Nebiryerau II (ca. 1607 a.C.). El efímero faraón que desafía la historia de Egipto
La figura de Nebiryerau II representa uno de los casos más enigmáticos y controvertidos de la historia del Antiguo Egipto. Asociado con el final de la XVII dinastía, su existencia se basa en registros fragmentarios y, en la actualidad, es ampliamente cuestionada por los egiptólogos. Sin embargo, su nombre ha quedado grabado en documentos como el Papiro real de Turín y vinculado a artefactos arqueológicos que generan más preguntas que respuestas. Este monarca, que supuestamente habría reinado durante apenas cinco meses, refleja las complejidades y lagunas de una época turbulenta en la historia del valle del Nilo.
Orígenes y contexto histórico
Nebiryerau II habría vivido durante uno de los periodos más convulsos del Antiguo Egipto: el Segundo Período Intermedio, una etapa de fragmentación política y debilidad del poder central. Esta época, situada entre el final de la XIII dinastía y el comienzo del Imperio Nuevo, estuvo marcada por el dominio extranjero en el norte del país, especialmente de los hicsos, mientras que el sur egipcio intentaba mantener viva la tradición faraónica.
Durante esta etapa se desarrolló la XVII dinastía, a la que habría pertenecido Nebiryerau II. Esta dinastía, centrada en la ciudad de Tebas, tuvo como objetivo primordial resistir la influencia hicso y recuperar la independencia total de Egipto. En este contexto, Nebiryerau II habría sucedido a su predecesor Nebiryerau I, quien sí cuenta con una mayor aceptación dentro de la cronología real.
La presencia de su nombre en el Papiro real de Turín, un documento clave para reconstruir las listas de reyes egipcios, es uno de los pocos elementos que sostienen la hipótesis de su existencia. Aun así, muchos expertos consideran que su inclusión pudo deberse a un error de copia o duplicación involuntaria del nombre de su antecesor.
Logros y contribuciones
A pesar de lo limitado de su reinado, atribuido a una duración de apenas cinco meses, a Nebiryerau II se le relaciona con algunos elementos arqueológicos de cierto valor histórico:
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Inscripción en el cenotafio de Osiris, ubicado en la tumba de Djer en Abidos. Esta necrópolis sagrada se asociaba con la vida eterna y era un centro de culto esencial durante el Imperio Medio y el Segundo Período Intermedio.
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Sello encontrado en Nubia, el cual contenía su cartucho real, lo que indica algún tipo de actividad diplomática o comercial en esa región del sur, aunque también es posible que este objeto perteneciera originalmente a otro soberano con nombre similar.
No se le conocen grandes construcciones, campañas militares ni reformas administrativas. Esto se debe, en parte, a la brevedad de su supuesto mandato, pero también al hecho de que muchos investigadores actuales creen que Nebiryerau II nunca existió realmente, sino que fue un error de duplicación en la transcripción de documentos antiguos.
Momentos clave
Dada la escasez de fuentes, los momentos relacionados con la figura de Nebiryerau II son más bien puntos de controversia en la historiografía egipcia que hechos confirmados. Aun así, se pueden destacar los siguientes:
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Inclusión en el Papiro real de Turín, donde aparece como séptimo rey de la XVII dinastía, inmediatamente después de Nebiryerau I.
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Presunta actividad en Abidos, con la inscripción en el cenotafio de Osiris dentro del complejo funerario atribuido a Djer.
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Descubrimiento de un sello en Nubia, lo que podría indicar una tentativa de ejercer autoridad sobre regiones limítrofes o de mantener vínculos con áreas estratégicas para el comercio y la política.
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Desplazamiento por parte de Semenenre, su supuesto sucesor en la cronología de la XVII dinastía según los registros del Papiro de Turín.
Estos eventos, más que narrar una trayectoria política o militar concreta, reflejan las sombras que envuelven al personaje, convirtiéndolo en un caso de estudio interesante para la crítica historiográfica y arqueológica.
Relevancia actual
Aunque su existencia es ampliamente cuestionada por la comunidad académica moderna, la figura de Nebiryerau II sigue siendo relevante como ejemplo de los desafíos metodológicos que enfrenta la egiptología. Su caso ilustra los siguientes aspectos:
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Limitaciones de las fuentes documentales: el Papiro real de Turín, pese a su importancia, presenta lagunas y errores que deben ser interpretados con precaución.
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Complejidad de las genealogías reales: la dinastía XVII está llena de nombres poco conocidos, reinados breves y duplicaciones, lo cual dificulta establecer una secuencia lineal clara.
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Importancia de la arqueología en la reinterpretación del pasado: hallazgos como el sello en Nubia o las inscripciones en Abidos invitan a un análisis crítico sobre su autenticidad, datación y relación con otras fuentes.
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Influencia en la construcción del relato histórico nacional: incluso personajes considerados ficticios han sido usados para completar vacíos históricos y dar continuidad narrativa a periodos oscuros.
En este sentido, Nebiryerau II simboliza la tensión entre el documento escrito y la evidencia arqueológica, así como los riesgos de interpretar los registros antiguos sin un enfoque crítico. Su mención en textos fundamentales lo ha mantenido vivo dentro del debate académico, aun cuando muchos sostienen que jamás ocupó el trono de Egipto.
La posible inexistencia de Nebiryerau II no le resta interés; al contrario, subraya cómo incluso los nombres que se desvanecen en el tiempo pueden ofrecer claves valiosas para entender el proceso de construcción histórica. Su historia, o la ausencia de ella, nos recuerda que el pasado egipcio no es un relato cerrado, sino un campo abierto a nuevas interpretaciones.
MCN Biografías, 2025. "Nebiryerau II (ca. 1607 a.C.). El efímero faraón que desafía la historia de Egipto". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/nebiryerau-ii [consulta: 30 de septiembre de 2025].