Maurice Ohana (1914-1992): Un genio de la música clásica con raíces españolas y un estilo innovador
Maurice Ohana, nacido el 12 de junio de 1914 en Casablanca, fue un pianista y compositor francés de origen español que dejó una huella indeleble en la música clásica del siglo XX. Su obra, caracterizada por una mezcla única de influencias culturales y musicales, lo ha colocado como una figura clave en la historia de la música contemporánea. Ohana no solo fue conocido por su dominio del piano, sino también por su habilidad para fusionar elementos de la música andaluza, africana y francesa, creando un estilo verdaderamente personal y revolucionario.
A lo largo de su carrera, Ohana se destacó por su capacidad para renovar el lenguaje musical a través de innovaciones técnicas y conceptuales. Su formación académica fue sólida, habiendo estudiado en prestigiosas instituciones tanto en París como en Barcelona y Roma, lo que le permitió desarrollar una vasta comprensión de la música clásica y contemporánea. Sin embargo, lo que realmente definió a Ohana fue su capacidad para experimentar con nuevos sonidos y formas musicales, desafiando las convenciones de su época.
Orígenes y contexto histórico
Maurice Ohana nació en Casablanca en 1914, una ciudad que en ese entonces era parte del protectorado francés en Marruecos. Su origen español, con raíces profundamente conectadas con la cultura andaluza, fue una de las características que más influyó en su estilo musical. Desde joven, mostró una gran habilidad para la música, lo que lo llevó a estudiar en París bajo la tutela de figuras prominentes como Lazare-Levy y Daniel-Lesur, quienes lo guiaron en sus primeros pasos como compositor.
En Barcelona, Ohana continuó perfeccionando su técnica con el pianista y compositor Frank Marshall, mientras que en Roma, se formó con el influyente compositor italiano Casella. Estos estudios le proporcionaron una sólida base técnica y teórica que le permitió luego experimentar con diversos estilos y géneros musicales, fusionando sus raíces hispánicas con las influencias europeas que encontraba en cada ciudad que visitaba.
El contexto histórico en el que Ohana creció también jugó un papel crucial en su música. La Europa de principios del siglo XX estaba atravesando grandes transformaciones políticas y sociales, y Maurice se vio afectado por los movimientos culturales de su tiempo. Participó activamente en la fundación del grupo Zodiaco en 1947, un colectivo destinado a defender la libertad de expresión a través de la música, lo que refleja su compromiso con la búsqueda de nuevas formas de comunicación artística.
Logros y contribuciones
La obra de Maurice Ohana abarca una amplia gama de géneros, desde composiciones para piano hasta ballets y obras sinfónicas. Su capacidad para integrar influencias de diferentes tradiciones musicales hizo de él una figura única en el panorama musical de su época. A lo largo de su carrera, produjo una serie de obras que se destacaron por su innovación y complejidad, al mismo tiempo que mantenían una conexión profunda con sus raíces culturales.
Una de sus composiciones más destacadas es el «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías» (1959), una obra profundamente emotiva que refleja su admiración por la cultura española y su sensibilidad hacia las tragedias humanas. Esta pieza, inspirada por el poema de Federico García Lorca, captura la tragedia del matador español Ignacio Sánchez Mejías, y se convirtió en una de las obras más emblemáticas de Ohana.
El ballet «Prometeo» (1956) es otra de sus contribuciones significativas, en la que exploró nuevas formas de expresión a través de la danza y la música. Esta obra no solo mostró su capacidad para fusionar diferentes disciplinas artísticas, sino también su habilidad para explorar mitos y leyendas de una manera completamente novedosa.
En su serie de obras «Sincronías» (1964), Ohana se adentró en el campo de la música electrónica, utilizando nuevas tecnologías para crear sonoridades innovadoras. Esta búsqueda constante de nuevas texturas sonoras lo llevó a desarrollar técnicas compositivas complejas que le permitieron renovar el lenguaje musical de su tiempo.
Además de estas obras, su serie de «24 Preludios para piano» (1972) y «Anneau du Tamarit» (1980) son ejemplos claros de su evolución como compositor. En estos trabajos, Ohana continuó explorando nuevas formas de escritura musical, buscando constantemente nuevas maneras de expresar emociones a través de la música.
Momentos clave en su carrera
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Fundación del grupo Zodiaco (1947): Este evento marcó el inicio de su compromiso con la defensa de la libertad de expresión en la música, y fue clave en el desarrollo de su estilo único.
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«Llanto por Ignacio Sánchez Mejías» (1959): Esta obra es una de las más importantes de su carrera y la que lo consolidó como una figura relevante en el mundo de la música clásica contemporánea.
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El ballet «Prometeo» (1956): La creación de esta obra simboliza la capacidad de Ohana para integrar diferentes formas artísticas en una misma pieza.
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«Sincronías» (1964): La incorporación de la música electrónica en su obra es uno de los hitos más importantes de su carrera, mostrando su capacidad para adaptarse a las nuevas tecnologías.
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«24 Preludios para piano» (1972) y «Anneau du Tamarit» (1980): Estas obras representan su madurez como compositor y su búsqueda constante de nuevos horizontes musicales.
Relevancia actual
La obra de Maurice Ohana sigue siendo relevante hoy en día, no solo por sus logros técnicos y compositivos, sino también por su capacidad para trascender las fronteras culturales. Su estilo, aunque profundamente marcado por sus raíces hispánicas, es un testimonio de su universalidad como artista. La música de Ohana ha influido en una generación de compositores y músicos contemporáneos, y sus obras continúan siendo interpretadas y apreciadas por públicos de todo el mundo.
Su legado no solo perdura en las partituras que dejó, sino también en la forma en que su música ha sido interpretada a lo largo de los años. Cada vez que se interpreta una de sus composiciones, se revive la innovación y la pasión que definieron su carrera. Hoy, más que nunca, la música de Maurice Ohana sigue siendo un puente entre culturas y épocas, un testamento de su genialidad y su visión artística única.
Maurice Ohana falleció en París el 13 de noviembre de 1992, pero su música sigue viva, resonando en los teatros, auditorios y salas de conciertos de todo el mundo. Su legado perdura no solo como compositor, sino como un pionero de la música contemporánea que supo integrar lo mejor de las tradiciones musicales del pasado con las innovaciones del presente.
MCN Biografías, 2025. "Maurice Ohana (1914-1992): Un genio de la música clásica con raíces españolas y un estilo innovador". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/ohana-maurice [consulta: 19 de octubre de 2025].