Fray Bernardino de Sahagún (1499–1590): Pionero en la Antropología y la Historia de México
Fray Bernardino de Sahagún (1499–1590): Pionero en la Antropología y la Historia de México
El Renacimiento y la influencia de la Universidad de Salamanca
Fray Bernardino de Sahagún nació entre 1499 y 1500 en la ciudad de Sahagún, España, un lugar cuyo contexto histórico y social estuvo profundamente influenciado por el Renacimiento, el despertar intelectual que marcó Europa en los siglos XV y XVI. Durante este periodo, la búsqueda de conocimiento, el humanismo y la exploración de nuevas ideas fueron fundamentales. La Universidad de Salamanca, donde Sahagún recibió su educación, se encontraba en el corazón de este fervor intelectual, siendo uno de los centros de mayor prestigio en el mundo hispánico. En este entorno, Sahagún se formó en teología y filosofía, y absorbió los ideales humanistas que promovían una visión renovada de la educación y el conocimiento, destacándose por su enfoque en el estudio del mundo natural y humano.
La labor intelectual de Antonio de Nebrija, uno de los precursores del Renacimiento en España, tuvo un impacto significativo en la Universidad de Salamanca. Nebrija había promovido el estudio de las lenguas, una disciplina que, aunque antes vista con escepticismo, se estaba convirtiendo en una herramienta crucial para la comprensión de los pueblos indígenas en las nuevas colonias. En este contexto, Sahagún desarrolló su interés por el idioma, el pensamiento y la cultura, un interés que más tarde lo llevaría a profundizar en los pueblos náhuatl, especialmente al abordar la complejidad lingüística y cultural del México prehispánico.
El ambiente intelectual y religioso de la época
El siglo XVI también fue testigo de una profunda reforma religiosa impulsada por Francisco de Cisneros, cardenal y figura clave dentro de la Orden Franciscana. El movimiento de reforma impulsado por Cisneros tuvo un efecto notable sobre las órdenes religiosas en España, entre ellas la Franciscana, a la que Sahagún se unió. En este clima de renovación y rigor religioso, los franciscanos impulsaban una vida de piedad estricta y una formación sólida que contrastaba con las posturas más tradicionales de la Iglesia.
El ambiente en el que Sahagún se formó estaba marcado por la tensión entre la observancia estricta de las reglas monásticas y el creciente interés por el estudio de las lenguas, las ciencias y la cultura. Aunque los estudios académicos y el humanismo eran esenciales en su formación, Sahagún también se enfrentó a resistencias dentro de su propia orden, particularmente de aquellos que veían el estudio como un obstáculo a la humildad franciscana. Esta contradicción sería una constante en su vida, tanto en el plano religioso como en el académico.
Orígenes familiares y formación
El desconocido origen de Fray Bernardino de Sahagún
Poco se sabe sobre los orígenes familiares de Bernardino de Sahagún. Su biografía es escasa en detalles personales, y su nombre original era Bernardino Ribeira. Algunos estudios, como el realizado por el historiador Jules-César Beltrami, sugieren que Sahagún provenía de una familia respetable, pero los registros históricos no proporcionan información adicional sobre su entorno familiar. En cualquier caso, lo que sí es claro es que su vida y carrera estuvieron profundamente marcadas por su formación en la Universidad de Salamanca y su ingreso en la Orden Franciscana.
Influencias tempranas en su vida y su formación en la Universidad de Salamanca
Sahagún se formó en el ambiente académico de Salamanca, una de las instituciones más prestigiosas de la época. En esta universidad, donde el pensamiento humanista comenzaba a calar en las ciencias y en la religión, Sahagún se empapó de las ideas más avanzadas sobre el estudio de las lenguas y las culturas. Este contexto fue fundamental para el desarrollo de su posterior trabajo misionero, pues en Salamanca fue donde aprendió las herramientas que luego utilizaría para comprender y documentar el mundo indígena de México. Su formación teológica le permitió comprender la complejidad del sincretismo religioso que se estaba gestando en las colonias, y cómo los pueblos indígenas fusionaban las creencias cristianas con sus propias tradiciones.
Su vinculación con la reforma franciscana
En su paso por Salamanca, Sahagún se unió a la Orden de los Franciscanos, una comunidad religiosa que en ese momento atravesaba un proceso de reforma liderado por Cisneros. La reforma franciscana se enfocaba en la purificación espiritual y el fortalecimiento de la vida monástica. A pesar de que Sahagún compartía estas preocupaciones, también se sintió atraído por el renacimiento intelectual de la época, lo que lo llevó a dedicarse al estudio de las lenguas y las culturas indígenas, algo que no todos en su orden consideraban apropiado.
Primeros intereses y decisiones
Sus primeras acciones en el ámbito religioso
A finales de la década de 1520, Sahagún partió a Nueva España como misionero franciscano. A su llegada, su primera tarea fue aprender la lengua náhuatl, una habilidad esencial para poder interactuar con las poblaciones indígenas. Este proceso de aprendizaje fue fundamental para su obra posterior, ya que le permitió no solo comunicarse, sino también comprender profundamente la cosmovisión y las creencias de los pueblos a los que evangelizaba.
El inicio de su trabajo misional y el impacto del viaje a Nueva España
Sahagún comenzó su trabajo misional en diversas localidades del México central, incluyendo Xochimilco y Tlamanalco. Su misión era doble: evangelizar a los pueblos indígenas, pero también entender sus creencias, mitos y costumbres. A medida que observaba y estudiaba las prácticas indígenas, Sahagún se dio cuenta de que la evangelización no podía limitarse a la simple imposición del cristianismo. Había una necesidad de adaptar el mensaje cristiano a las realidades culturales de los pueblos indígenas, sin caer en el sincretismo.
Sin embargo, esta reflexión le permitió a Sahagún desarrollar un enfoque único para la evangelización, que, además de buscar la conversión, se centraba en conocer a fondo las culturas locales. Esta etapa inicial de su vida en el nuevo continente fue fundamental, ya que le proporcionó las bases para su futura obra etnográfica y lingüística, un trabajo que lo consolidaría como uno de los padres fundadores de la antropología en América.
La evangelización en Nueva España
Primeros años en México y el aprendizaje de la lengua náhuatl
Fray Bernardino de Sahagún llegó a la Nueva España en 1529, un momento crítico en la historia de la evangelización en América. Como misionero franciscano, su primera prioridad fue aprender el náhuatl, la lengua dominante en la región central de México. Este esfuerzo no fue solo práctico, sino que estaba motivado por un profundo deseo de comprender el mundo de los indígenas para poder transmitir el mensaje cristiano de manera más efectiva y adaptada a sus realidades culturales.
El proceso de aprendizaje del náhuatl fue un desafío significativo, pero Sahagún lo abordó con la misma dedicación que lo hacía con sus estudios teológicos. Este conocimiento le permitió tener un acceso directo a la cosmovisión indígena, lo que más tarde resultaría esencial para su obra etnográfica. Además de dominar el idioma, Sahagún se dedicó a estudiar los sistemas de creencias de los pueblos nahuas, especialmente los dioses, rituales y mitos, con el objetivo de identificar puntos de contacto entre el cristianismo y las tradiciones indígenas, sin caer en el sincretismo que tanto temía.
Ingreso al Colegio Imperial de Santa Cruz y sus relaciones clave
Entre 1536 y 1539, Sahagún se unió al Colegio Imperial de Santa Cruz, una institución educativa creada para formar a los jóvenes indígenas en el aprendizaje del latín, las humanidades y las ciencias religiosas. Este colegio, ubicado en Santiago Tlatelolco, fue uno de los primeros intentos por integrar a los indígenas al mundo europeo mediante la educación formal.
Durante su estancia en este colegio, Sahagún trabajó junto a otras figuras clave en la educación y evangelización de los indígenas, como Arnaldo Bassacio, quien le ayudó a traducir textos bíblicos al náhuatl, y Alonso de Molina, un especialista en el idioma náhuatl que sería esencial para la traducción y el desarrollo de los diccionarios y textos que Sahagún redactaría más tarde. El entorno intelectual del Colegio de Santa Cruz fue crucial para su desarrollo como investigador y misionero, ya que le permitió interactuar directamente con los estudiantes indígenas, quienes se convertirían en sus colaboradores en la tarea de documentar la cultura prehispánica.
Además de su trabajo en el colegio, Sahagún también estableció relaciones con otros misioneros y etnógrafos, como Andrés de Olmos, quien estaba encargado de realizar un tratado sobre las antigüedades prehispánicas. Estos contactos fueron fundamentales para el trabajo de investigación que Sahagún comenzaría en los años siguientes.
El nacimiento de la Historia Universal de las cosas de la Nueva España
La primera fase de la obra y el enfoque etnográfico
A partir de 1545, Sahagún comenzó a dar forma a su obra más ambiciosa y duradera: Historia Universal de las cosas de la Nueva España. Esta obra monumental, que documentaría la cultura, la religión, el lenguaje y la vida cotidiana de los pueblos indígenas de México, fue fruto de más de tres décadas de investigación. Sahagún adoptó un enfoque etnográfico riguroso, utilizando métodos como entrevistas con informantes indígenas y la recopilación de relatos orales, escritos en náhuatl y traducidos al castellano.
Uno de los aspectos innovadores de la obra fue la manera en que Sahagún utilizó los materiales indígenas, incluyendo los códices y las pinturas, para construir su relato. Esto no solo le permitió preservar aspectos esenciales de la cultura náhuatl, sino que también se adelantó a su tiempo al utilizar un enfoque interdisciplinario que involucraba la historia, la antropología, la lingüística y la religión.
La primera fase de la obra fue conocida como los Primeros Memoriales, que consistía en un compendio de vocabularios y descripciones que tocaban aspectos clave de la vida y la religión de los pueblos indígenas. Estos primeros textos se caracterizaban por ser una especie de diccionario temático, que estaba ilustrado con dibujos y explicaciones detalladas sobre las costumbres, las creencias y la organización social de los pueblos nahuas.
Crisis y el giro hacia la investigación etnográfica y lingüística
Durante este mismo periodo, Sahagún pasó por una crisis personal y profesional. La terrible epidemia de 1545, que diezmó a la población indígena de la Nueva España, afectó profundamente su visión de la evangelización y la relación entre los colonizadores y los pueblos originarios. Esta tragedia, que también impactó el Colegio Imperial de Santa Cruz, lo llevó a replantear la eficacia de sus esfuerzos misioneros y a centrarse aún más en la recopilación de información sobre la vida prehispánica de los indígenas.
A partir de este momento, la obra de Sahagún se alejó de los enfoques misioneros tradicionales y se centró en una investigación más sistemática y detallada de la cultura indígena. Utilizando métodos más científicos, basados en la observación directa, entrevistas y recopilación de datos, Sahagún pudo construir un registro exhaustivo de las creencias, los rituales y las costumbres de los pueblos náhuatl.
El período comprendido entre 1547 y 1558 fue fundamental para la consolidación de la obra de Sahagún. Fue en estos años cuando se dio un paso clave: la elaboración de un vocabulario trilingüe en náhuatl, latín y castellano, que permitiera traducir los conceptos culturales y religiosos de los indígenas en términos que pudieran ser comprendidos por los colonizadores y, al mismo tiempo, preservara la riqueza lingüística del náhuatl.
Desafíos y controversias
La epidemia de 1545 y sus efectos en la misión
La epidemia de 1545 fue uno de los eventos más significativos en la vida de Sahagún y en el contexto de la evangelización en la Nueva España. La enfermedad, que mató a miles de indígenas, alteró la estructura social y cultural de las comunidades indígenas y obligó a los misioneros a reconsiderar sus métodos. Sahagún experimentó de cerca los efectos de esta tragedia, tanto en el ámbito personal como en su trabajo académico.
Durante este período, Sahagún se dedicó no solo a la enseñanza y evangelización, sino también a una profunda reflexión sobre el futuro de las comunidades indígenas y la eficacia de la labor misionera. Fue en este contexto de crisis que desarrolló una nueva perspectiva etnográfica, que se alejó de la simple tarea de predicar el cristianismo y se centró en comprender y preservar las culturas indígenas.
El conflicto con la orden y la resistencia frente a sus trabajos
A pesar del reconocimiento que Sahagún ganaba por su trabajo etnográfico y lingüístico, no estuvo exento de conflictos con la propia Orden Franciscana. Algunos miembros conservadores de la orden, influenciados por una visión más rígida y menos académica de la misión, consideraban que sus estudios y escritos eran inapropiados y peligrosos, pues temían que pudieran llevar a una mezcla de creencias o incluso cuestionar la autoridad de la Iglesia. Esta resistencia se intensificó a medida que Sahagún desarrollaba su obra, lo que llevó a que en ocasiones se le retirara el apoyo de la Orden.
Sin embargo, a pesar de estas dificultades, Sahagún continuó con su labor, decidido a completar su gran obra y a contribuir al entendimiento del mundo indígena desde una perspectiva completamente nueva.
Los últimos años de trabajo y la publicación de sus obras
El trabajo continuo entre 1562 y su retiro en 1582
Tras un periodo de intensa actividad misionera, en 1562 Fray Bernardino de Sahagún se retiró en gran parte de la predicación directa para concentrarse completamente en la recopilación y organización de la información que había estado recolectando a lo largo de los años. Fue entonces cuando su labor se volvió más sistemática y su obra alcanzó nuevas dimensiones, gracias a la constante colaboración con un equipo de indígenas que le ayudaban en la recopilación de datos, traducción y escritura.
Durante este tiempo, Sahagún residió principalmente en el convento de San Francisco de México y en el convento de Santiago de Tlatelolco, donde supervisaba el trabajo realizado por sus colaboradores. Fue también en este periodo cuando revisó y amplió los materiales que ya había recolectado para la Historia Universal de las cosas de la Nueva España, asegurándose de que los textos fueran lo más completos posibles. A pesar de que el trabajo de investigación y redacción le consumió casi toda su vida, Fray Bernardino no vio la culminación definitiva de su obra hasta muchos años después de su muerte.
La transcripción final y el Códice Florentino
El esfuerzo de Sahagún por preservar y presentar la cultura indígena en su obra monumental no estuvo exento de dificultades. En 1575, después de una serie de contratiempos, sus escritos fueron finalmente recuperados, gracias al apoyo del visitador franciscano Fray Rodrigo de Sequera. Con este apoyo, Sahagún pudo continuar su trabajo y, en 1577, completó lo que hoy se conoce como el Códice Florentino. Esta transcripción final de su obra se hizo en dos versiones: una en náhuatl y otra en castellano, ambas ilustradas con detalles que daban cuenta de la riqueza cultural de los pueblos indígenas. El Códice Florentino, que debe su nombre a la Biblioteca Medicea Laurenziana de Florencia, donde se conserva, se convirtió en uno de los documentos más importantes sobre la vida prehispánica en México.
Sin embargo, su trabajo no fue bien recibido por todos. En 1577, una cédula de Felipe II ordenaba la confiscación de los trabajos de Sahagún y prohibía su estudio, al considerar que sus contenidos tocaban temas de «supersticiones» y costumbres «paganas». A pesar de esta prohibición, Sahagún continuó con su labor, realizando correcciones y ampliaciones en los años posteriores, hasta 1585, aunque el acceso a sus materiales quedó restringido en gran parte por las autoridades eclesiásticas.
Su influencia directa y la protección real
La obra de Sahagún, a pesar de los obstáculos, trascendió las fronteras de su tiempo. La protección de fray Rodrigo de Sequera y otros miembros de la Iglesia permitió que Sahagún continuara su trabajo y pudiera ver algunos de sus escritos más completos. No obstante, la prohibición real sobre el contenido de su obra reflejó la resistencia de las autoridades a aceptar la riqueza cultural y el conocimiento que Sahagún había reunido sobre las creencias y prácticas indígenas.
A pesar de estas restricciones, el legado de Sahagún perduró, y su influencia fue reconocida con el tiempo. Durante los siglos posteriores, su trabajo fue considerado esencial para comprender el México prehispánico, y su Historia Universal de las cosas de la Nueva España ha sido una de las principales fuentes para los estudios modernos sobre la cultura y la historia de los pueblos indígenas.
Impacto en la ciencia y la cultura
El método científico de Sahagún y su contribución a la antropología
Fray Bernardino de Sahagún es considerado uno de los primeros antropólogos de América, un pionero en el uso de métodos etnográficos y lingüísticos para estudiar a los pueblos indígenas. A lo largo de su vida, Sahagún utilizó un enfoque interdisciplinario que combinaba el estudio del lenguaje, la historia, la religión y la cultura, lo que lo convirtió en un referente en el campo de la antropología. En su trabajo, adoptó un método sistemático que incluyó la recopilación de datos mediante entrevistas a informantes indígenas, la observación directa de las costumbres y rituales, y la utilización de los códices y pinturas indígenas para ilustrar sus estudios.
Su Historia Universal de las cosas de la Nueva España no solo es una obra de enorme valor histórico, sino también un ejemplo de los primeros intentos por comprender las culturas indígenas a través de una aproximación científica y rigurosa. Además, el hecho de que haya recopilado testimonios y explicaciones en náhuatl le permitió no solo preservar la lengua, sino también ofrecer una visión más precisa de la cosmovisión indígena, que hasta entonces había sido vista desde un enfoque exclusivamente europeo y cristiano.
Su legado como precursor de la etnología y lingüística
Sahagún no solo dejó una obra histórica, sino también una profunda contribución a la etnología y la lingüística. Su trabajo sobre el calendario náhuatl, la astrología y la medicina, así como su detallado estudio sobre la fauna, la flora y las piedras preciosas, han sido cruciales para los estudios posteriores sobre la cultura mexica. En particular, su libro undécimo de la Historia Universal de las cosas de la Nueva España, titulado «De las propiedades de los animales, aves, peces, árboles, hierbas, flores, metales y piedras», es una de las primeras exposiciones sistemáticas de la zoología, la botánica y la mineralogía de la región, lo que lo convierte en una fuente invaluable para los estudios científicos sobre la biodiversidad de México.
Además, el trabajo de Sahagún sobre la lengua náhuatl ha sido de gran importancia en el estudio de las lenguas indígenas de América. Su enfoque detallado de la gramática y la fonética del náhuatl permitió a los estudiosos posteriores comprender mejor las estructuras lingüísticas y culturales de los pueblos nahuas, y su trabajo es considerado un precedente fundamental para la lingüística moderna.
La interpretación histórica y su trascendencia
El reconocimiento tardío y su influencia en la ciencia moderna
Aunque el trabajo de Fray Bernardino de Sahagún fue ignorado y, en muchos casos, reprimido durante su vida, con el tiempo su obra fue reconocida por su valor académico y científico. En el siglo XIX, con el auge de la etnología y la antropología, se comenzaron a revalorar sus investigaciones y a utilizar sus escritos como una base fundamental para los estudios sobre la historia de los pueblos indígenas de México. Hoy en día, su obra sigue siendo un pilar fundamental para los estudios sobre el México prehispánico y la cultura indígena.
La importancia de su obra en el estudio del México prehispánico
El legado de Sahagún como historiador y antropólogo continúa vivo. Su Historia Universal de las cosas de la Nueva España no solo es una fuente primaria invaluable sobre las creencias, costumbres y prácticas de los pueblos indígenas de México, sino que también es un testimonio del esfuerzo de un hombre por comprender y documentar un mundo que estaba siendo destruido por la colonización. A través de su meticulosa investigación, Sahagún contribuyó de manera decisiva a la preservación de un vasto legado cultural que de otro modo podría haberse perdido para siempre.
MCN Biografías, 2025. "Fray Bernardino de Sahagún (1499–1590): Pionero en la Antropología y la Historia de México". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/sahagun-fray-bernardino-ribeira-de [consulta: 18 de octubre de 2025].