Blas Antonio Nasarre y Férriz (1689-1751). El polemista ilustrado que desafió el canon literario español
Blas Antonio Nasarre y Férriz fue una de las figuras más controvertidas y, a la vez, más influyentes del ámbito literario y jurídico español del siglo XVIII. Nacido en Alquézar (Huesca), este intelectual aragonés se destacó no solo como catedrático de Derecho en Zaragoza, sino también como uno de los primeros críticos sistemáticos de la literatura clásica española desde una perspectiva ilustrada. Su paso por la dirección de la Biblioteca de Palacio y su membresía en instituciones culturales como la Academia del Buen Gusto y la Real Academia Española dan cuenta de su relevancia en el contexto intelectual de su tiempo.
Sin embargo, lo que elevó su figura a un plano de reconocimiento histórico fue su actitud provocadora ante dos monumentos literarios españoles: la obra de Miguel de Cervantes y el teatro de Lope de Vega. A través de sus ediciones y juicios críticos, Nasarre y Férriz desafió abiertamente la tradición literaria, lo que le convirtió en un personaje de gran impacto en la transición hacia la modernidad ilustrada.
Orígenes y contexto histórico
Blas Antonio Nasarre y Férriz nació en 1689 en la localidad de Alquézar, situada en la actual provincia de Huesca. Este enclave del Reino de Aragón se encontraba entonces en una España que comenzaba a transitar desde la decadencia de los Austrias hacia la centralización borbónica impulsada por Felipe V. Fue un contexto convulso en lo político y profundamente renovador en lo cultural.
El siglo XVIII español, conocido como el Siglo de las Luces, vivió un proceso de transformación en todos los órdenes de la vida nacional. El pensamiento ilustrado comenzaba a introducirse con fuerza, defendiendo la razón, el progreso, la crítica y la reforma de las instituciones tradicionales. En ese marco, la figura de Nasarre encarna la tensión entre el mundo clásico barroco y las nuevas ideas ilustradas, que promovían una revisión crítica del pasado.
Su formación académica se consolidó en la Universidad de Zaragoza, donde llegó a ser catedrático de Derecho, una posición que le permitió participar en los debates jurídicos y filosóficos de su época. Pero más allá del Derecho, su verdadero interés radicó en la literatura, la crítica y la organización del conocimiento.
Logros y contribuciones
Blas Antonio Nasarre y Férriz dejó una huella indeleble en varios campos:
Crítico literario provocador
Su fama se cimentó en dos decisiones editoriales que sacudieron los cimientos del canon literario español:
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En 1732, publicó una reimpresión del «Quijote» de Avellaneda, una obra apócrifa tradicionalmente despreciada por los cervantistas. Sorprendentemente, Nasarre afirmó que la versión de Avellaneda era igual o incluso superior a la segunda parte del Quijote de Cervantes. Esta osadía fue recibida con estupor y críticas, pero también abrió nuevas líneas de interpretación y análisis literario.
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En 1749, publicó una edición de las «Comedias y entremeses» de Cervantes, acompañada de una tesis crítica según la cual Cervantes habría escrito estas piezas con el objetivo de ridiculizar el teatro de Lope de Vega, considerado hasta entonces intocable. Este posicionamiento ponía en tela de juicio toda una tradición dramática y generó un profundo debate sobre el sentido y la calidad del teatro del Siglo de Oro.
Promotor del conocimiento enciclopédico
Además de sus polémicas literarias, Nasarre destacó por su papel en la recuperación y difusión del pensamiento español clásico. En 1738, llevó a cabo la edición de la «Biblioteca de la poligrafía española» de Cristóbal Rodríguez, una obra fundamental que agrupaba múltiples saberes y autores. Esta contribución fue un punto de inflexión en la historiografía intelectual española, pues puso en valor una tradición olvidada y demostró el potencial de la poligrafía como instrumento de cultura.
Instituciones culturales
Nasarre formó parte de varias instituciones de enorme prestigio:
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Fue director de la Biblioteca de Palacio, un cargo de enorme responsabilidad en el que tuvo acceso a los fondos bibliográficos más importantes del país. Desde esa posición, impulsó políticas de catalogación, conservación y publicación de textos que enriquecieron la cultura española.
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Fue miembro activo de la Real Academia Española, en la que participó en los esfuerzos por normalizar y depurar la lengua castellana.
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Perteneció a la Academia del Buen Gusto, institución vinculada con los ideales ilustrados de refinamiento, crítica estética y renovación cultural.
Momentos clave en la vida de Nasarre y Férriz
La trayectoria de Blas Antonio Nasarre y Férriz puede resumirse en los siguientes hitos fundamentales:
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1689: Nace en Alquézar, Huesca.
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Inicio del siglo XVIII: Cursa estudios de Derecho y accede a la cátedra en la Universidad de Zaragoza.
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1732: Publica la edición del Quijote de Avellaneda, causando una gran controversia.
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1738: Edita la «Biblioteca de la poligrafía española», reivindicando el saber renacentista español.
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1749: Reimprime las «Comedias y entremeses» de Cervantes con un prólogo crítico contra el teatro lopista.
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1751: Fallece, dejando una estela de polémica y renovación crítica.
Relevancia actual
La figura de Blas Antonio Nasarre y Férriz continúa siendo de enorme interés para los estudiosos de la literatura, la crítica y la Ilustración española. Su actitud iconoclasta ha sido revisitada en las últimas décadas con una perspectiva más abierta y comprensiva. Hoy se le reconoce como un precursor del pensamiento crítico en el ámbito literario, un hombre que no temió enfrentarse a las vacas sagradas del canon español en nombre de una interpretación racional, estética y moderna.
Además, su obra pone de relieve aspectos claves que siguen siendo objeto de estudio:
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El valor de la crítica textual como herramienta para reinterpretar clásicos.
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La función social del editor ilustrado, que no solo reproduce textos, sino que interviene activamente en su recepción.
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El debate sobre la autoridad literaria, vigente hoy tanto en el ámbito académico como editorial.
También se ha puesto en valor su labor como archivista y bibliotecario, en un tiempo en que la organización del saber era clave para el desarrollo científico y cultural de España. En este sentido, la dirección de la Biblioteca de Palacio y su vinculación con instituciones académicas anticipan el papel de los intelectuales ilustrados como arquitectos del conocimiento moderno.
A pesar de haber sido relegado durante siglos a un segundo plano en los manuales de historia literaria, el perfil de Nasarre ha sido rescatado como símbolo de una época de transición entre la tradición y la modernidad, entre el dogma y la crítica, entre la reverencia y el análisis riguroso. Su legado sigue vivo en cada nueva edición crítica, en cada revisión del canon, y en cada ejercicio de pensamiento que aspira a ir más allá de lo establecido.
MCN Biografías, 2025. "Blas Antonio Nasarre y Férriz (1689-1751). El polemista ilustrado que desafió el canon literario español". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/nasarre-y-ferriz-blas-antonio [consulta: 17 de junio de 2025].