Migliori, Antonio (1926-VVVV).
Fotógrafo italiano nacido en Bolonia en 1926.
Con tan sólo veintidós años comenzó su actividad como fotógrafo artístico. Destaca desde sus inicios una interesante necesidad por rechazar los modos, premisas y reglas estandarizadas de la industria fotográfica contemporánea. Migliori surge de manera natural entre el homogéneo e infértil ambiente de la fotografía italiana de posguerra.
Puede afirmarse que Nino Migliori, además de fotógrafo, es un artista interdisciplinar (lo que muchos llaman un «fotógrafo intervencionista») que comparte soluciones técnicas y estéticas con creadores que integran las vanguardias de mediados del s. XX, informalistas y expresionistas abstractos, tales como Pollock, Fautrier, Burri o Wols.
En un principio Migliori, situado en pleno auge del movimiento neorrealista, realizó fotos de salón, retratos con iconografías arquetípicas comparables a los modelos de Strand, Cartier-Bresson, etc., pero se observa a lo largo de su producción una fidelidad a una a una serie de constantes muy personales: lo cómico-irónico, la etnología-psicología y el latido literario; en definitiva, la fotografía como metáfora poética. De Migliori destaca también su interés fotográfico por encontrar la correspondencia existente entre las imágenes que se fabrican a través de dos campos: las artes gráficas y la fotografía. Esta justificación le lleva a descubrir el trabajo de artistas que van desde Piranesi hasta los contemporáneos.
Decidió elaborar su trabajo ensayando y explorando directamente las posibilidades de intervención mecánica sobre el interior del material fotográfico, sobre la propia película o la hoja de papel sensible. Metamorfosea la emulsión de una película cual pirograbador, hasta alterar su textura, sus colores y su superficie natural. Ejemplo de ello es la serie de Los Pirogrammi, a partir de 1948. Busca materiales alternativos (como los utilizados en sus Cellogrammi, de 1954), a los que incorpora pequeñas hojas de celofán arrugado como negativos, para más tarde hacer la estampación en colores sobre papel. Otra posibilidad es la de crear signos a partir de gotas de líquido coloreado entre dos vidrios que después le son útiles como negativo para su estampación en la ampliadora (Idrogrammi). Recurre a la técnica de la solarización con la intención de lograr la ilusión del volumen, de la tercera dimensión, sobre todo en en Exploraciones espaciales (1956). Otra técnica de la que hace uso es la técnica del esgrafiado sobre placas o películas con gelatina húmeda, de las que su máxima representación es Clichés verres, a partir de 1950. Incluso experimenta a partir de la tradicional cámara oscura, alternando el orificio genuino con una serie de cortes de diferentes dimensiones.
Resultó muy significativa su exposición “Herbarium” y la serie Muri donde actúa como fotógrafo naturalista, no intervencionista, neutro, desmitificador de lo bello, explorador del tiempo y de la fotografía como documento y signo en estado puro.
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