Moreau, Juan Víctor (1763-?).


General francés, nacido en 1763. Era hijo de un abogado, y fue destinado a la misma carrera, pero la abandonó por la militar, y el año 1792, ya fue nombrado general de brigada, y poco después general de división. Sirvió brillantemente a las ordenes de Pichegrú, y le sucedió como general en jefe del ejército del Norte; tomó luego el mando del ejército del Rhin y del Mosela, con el cual hizo una memorable campaña. Después de haber obligado a Wurmser a retirarse, derrotado al archiduque Carlos en Rastadt, Stuttgart, Berg, Constanza y otros puntos, y al ejército austríaco de Latour en Friedberg, se vio obligado a volver atrás por los reveses de Jourdain, verificando una magnífica retirada. Organizó al año siguiente el ejército del Sambre y Mosa, cuyo mando dio a Hoche, y volviendo al Rhin, lo pasó a presencia del enemigo. Se dice que había encontrado en los bagajes del enemigo las pruebas de la traición a Pichegrú, pero no las dio a conocer al gobierno hasta que el proyecto de aquel general hubo abortado. El directorio le guardó rencor, y le tuvo retirado hasta 1798. Entonces fue nombrado inspector general y enviado a Italia a reparar los desastres de Scherer. Salvó al ejército de una completa destrucción; derrotó a Souwarof en Basignano, y posteriormente, asistiendo como voluntario a la batalla de Novi, salvó otra vez al ejército. Vuelto de nuevo al Rhin, conquistó en veinticinco días noventa leguas de país; ganó a los generales barón de Cray, y los archiduques Juan y Carlos, las victorias de Hochstedt, Neuburgo y Hohenlinden; llegó hasta veinticinco leguas de Viena, y así obligó al emperador de Austria a firmar la paz de Luneville. Volvió a París, después de tan gloriosa campaña, y su mujer, que tomó sobre él un imperio poderoso y cuya ambición era extremada, no tardó en perderle. Se le acusó de complicidad con Cadoudal; fue preso y conducido ante el tribunal criminal de París. Condenado a dos años de prisión, pudo conseguir que su pena fuese conmutada en un destierro indefinido y partió para los Estados Unidos. Allí le fueron a buscar en 1813 los enviados del emperador de Rusia, para decidirle a ponerse al frente de los enemigos de su país. Desembarcó en Gotemburgo, se dirigió a Praga, donde se hallaban los príncipes coligados, y recibió una herida mortal en la batalla de Dresde, causada por una de las primeras balas que tiraron las baterías francesas.