Jerónimo Merino, «El Cura Merino» (1769-1844): El guerrillero que desafió a Napoleón

Jerónimo Merino, conocido como «el cura Merino», fue una figura clave en la historia de la Guerra de la Independencia española, así como en los movimientos militares posteriores a esta contienda. Nacido en el pueblecito burgalés de Villoviado el 30 de septiembre de 1769, y fallecido en Alençon, Francia, el 12 de noviembre de 1844, Merino pasó a la historia como uno de los guerrilleros más emblemáticos que lucharon contra la invasión napoleónica. Su vida y sus contribuciones al conflicto español fueron tan complejas como las circunstancias que rodearon su época.

Orígenes y contexto histórico

Jerónimo Merino nació en una familia de labradores acomodados. La tradición familiar lo destinó a la carrera eclesiástica, lo que lo llevó a estudiar en las ciudades de Lerma, Burgos y Valladolid. A los 23 años, se ordenó sacerdote y pronto asumió el curato de Villoviado, su pueblo natal. A pesar de su vocación religiosa, Merino era un hombre con inquietudes y pasiones fuera del ámbito eclesiástico, especialmente por la caza, lo que le permitió conocer a fondo el campo y el terreno de su región.

El inicio de la Guerra de la Independencia española en 1808 marcó un giro crucial en su vida. La invasión francesa, que significaba una amenaza directa no solo a la independencia del país sino también a sus creencias religiosas, impulsó a Merino a tomar una decisión que cambiaría el curso de su vida y la historia de España.

El Cura Merino y la Guerra de la Independencia

Merino no era un militar de carrera, pero la invasión napoleónica despertó en él el deseo de defender su tierra y sus principios. Al sentirse ultrajado tanto en su persona como en sus creencias, se unió a la resistencia contra las tropas francesas. En 1808, Merino se improvisó guerrillero y, al año siguiente, organizó un Regimiento de húsares, con el que comenzó a combatir a los franceses. Su habilidad en el campo de batalla le permitió ascender rápidamente en las filas, y en 1810, ya ostentaba el rango de coronel, título otorgado por la Junta Suprema.

Logros y contribuciones en la lucha guerrillera

Durante la Guerra de la Independencia, Merino demostró ser un líder militar eficaz y audaz. En 1812, con una división de 5.000 hombres, Merino se destacó en múltiples enfrentamientos, convirtiéndose en un referente dentro de las guerrillas que luchaban contra las tropas francesas. A lo largo de este período, Merino ocupó varios cargos importantes, entre ellos el de Presidente del Consejo Supremo de Castilla, institución que unificaba todas las partidas guerrilleras de la región. Esta posición le permitió coordinar de manera más efectiva las operaciones contra el ejército napoleónico en la zona.

A pesar de la presión constante y las adversidades, Merino y sus guerrilleros lograron infligir varias derrotas a las tropas francesas. Este tipo de lucha, a menudo en forma de emboscadas y ataques rápidos, era característica de la guerrilla española, un fenómeno clave en la resistencia contra la invasión.

El paso de Merino a la política y la posguerra

Tras la guerra, Merino no abandonó la lucha y continuó su carrera en la política y el ámbito militar. En 1814, tras la victoria sobre los franceses, Fernando VII lo nombró comandante militar de Burgos, y en la primavera de ese mismo año, fue canónigo de Valencia. Sin embargo, la estabilidad política en España no duró mucho tiempo, ya que las tensiones políticas internas sobre el futuro del país y la Constitución de 1812 dieron lugar a nuevos enfrentamientos.

En 1820, después de la Revolución, Merino se lanzó nuevamente al campo para luchar contra la Constitución y el régimen liberal. En este contexto, se enfrentó a figuras prominentes como el Empecinado, con quien tuvo varios conflictos durante los años siguientes. La rivalidad entre Merino y el Empecinado alcanzó su punto máximo en 1822, cuando Merino logró derrotar a su enemigo, lo que consolidó aún más su reputación como líder guerrillero.

La Guerra Carlista y su apoyo a Don Carlos

Con la muerte de Fernando VII en 1833, España se vio sumida en una nueva guerra civil, la llamada Guerra Carlista, que enfrentó a los partidarios del hermano del rey, Don Carlos, con los que defendían los derechos de la hija de Fernando VII, Isabel II. Merino, siempre fiel a la causa del absolutismo, se unió a los carlistas y proclamó su lealtad a Don Carlos en octubre de 1833, cuando salió en campaña por tercera vez.

El 23 de octubre de 1833, Merino firmó un bando en Salas de los Infantes, en el que invitaba a los castellanos a unirse al levantamiento en favor de Don Carlos. Este acto fue el comienzo de su participación activa en la Guerra Carlista. Al año siguiente, Don Carlos lo nombró teniente general y capitán general de Castilla la Vieja. Merino se trasladó entonces a Portugal para unirse al ejército carlista y a su rey, aunque más tarde regresó a España en 1834 para continuar la lucha.

La derrota y el exilio

A pesar de la fuerte resistencia de los carlistas, el conflicto terminó en 1839 con la firma del Convenio de Vergara, que puso fin a las hostilidades entre los dos bandos. Merino, sin embargo, no aceptó este tratado y se negó a adherirse a la paz impuesta. Tras esta derrota, se retiró a Francia, donde pasó sus últimos años en Alençon, donde murió el 12 de noviembre de 1844.

Relevancia actual

Hoy en día, la figura de Jerónimo Merino, o «el cura Merino», sigue siendo objeto de estudio y admiración en España, especialmente entre aquellos interesados en la historia de las guerras napoleónicas y carlistas. Su vida simboliza la lucha por la independencia y la defensa de los valores tradicionales en una época de cambios radicales. A pesar de su faceta de guerrillero y su implicación en actos violentos, Merino se presentó ante la posteridad como un hombre de principios, con una profunda lealtad a su fe y su tierra.

En sus últimos años, trató de contrarrestar la imagen de cruel que se le había atribuido durante su tiempo de guerra. A través de una carta publicada en 1844, Merino se definió como un modelo de lealtad y humanidad, en un intento de dejar un legado de honor a pesar de las controversias que marcaron su vida.

Bibliografía

  • BURGO, Jaime del: Bibliografía de las guerras carlistas y de las luchas políticas del siglo XIX. 2ª ed. Pamplona: 1978.

  • BORDAS, Luis: Historia de la revolución y guerra civil de España. Barcelona: 1847.

  • Diccionario de Historia de España. 3ª ed. Madrid: Revista de Occidente, 1968.

  • Historia política del Cura Merino. Trad. Ignacio Malumbres. Zaragoza: 1836.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Jerónimo Merino, «El Cura Merino» (1769-1844): El guerrillero que desafió a Napoleón". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/merino-jeronimo [consulta: 24 de junio de 2025].