José Risueño (1665-1732). El escultor granadino que anticipó el rococó español

José Risueño fue un destacado escultor y pintor español cuya obra marcó un hito en la evolución del arte religioso del barroco tardío hacia el rococó. Nacido en Granada en 1665, Risueño desarrolló toda su carrera artística en su ciudad natal, influido por grandes maestros locales como Alonso Cano, Pedro de Mena y Diego de Mora. Su obra se caracteriza por una exquisita sensibilidad estética, el dominio técnico tanto en la escultura como en la pintura, y una delicadeza expresiva que lo distingue como uno de los grandes innovadores del arte sacro andaluz en el tránsito hacia el siglo XVIII.

Orígenes y contexto histórico

El nacimiento de José Risueño en la Granada de 1665 lo sitúa en una ciudad profundamente marcada por la tradición artística cristiana del barroco español. Granada, uno de los grandes focos del arte contrarreformista, había sido hogar y taller de figuras fundamentales como Alonso Cano, cuyo legado continuaron escultores de la talla de Pedro de Mena y Diego de Mora. En ese entorno de intensa actividad religiosa y artística, Risueño se formó y maduró como artista.

Desde joven, mostró una clara inclinación hacia las artes plásticas. Su aprendizaje se realizó en contacto directo con los talleres más prestigiosos de la ciudad, lo que le permitió familiarizarse con las técnicas del modelado en madera y barro, así como con las normas compositivas del arte barroco. En este contexto, desarrolló un estilo propio, inicialmente influido por Diego de Mora, pero que evolucionaría hasta alcanzar una notable originalidad en sus etapas más tardías.

Logros y contribuciones

José Risueño dejó una huella profunda en el arte religioso granadino del siglo XVIII, tanto por la calidad de sus obras como por su capacidad de síntesis entre el barroco y las incipientes formas del rococó. Fue un artista versátil que trabajó en diversos formatos y materiales, si bien se le reconoce sobre todo por sus esculturas en barro cocido y policromado.

Entre sus principales logros destacan:

  • La decoración escultórica de la fachada de la catedral de Granada, encargo de 1717.

  • La realización del retablo de la iglesia de San Ildefonso, también en Granada, en 1720.

  • La ejecución de figuras pequeñas en barro cocido y policromado, que le granjearon una gran fama por su refinamiento, movimiento y expresividad.

Estas figuras, muchas veces de carácter devocional, son piezas únicas dentro del arte español por su detallismo, la suavidad de sus formas y la expresividad contenida de sus rostros. En ellas se puede apreciar un lenguaje plástico que se distancia del dramatismo barroco para adentrarse en una estética más íntima y delicada, preludio del rococó.

Momentos clave

La carrera de José Risueño está marcada por una serie de momentos decisivos que consolidaron su reputación como escultor destacado de su época:

1717: Decoración de la fachada de la catedral de Granada

Este encargo supuso un importante reconocimiento institucional a su trayectoria. La intervención en una de las principales iglesias de la ciudad no solo puso a prueba su talento técnico, sino que le permitió desplegar su estilo escultórico en un formato monumental. La ornamentación de la catedral responde aún a criterios barrocos, pero ya incorpora ciertos elementos dinámicos y fluidos que anuncian una transición estilística.

1720: Retablo de la iglesia de San Ildefonso

Otra obra de gran envergadura fue el retablo para la iglesia de San Ildefonso. Este trabajo le permitió explorar en profundidad la interacción entre arquitectura, escultura y espiritualidad. El retablo, que aún puede admirarse, es un ejemplo notable de integración estética y teatralidad sacra, donde cada figura y ornamento cumple una función simbólica precisa.

Producción de figuras en barro cocido

Pero donde Risueño alcanzó su máxima originalidad fue en la escultura de pequeño formato. Sus figuras en barro cocido y policromado se distinguen por su movimiento contenido, su delicadeza y la cuidada policromía, muy cercana a la estética de Luisa Roldán, una de las grandes escultoras de la corte madrileña. Estas piezas marcaron un estilo propio dentro de la escultura devocional y lo colocaron a la vanguardia de una corriente más íntima y expresiva que el gran formato no siempre permitía.

Relevancia actual

La figura de José Risueño ha sido revalorizada en tiempos recientes por historiadores del arte que han encontrado en su obra un nexo clave entre el barroco final y el rococó español. Su estilo ha sido estudiado como un ejemplo temprano de cómo el arte sacro comenzó a adoptar una estética más decorativa, ligera y emocionalmente contenida.

En particular, sus figuras de barro policromado se han convertido en piezas de estudio y admiración por su valor artístico y técnico. Estas obras, conservadas en su mayoría en colecciones andaluzas y en templos granadinos, constituyen una referencia esencial para comprender la evolución de la escultura religiosa en el sur de España durante el siglo XVIII.

El interés por Risueño no es solo académico. Su legado continúa siendo una fuente de inspiración para escultores contemporáneos que buscan conectar con las tradiciones formales del pasado sin renunciar a una sensibilidad moderna. Además, muchas de sus obras siguen formando parte del patrimonio cultural vivo de Granada, siendo visitadas por miles de personas cada año.

Obras más destacadas de José Risueño

A lo largo de su carrera, Risueño realizó una serie de obras que merecen especial mención por su calidad, impacto y originalidad. Entre ellas se pueden destacar:

  • Decoración escultórica de la fachada de la catedral de Granada (1717): un ejemplo de escultura monumental integrada en la arquitectura religiosa.

  • Retablo de la iglesia de San Ildefonso de Granada (1720): pieza clave del barroco tardío granadino.

  • Figuras devocionales en barro cocido y policromado: pequeñas esculturas cargadas de expresividad, cercanas al estilo rococó, que lo posicionaron como uno de los artistas más innovadores de su tiempo.

  • Esculturas en madera con influencia inicial de Diego de Mora, que evolucionan hacia un estilo más fluido y decorativo en sus obras finales.

El legado de un escultor entre dos estilos

José Risueño representa una figura fundamental para comprender el tránsito estilístico entre el barroco y el rococó en España. Su capacidad para moverse entre diferentes formatos y materiales, su sensibilidad estética y su dominio técnico lo convierten en un artista clave dentro de la escuela granadina. Aunque su obra no gozó del mismo nivel de proyección internacional que otros artistas coetáneos, su huella es profunda y visible en el arte religioso andaluz.

Al integrar con maestría la tradición escultórica del barroco con las nuevas corrientes decorativas, Risueño no solo consolidó un lenguaje propio, sino que anticipó muchas de las tendencias que dominarían el arte sacro español del siglo XVIII. Su nombre está hoy unido de forma inseparable a la identidad artística de Granada y al rico patrimonio escultórico del sur peninsular.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "José Risueño (1665-1732). El escultor granadino que anticipó el rococó español". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/risuenno-jose [consulta: 28 de septiembre de 2025].