Pilsudski, Józef Klemens (1867-1935)
Militar y político polaco nacido en Zulow (Imperio ruso y actual Lituania) el 5 de diciembre de 1867 y fallecido en Varsovia el 12 de mayo de 1935. Figura clave de la historia polaca, revolucionario y héroe de la independencia frente a los rusos, fue primer presidente de Polonia en el período de entreguerras.
Nacido en el seno de una familia noble pero de escasos recursos económicos, recibió educación en la escuela de Wilno (actual Vilnius) y en las universidades de Jarkov y Jagelloniana de Cracovia, donde pronto entró en contacto con el movimiento marxista partidario de la independencia polaca. En 1887 fue deportado a Siberia acusado de participar en una conspiración para asesinar al zar Alejandro III. A su regreso, en 1892, contribuyó a formar clandestinamente el Partido Socialista Polaco y el periódico Robotnik (‘El Trabajador’), elementos que bajo su liderazgo se convirtieron en una eficaz maquinaria de propaganda y lucha antizarista. Casado desde 1899 con María Juszkiewicz, sufrió prisión y se vio obligado a refugiarse un tiempo en Cracovia, en territorio del Imperio austro-húngaro.
En 1902 regresó a la Polonia rusa para retomar las riendas del partido que, sin embargo, en esos años se dividió entre los partidarios de la revolución marxista y los que abogaban por la independencia de Polonia como objetivo principal; al frente de estos últimos se colocó Pilsudski, apoyado por Roman Dmowski y decidido a lograr una Polonia independiente a toda costa. Para ello creó un ejército secreto en Galitzia (Polonia austríaca) compuesto por unos diez mil hombres, germen de la futura Legión polaca, que contó con la ayuda de Austria y fue financiado con el robo de un tren ruso que él mismo dirigió.
Al estallar la I Guerra Mundial las fuerzas polacas bajo su mando lucharon junto a Austria-Hungría y Alemania con la esperanza de que ambas potencias derrotaran al Imperio ruso y garantizaran la formación de un Estado polaco; esto último ocurrió en noviembre de 1916 a cambio de la alianza militar del nuevo Estado, y a continuación fue nombrado miembro del Consejo de Estado y jefe del Ejército. No obstante, al producirse el estallido de la revolución rusa de febrero de 1917, Pilsudski decidió retirar al ejército polaco, lo que motivó que los alemanes lo encarcelaran en Magdeburgo (julio de 1917). Fue liberado tras la derrota de los Imperios Centrales y regresó triunfal a Polonia (noviembre de 1918), donde recibió los cargos de Jefe de la República y comandante en jefe del Ejército. Se encargó de supervisar el desarme de las fuerzas alemanas y austríacas aún presentes en Polonia y reclamó ante los aliados la devolución de los territorios perdidos en los repartos de finales del siglo XVIII, lo que acarreó no pocos conflictos con los nuevos Estados vecinos (Checoslovaquia y Lituania).
Disconforme con la delimitación establecida en el Tratado de Versalles para su frontera oriental -la célebre «línea Curzon»-, Pilsudski decidió emprender una ofensiva sobre Kiev (abril de 1920) que también pretendía establecer las bases para la creación de una confederación de Estados (Ucrania, Bielorrusia, Lituania y Polonia), que pudiera defenderse ante Rusia y Alemania. En el verano de 1920 tuvo que hacer frente a la invasión del Ejército Rojo ruso y, de nuevo al mando directo de la Legión polaca, logró detener a las tropas soviéticas delante de Varsovia, batalla en la que demostró sus grandes dotes de estratega a pesar de la inferioridad manifiesta de sus fuerzas. En diciembre de 1922 cesó como Jefe del Estado y en mayo de 1923 como Jefe supremo del ejército; a continuación se retiró de la vida pública durante varios años.
La crisis política por la continua inestabilidad de los gobiernos, unida a la crisis económica, motivó en 1926 el regreso de Pilsudski quien, con la ayuda del ejército, derribó al gobierno de Wincenty Witos y al presidente Wojciechowski, y reformó la Constitución; fue el denominado «Golpe de Mayo», cuya consecuencia inmediata fue el final del sistema parlamentario instaurado después de la independencia. Aunque nominalmente sólo era ministro, controló durante esos años las riendas del poder y en 1930 reaccionó enérgicamente contra los líderes de la coalición de centro-izquierda que pedían el restablecimiento de los derechos del Parlamento: fue lo que se conoció como régimen sanacja. En política exterior firmó por mediación de su ministro Beck sendos tratados de no agresión con la URSS (julio de 1932) y Alemania (enero de 1934), que a la postre no tuvieron trascendencia, e intentó infructuosamente establecer una alianza con Francia.
Contrajo segundas nupcias con Aleksandra Szcerbinska y tuvo dos hijas. Falleció a consecuencia de un cáncer de hígado.