Rueda, Gerardo (1926-1996).
Escultor español nacido en Madrid en 1926 y fallecido en la misma ciudad en 1996, tras enfermar de forma repentina en Valencia. Empezó a pintar copiando cuadros cubistas y realizó paisajes de una figuración simple. A partir de 1955 su obra evolucionó hacia la abstracción con referencias constructivistas, para pasar a una pintura monocroma, con manchas leves que a veces adquieren volumen, relacionadas con el discurso espacialista europeo.
En 1960 su obra fue seleccionada para la exposición Before Picasso, after Miró que se celebró en el Guggenheim Museum de Nueva York. Desde 1963 Rueda y Torner colaboraron en la formación e instalación del Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca que Fernando Zóbel fundó con su colección privada en 1966.
A partir de 1965 el relieve empezó paulatinamente a tomar autonomía, tanto en los lienzos, donde los bastidores simulaban ventanas, como en los collages realizados con cajas de cerillas, utilizadas como módulos compositivos. En los años sesenta los relieves acabaron convirtiéndose en esculturas exentas en hierro cromado, que se completaban con objetos encontrados en su estado natural. Dentro de planteamientos abstractos y racionales, su obra se situaba próxima en algunas ocasiones al «minimal-art» o al movimiento Zero europeo.
En sus últimos años su interés se centró en los bodegones y el collage, práctica que no abandonó desde este momento y en la que obtuvo soluciones de una limpieza sutil y evocadora. Junto a su labor pictórica y escultórica hay que señalar su actividad en la ordenación de interiores, entre los que destacan la ejecución y montajes de la Sala de Exposiciones de la Torre del Merino de Santillana del Mar (1971) y la remodelación de varias salas del Museo de Santa Cruz de Toledo para la instalación de parte de la colección del Banco Hispano Americano (1987).
El nombre de Gerardo Rueda aparece también asociado al coleccionismo de pintura española contemporánea; en sus casas de Madrid y Cuenca custodiaba magníficos cuadros de Torner, Guerrero, Zóbel, Laffón y otros muchos artistas. Con su generosidad característica, cedió sus lienzos a instituciones públicas y privadas, nacionales y extranjeras, siempre que le fueron solicitados.
En la pintura española de postguerra, el nombre de Gerardo Rueda suele situarse al lado de quienes, como Fernando Zóbel y Gustavo Torner, impulsaron la creación del Museo de Arte Abstracto Español en Cuenca y propusieron, casi de inmediato y frente al predominio de un informalismo tenso y en ocasiones bronco, una salida lírica, con devociones clasicistas dentro de un espíritu claramente situado en la esfera de lo moderno. Al establecer esta especie de premisa previa se consiguió, en ocasiones, el efecto contrario: presentar a los conquenses como una respuesta de oposición estética a los integrantes del grupo El Paso. Compañeros en muchas aventuras, las diferencias se establecen al valorar algunos aspectos del trabajo. En el caso de Rueda es innegable que entre sus hilos conductores estaba tanto el sentido constructivo de sus intervenciones, como un rigor muy medido en la elección de los materiales (incluso al seleccionar los encontrados) o una progresiva decantación hacia el volumen.
Su obra la encontramos en los siguientes museos: Calcografía Nacional, Madrid; Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, Madrid; Biblioteca Nacional, Madrid; Fundación Juan March, Madrid; Museo de Escultura al Aire Libre, Madrid; Museo de Arte Moderno, Barcelona; Museo de Arte Abstracto Español, Cuenca; Museo de Bellas Artes, Vitoria; Museo de Arte Contemporáneo, Sevilla; Museo de Arte Moderno, París; Goteborgs Konstmuseum, Suecia; Brooklyn Museum, Nueva York; Aschenbach Foundation, San Francisco; Fogg Museum, Universidad de Harvard, British Museum, Londres; Colección del Banco Hispano Americano, Madrid.
En mayo de 2006 el IVAM valenciano realizó una gran retrospectiva en la que pudieron admirarse un centenar de sus obras enfrentadas a piezas de grandes genios como Picasso, Klee o Morandi.