Reyes, Isabelo de los (1864-1938).
Sindicalista, senador y escritor filipino, nacido en Vigan (provincia de Ilocos Sur, Luzón) el 7 de julio de 1864 y fallecido en Manila el 10 de octubre de 1938, fundador de la Unión Obrera Democrática de Filipinas (UOD), que está considerado el pionero del movimiento sindicalista y obrero en su país.
Isabelo de los Reyes se formó en el Seminario de su localidad natal y en el prestigioso Colegio San Juan de Letrán de Manila, ciudad a la que se trasladó con sólo dieciséis años. Estudió Derecho y Humanidades en la Universidad de Santo Tomás, y tras graduarse ganó una plaza de notario (1886) que no le fue concedida por no tener la edad mínima requerida para dicha profesión. En esta misma época ya había comenzado a escribir artículos periodísticos para distintas gacetas locales (El Comercio, La Opinión, La Revista Popular) con el fin de sufragar los estudios, aunque pronto descubrió en la pluma su auténtica vocación. En 1889 fundó su propio periódico, El Ilocano, que tuvo la particularidad de ser el primero escrito en esta lengua indígena. Interesado igualmente por la historia y cultura filipina, publicó a partir de 1888 varios trabajos sobre la prehistoria, el período de la conquista española o la historia local (Historia de Ilocos, 2 vol., 1890).
En sus artículos y ensayos comenzó a dejar traslucir una feroz crítica al sistema colonial español y especialmente a los abusos de las órdenes religiosas, reclamando urgentes reformas administrativas y sociales en la línea de los propagandistas de José Rizal y Marcelo del Pilar, aunque él nunca llegó a ser un integrante de este movimiento. Acusado de participar en la rebelión independentista de 1896, fue encarcelado por orden del gobernador Polavieja en la prisión de Bilibid (enero de 1897). Durante su estancia en prisión tuvo tiempo para fraternizar con katipuneros e independentistas (véase Katipunan), y fruto de esta experiencia escribió la Sensacional Memoria sobre la Revolución Filipina. Posteriormente fue enviado a España, donde pasó un tiempo prisionero en el Castillo de Montjuich, para ser liberado después de la firma de la Paz de Byak-Na-Bató (diciembre de 1897) con la condición de permanecer en la península y aceptar un puesto en el Ministerio de Ultramar, aunque ello no mermó su patriotismo y espíritu revolucionario. Durante su estancia en Madrid contrajo matrimonio con una española, publicó las Memorias de la Revolución (1899) junto a otros dos nuevos libros (Independencia y Revolución, y La Religión del Katipunan) y fundó dos periódicos desde los que atacó el nuevo dominio impuesto sobre las islas por los Estados Unidos.
Una vez concluido el conflicto colonial le fue permitido regresar a las Filipinas en julio de 1901, volcándose a partir de este momento en la organización de un movimiento para la defensa de los intereses de la clase obrera y el campesinado. Fruto de esta labor fundó la Unión de Impresores de Filipinas (UIF), el primer sindicato laboral filipino, y la Unión Obrera Democrática Filipina (febrero de 1902), de la que él mismo fue su primer presidente. También se debió a Isabelo de los Reyes la introducción del Primero de Mayo en el archipiélago, así como la organización de la primera gran huelga general de campesinos y trabajadores de la industria local en agosto de ese mismo año, suceso que le valió una pena de prisión de varios meses.
Después de tantos años de lucha contra el poder establecido, en su madurez forjó una exitosa carrera política, primero como concejal de Manila (1912-1919) y después como senador (1922-1928) en representación de su isla natal. Una parálisis le dejó incapacitado durante los últimos diez años de su vida.