Reyes, José Trinidad (1797-1855).


Religioso y escritor hondureño nacido en San Miguel de Tegucigalpa el 11 de junio de 1797 y fallecido el 20 de septiembre de 1855 en la capital del país. Responsable de la fundación de la Universidad Nacional de Honduras, cultivó el género poético en elegías («Elegía al General don Francisco Ferrera, en la muerte de su hijo Fulgencio» y «Canto elegíaco a la muerte del Señor Obispo don Jorge Viteri y Ungo») y composiciones satíricas, escritas en décimas octosílabas y conocidas popularmente como «cuándos», por ser ésta la palabra utilizada por el autor al final del último verso. Escribió poemas políticos como «Honduras», «A la independencia» y «Octavas a los diputados del Congreso Nacional Constituyente». También fue prolífica su creación dramática, con autos como Adoración a los Santos Reyes Magos y pastorelas como Noemí, Micol, Elisa, Neftalia, Selfa, Rubenia, Albano, Olimpia y Floro.

Nacido en el seno de una familia con tradición humanista y musical, a la edad de quince años ya atesoraba una sólida formación. El padre Juan Altamirano le instruyó en la lengua latina y recibió clases de dibujo del pintor guatemalteco Rafael Martínez. Hacia 1815 abandonó Tegucigalpa y partió hacia Nicaragua para continuar sus estudios en la ciudad de León, donde ingresó como novicio, cuatro años más tarde, en el Convento de los Recoletos. En 1822 recibió la ordenación como diácono y presbítero y en 1825 se trasladó a Guatemala donde pudo completar sus estudios literarios y profundizar en la obra de los autores clásicos griegos y latinos y los dramaturgos españoles.

De regreso a Honduras en 1828, se instaló en el Convento de Nuestra Señora de las Mercedes, lugar que se convertiría en su residencia habitual hasta su muerte. A partir de este momento, inició una importante labor de reconstrucción y conservación de edificios religiosos, como la capilla del templo de La Merced, las iglesias de San Francisco y El Calvario, los pequeños templos de Las Casitas y Soraguara o la Iglesia Parroquial de Tegucigalpa, en ruinas desde el terremoto de 1809.

En diciembre de 1845 se convirtió en presidente de la «Sociedad del Genio Emprendedor y del Buen Gusto», cuna de la Universidad Nacional de Honduras en la que el Padre Reyes recibió el nombramiento de rector. Acompañado del Jefe del Estado, Juan Lindo, y del obispo, Francisco de Paula Campoy y Pérez, el Padre Reyes inauguró la máxima institución académica del país el 19 de septiembre de 1847. Desde su nuevo cargo, impulsó la creación de la primera biblioteca hondureña, la llamada Biblioteca de la Academia. La Imprenta de la Academia, proyecto también pionero en el país, favoreció la divulgación de textos académicos como las Lecciones elementales de Física, obra recopilatoria editada por el propio Reyes.

Convertido en una auténtica autoridad nacional, sus discursos políticos y religiosos prologaron los actos más representativos de la vida pública hondureña. Después de una enfermedad que le persiguió durante varios meses, falleció en el mes de septiembre de 1855 en Tegucigalpa, rodeado de familiares, amigos y un buen número de discípulos.