Rodríguez Pérez, Manuel (1970-VVVV). El torero sevillano que nunca alcanzó la gloria
Manuel Rodríguez Pérez, conocido en el mundo del toreo como Manuel Campuzano, nació el 19 de diciembre de 1970 en Sevilla. Su vida y carrera en el mundo taurino estuvieron marcadas por la presión familiar y el legado de dos hermanos toreros, lo que determinó su entrada en el universo de los toros. Aunque su paso por las plazas fue efímero y modesto, su historia refleja las complicadas realidades del toreo en una de las familias más emblemáticas de la tauromaquia sevillana.
Orígenes y contexto histórico
Manuel Rodríguez Pérez, nacido en el seno de una familia profundamente vinculada al mundo de los toros, fue el hermano menor de José Antonio Rodríguez Pérez y Tomás Rodríguez Pérez, ambos toreros de renombre que alcanzaron cierto éxito en las plazas. Su vínculo con el toreo estuvo marcado por la influencia de sus hermanos, quienes desempeñaron un papel fundamental en su incorporación al mundo taurino. Si bien su padre no fue torero, sí estuvo involucrado en el mundo taurino, lo que permitió que los tres hermanos se adentraran en este arte tan tradicional de la cultura española.
El entorno sevillano en el que Manuel creció estuvo repleto de referentes taurinos y figuras de renombre, lo que probablemente influyó en su decisión de seguir los pasos de sus hermanos mayores. Sin embargo, a diferencia de José Antonio y Tomás, Manuel no parece haber mostrado una verdadera pasión por el toreo desde joven. A menudo, su historia se describe como la de un hombre que se sintió presionado por su familia y por el legado de su apellido para continuar con la tradición.
Logros y contribuciones
La carrera de Manuel Campuzano no estuvo llena de grandes triunfos ni de gestas memorables, pero sí tuvo algunos momentos destacados que marcaron su paso por el mundo taurino. Su debut como novillero tuvo lugar el 16 de agosto de 1987, en la plaza de toros de Palma de Mallorca. En esta ocasión, Manuel se presentó en el coso balear en un festejo acompañado por dos figuras del toreo: Soro II y Espartaco Chico. Durante este evento, se enfrentó a dos reses de ganaderías respetadas como la de don Alipio Pérez-Tabernero Martín y Los Majales, marcando el inicio de su andadura profesional.
A pesar de las expectativas generadas por su apellido y su conexión con importantes nombres del toreo, su trayectoria como novillero no fue especialmente brillante. Su hermano Tomás, al igual que él, evitó enfrentarse a los severos juicios de la afición madrileña en la Plaza de Las Ventas, lo que los convirtió en toreros que, aunque poseían cierta calidad, no alcanzaron la relevancia necesaria para dejar una huella significativa en la historia de la tauromaquia.
Fue a través de la presión familiar y la emulación de sus hermanos que Manuel alcanzó la alternativa como matador de toros. Este momento clave ocurrió el 9 de abril de 1994, en la plaza de Zafra (Badajoz), donde José Antonio apadrinó su alternativa y Tomás estuvo como testigo. La alternativa, que tuvo como protagonista un toro de la ganadería de los herederos de don José Escobar, fue un evento modesto, aunque Manuel logró cortar una oreja al sexto toro de la tarde, lo que marcó su entrada formal en el escalafón de los matadores.
Momentos clave
A pesar de que su carrera como matador de toros comenzó con la alternativa en Zafra, Manuel Campuzano no logró consolidarse en el mundo taurino. A diferencia de sus hermanos, quienes tuvieron una presencia destacada en las principales plazas de toros, Manuel no se dedicó con fervor a buscar el reconocimiento del público ni a superar las pruebas que exigían los escenarios más importantes. En particular, nunca se presentó en la Plaza de Las Ventas de Madrid, uno de los cosos más exigentes y relevantes para los toreros.
A lo largo de su corta carrera, las oportunidades de destacar fueron limitadas y su nombre raramente apareció en los carteles de las grandes plazas. Aunque su debut en la categoría de matador fue auspiciado por sus hermanos y contó con una actuación en la que logró cortar una oreja, el futuro de Manuel Campuzano en el toreo estaba marcado por la falta de compromiso con el oficio.
Relevancia actual
Hoy en día, Manuel Campuzano se considera una figura que pasó desapercibida en la historia del toreo. A pesar de los esfuerzos de sus hermanos, José Antonio y Tomás, por guiarlo y apoyarlo en su carrera, el torero sevillano no alcanzó el éxito esperado. Su nombre está ligado a una época en la que el peso de la tradición familiar fue determinante, pero sin el ímpetu necesario para destacar en el competitivo mundo taurino.
El hecho de que Manuel Campuzano nunca haya confirmado su alternativa en Madrid, sumado a la escasa presencia de su nombre en los carteles, habla de una carrera que se desvaneció rápidamente. Sin embargo, su historia es un testimonio de cómo la presión familiar y la emulación de los logros ajenos pueden llevar a una persona a seguir un camino que, aunque tradicional, no fue el adecuado para él. Esto demuestra que el arte de la tauromaquia no se transmite por herencia, sino por verdadera vocación, algo que Manuel nunca pareció encontrar plenamente en su relación con los toros.
En resumen, Manuel Campuzano es un claro ejemplo de aquellos toreros que entran en el mundo taurino no tanto por vocación propia, sino por la influencia de su familia y el peso de la tradición. Su paso por las plazas de toros fue breve y sin grandes éxitos, lo que le impidió dejar una huella importante en la historia del toreo. Sin embargo, su historia sirve como recordatorio de que el arte del toreo no se hereda, sino que requiere pasión, dedicación y, sobre todo, un verdadero llamado interior para triunfar en el ruedo.
MCN Biografías, 2025. "Rodríguez Pérez, Manuel (1970-VVVV). El torero sevillano que nunca alcanzó la gloria". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/rodriguez-perez-manuel2 [consulta: 17 de junio de 2025].