Ríos, orientado al estudio socio-morfológico del delincuente en relación con la antropología criminal. También participan Simarro y Bernardo de Quiroz, entre otros.
Hasta 1903 llevó a cabo diversas actividades científicas patrocinadas casi todas por el Ateneo de Madrid. Cabe mencionar entre ellas la formación de una encuesta sobre las costumbres populares relativas al nacimiento matrimonio y muerte, realizada por la sección de ciencias y políticas del Ateneo. Basándose en los datos recogidos, Salillas escribió su libro sobre brujería, La Fascinación en España (1905).
Dos años antes inició la realización de un sueño largamente acariciado: la creación de una escuela criminológica que fuera un bastión para emprender la reforma penitenciaria. Esta escuela entró en funcionamiento efectivo en 1906, y desde ella trató de que España igualara la marcha de otros países de Europa en cuanto a la renovación del sistema penal.
Además de las obras citadas, Salillas publicó otros trabajos, entre los que pueden mencionarse El delincuente español: el lenguaje y su segunda parte Hampa (1896), la Teoría básica bio-sociológica (1901), Sentido y tendencias de las últimas reformas en criminología, El tatuaje, Golfines y Golfos, Morral el anarquista. Orígenes de una tragedia, y otras.
En su defensa de la antropología criminal, Salillas abogó por una mejora radical de los sistemas pedagógicos existentes en la época, como medida preventiva de la delincuencia, con un enfoque de filosofía positivista (véase positivismo). Su obra, en un principio marcadamente lombrosiana (véase la biografía de Césare Lombroso), recalcaba la influencia de la genética, el entorno y las presiones sociales en el comportamiento del delincuente.
A partir del inicio del siglo XX, con sus obras sociológicas, hizo más hincapié en este último carácter, subrayando que el delincuente es un producto de la pobreza y, por ende, de una mala nutrición. Afirmaba que el sedentarismo era un medio que propiciaba menos el desarrollo de la delincuencia que el nomadismo, ya que él primero brindaba facilidad para encontrar el alimento y era apto para la generación; mientras que el segundo ofrecía más dificultades para la nutrición, hallándose el alimento disperso, de modo que se favorecía la degeneración.
El origen de la antropología criminal fue una de las mayores motivaciones en la labor de Salillas, quien con una actitud crítica y nacionalista identificó la literatura picaresca española como el origen de dicha antropología, una crónica que recoge el comportamiento criminal de la época.
En sus últimos años fue elegido diputado por Madrid en dos legislaturas.
Bibliografía
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Diccionario Histórico de la Antropología Española. Madrid, CSIC, Departamento de Antropología de España y América, 1994.
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DORADO, P. «Sobre el último libro de Salillas y la teoría criminológica de este autor» en Revista General de Legislación y Jurisprudencia, 93, 483-499, 1923.
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FERNÁNDEZ, Mª. D. El pensamiento penitenciario y criminológico de Rafael Salillas. Universidad de Santiago de Compostela, 1976.
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GALERA, A. «Rafael Salillas: medio siglo de antropología criminal española» en Llull, 9, 81-104, 1986.
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—————-: Ciencia y delincuencia. Sevilla, CSIC, Cuadernos Galileo de Historia de la Ciencia 11, 1991.
Armando García González