Agustín Querol (1860-1909): Escultor de la Restauración Española
Agustín Querol (1860-1909) fue uno de los escultores más importantes y reconocidos de la España de finales del siglo XIX y principios del XX. Su obra se inscribe en la época de la Restauración, un período marcado por la rigidez en los gustos artísticos y la tendencia a la ornamentación excesiva. Querol, nacido en Ulldecona, Tarragona, comenzó su carrera en circunstancias humildes, pero logró alcanzar gran notoriedad, tanto a nivel nacional como internacional, debido a su talento y las influencias políticas que marcaron su carrera.
Orígenes y contexto histórico
Agustín Querol nació en 1860 en Ulldecona, Tarragona, en el seno de una familia de escasos recursos. Como era común en la época, los orígenes humildes no fueron un impedimento para que el joven Querol se dedicara al arte. Desde temprana edad mostró interés por la escultura, por lo que se trasladó a Tortosa, donde comenzó sus primeros estudios artísticos. Sin embargo, debido a su situación económica, se vio obligado a compaginar sus estudios con trabajos en una panadería, lo que demuestra la resiliencia y dedicación del escultor.
Posteriormente, se trasladó a Barcelona, donde trabajó como auxiliar de dos artistas influyentes de la época: Domingo Talarn y los hermanos Vallmitjana. Durante su tiempo en Barcelona, Querol estudió en la prestigiosa escuela de la Lonja, que fue clave en su formación artística. No obstante, fue en esta ciudad donde consolidó su estilo y desarrolló las bases de su futura carrera como escultor.
Con el tiempo, Querol montó su propio taller en un amplio local de Sarriá, un distrito de Barcelona. Este espacio se convirtió en el centro de su actividad creativa y en el lugar donde nació buena parte de su legado artístico.
Logros y contribuciones
A lo largo de su carrera, Agustín Querol consiguió destacarse por su capacidad para crear monumentos de gran envergadura, muchos de los cuales fueron encargados por instituciones públicas o privadas de prestigio. Su éxito estuvo fuertemente vinculado a las relaciones políticas que mantuvo con figuras influyentes de la época, como el político Antonio Cánovas del Castillo, quien le brindó su apoyo incondicional. A través de este padrinazgo, Querol obtuvo importantes encargos que le permitieron consolidarse como uno de los escultores más relevantes del momento.
Uno de sus logros más destacados fue el concurso ganado para llenar de esculturas el frontón de la Biblioteca Nacional de Madrid. Este trabajo fue emblemático, ya que le permitió ganar notoriedad y dar rienda suelta a su estilo recargado, propio de la época. El uso de formas ornamentales y figuras alegóricas fue una de las características que definieron su trabajo, el cual se asocia con un estilo cercano al Kitsch, que, aunque criticado por algunos, fue muy representativo del gusto predominante en la España de la Restauración.
A lo largo de su carrera, Agustín Querol realizó numerosos monumentos y esculturas para diferentes ciudades, tanto en España como en el extranjero. Algunos de los más importantes incluyen los monumentos a Claudio Moyano y Francisco de Quevedo en Madrid, el sepulcro de Cánovas del Castillo en la Basílica de Atocha, los monumentos a Méndez Vigo y Elduayen en Vigo, el monumento a la Viuda de Epalza en Bilbao, y varios otros en ciudades como Cádiz, Barcelona, Manila, Montevideo y Guayaquil. Este alcance internacional habla de la relevancia de su obra en su época, pues sus esculturas fueron vistas como representaciones de la glorificación de la historia y la política de los países donde se ubicaron.
Momentos clave de su carrera
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1884: Agustín Querol se trasladó a Roma para perfeccionar su técnica y estudiar las grandes obras de la escultura clásica. Este viaje resultó fundamental para su evolución artística, ya que amplió su horizonte y consolidó su estilo.
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1887: Regresa a España tras tres años en Roma, donde empieza a recibir encargos de gran importancia que lo catapultan al estrellato.
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Finales del siglo XIX: Durante la Restauración, Querol se convierte en uno de los escultores más influyentes de la época, gracias a su apoyo político y a la estética recargada que predominaba en el arte público de ese momento.
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1901: El sepulcro de Cánovas del Castillo en la Basílica de Atocha se convierte en uno de sus trabajos más emblemáticos. Esta obra refleja tanto su capacidad técnica como su vinculación con el poder político de la época.
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1909: Agustín Querol fallece en Madrid el 14 de diciembre, dejando un legado importante en la escultura española.
Relevancia actual
Hoy en día, la figura de Agustín Querol sigue siendo objeto de análisis y estudio debido a la complejidad de su obra y su conexión con los movimientos artísticos de la época. Si bien algunos críticos de la escultura moderna consideran que su estilo está estrechamente vinculado al Kitsch, es innegable que Querol dejó una huella indeleble en el arte público español. Las monumentales esculturas que creó se conservan en diversas ciudades del mundo, convirtiéndose en testimonios de una época que, aunque criticada en muchos aspectos, tuvo una gran importancia en el desarrollo de la cultura europea.
La estética recargada y el simbolismo presente en las esculturas de Querol son ahora vistas con una nueva perspectiva, en la que se aprecian no solo como piezas de arte decorativo, sino también como representaciones de los valores y las tensiones sociales de su tiempo. Sin lugar a dudas, la figura de Agustín Querol es un punto de referencia para comprender la escultura española de finales del siglo XIX y principios del XX.
MCN Biografías, 2025. "Agustín Querol (1860-1909): Escultor de la Restauración Española". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/querol-agustin [consulta: 29 de septiembre de 2025].