Marcos Edralin, Ferdinand (1917-1989).
Político filipino, nacido en Serrat (Ilocos) el 11 de septiembre de 1917 y fallecido el 28 de septiembre de 1989 en Honolulú, que después de un primer periodo al frente de la presidencia de su país -marcado por los ambiciosos proyectos públicos del gobierno y la intensificación de la actividad diplomática filipina- desde 1972 suspendió todas las libertades constitucionales y concedió poderes ilimitados al ejecutivo.
En 1934 obtuvo la licenciatura en Derecho por la Universidad de Filipinas. Tras ingresar en el Ejército intervino en la guerra contra Japón y durante dos años fue prisionero de los japoneses (1941-1942). Por su valor recibió las más importantes condecoraciones filipinas, como la Estrella de Servicios Distinguidos, la Cruz de Oro y la Medalla al Mérito Militar, además de las condecoraciones norteamericanas Cruz de Servicios Distinguidos y Estrella de Plata.
Inició su carrera política en 1949, al ser elegido miembro del Congreso por la provincia de Ilocos del Norte; en 1953 y 1947 fue ratificado en este cargo. En 1959 entró a formar parte del Senado, que él mismo presidiría entre 1963 y 1965. Este último año se presentó como candidato a la presidencia al frente del Partido Nacionalista. En su programa político -bajo el lema una nueva sociedad– abogó por el respeto a las instituciones democráticas y la rápida modernización de Filipinas, con Japón o Corea como modelos. Marcos logró una amplia victoria sobre el líder del Partido Liberal Diosdado Macapagal.
Durante este primer mandato (1965-1969) Marcos fomentó la construcción de toda clase de infraestructuras -de lo que pudo beneficiarse la élite social filipina- pero no cumplió con su promesa de llevar a cabo la tan esperada reforma agraria, a la que los terratenientes se oponían frontalmente. Sí se preocupó de reforzar los vínculos con otros Estados, especialmente con Estados Unidos, con el fin de mantener la estabilidad de la región, en ese momento seriamente amenazada por el conflicto vietnamita. En agosto de 1967 Filipinas fundó junto con Indonesia, Tailandia, Malasia y Singapur la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).
Su segundo mandato (1969-1972) estuvo marcado por el fraude y el descontento de la población, agravado por una terrible crisis económica motivada por el despilfarro cometido durante la anterior legislatura. Durante este periodo, los movimientos de oposición cobraban cada vez más fuerza -especialmente por parte del Partido Liberal liderado por Benigno Aquino– y Marcos interpretó las manifestaciones públicas de protesta como amenazas a su autoridad. Así, las protestas fueron acalladas cada vez con más dureza, al tiempo que Marcos culpaba a los comunistas de los desórdenes. Finalmente, el presidente decidió declarar la Ley Marcial en todo el país, suprimiendo todas las libertades constitucionales.
Tras disolver la Cámara y asumir plenamente el poder legislativo, Marcos aprobó en 1973 una nueva Constitución que -tras una aparente representatividad democrática- le permitiría mantener el poder indefinidamente. A partir de entonces se sucedieron los arrestos de políticos, entre ellos Benigno Aquino -en aquel momento, el más firme candidato a la presidencia de la República-, intelectuales o periodistas, y se promulgaron decretos destinados a establecer el control absoluto sobre la sociedad. No obstante, el régimen de Marcos seguía recibiendo apoyos dentro y fuera de sus fronteras. Las clases altas celebraban la mano dura del presidente y Estados Unidos aceptaba la supresión de las instituciones democráticas a cambio de conservar un firme aliado en la protección de sus intereses.
Tras el asesinato en 1983 de Benigno Aquino, líder del Partido Democrático Filipino, fue su propia esposa Corazón Aquino quien se erigió en la figura más relevante de la oposición a la dictadura de Marcos. Las protestas contra el autoritarismo del presidente también fueron creciendo entre la Iglesia Católica y el Ejército, instituciones que en un principio habían mostrado su apoyo al dictador.
Con el fin de sorprender a los grupos de oposición, Marcos adelantó las elecciones presidenciales a comienzos de 1986. Tanto su gobierno como las fuerzas opositoras -ahora unidas y lideradas por Corazón Aquino- se proclamaron vencedores en las elecciones del 7 de febrero de 1986. Aunque los miembros del Comité Electoral Gubernamental (COMELEC) reconocieron la divergencia entre el recuento real de votos y los datos oficiales hechos públicos, Marcos fue reelegido presidente el 15 de febrero. Los acontecimientos se precipitaron hasta que una semana después se produjo el golpe militar y Marcos tuvo que abandonar el país.
El 21 de octubre de 1988, el Fiscal Federal de Manhattan, Rudolf Giuliani, abrió causa contra él, su esposa Imelda, siete estrechos colaboradores del expresidente y el millonario saudí Adnan Kashogui. El Gobierno de Estados Unidos acusaba a Marcos de robar dinero al Tesoro filipino e invertir este capital en la compra de obras de arte y otras propiedades en los Estados Unidos. El tribunal neoyorkino condenaba también a Marcos por utilizar parte de ese dinero en financiar acciones delictivas en Filipinas, para desestabilizar el régimen de Corazón Aquino. Con el procesamiento, Ronald Reagan -hasta entonces gran amigo del matrimonio Marcos- dejaba al expresidente filipino abandonado a su suerte, quien al tiempo perdía el apoyo de sus incondicionales y se quedaba sólo y enfermo en país extraño. El 15 de enero de 1989 ingresó en el hospital aquejado de problemas respiratorios.
El 2 de febrero la familia Marcos invitó al vicepresidente filipino, Salvador Laurel, a viajar a los Estados Unidos para comprobar el lamentable estado de salud del dictador y permitirle realizar su último deseo, morir en su patria. Corazón Aquino no se mostró complaciente con el expresidente asiático y le hizo una propuesta: le permitía morir en su patria, a cambio de 5.000 millones de dólares. Marcos rechazó la oferta y continuó en el lujoso centro médico de Honolulú.
Posteriormente los fallos respiratorios se agravaron, los riñones seguían sin funcionar y el corazón se deterioraba por momentos. Los especialistas le sometieron a varias operaciones quirúrgicas, pero su estado continuó agravándose. Falleció el 28 de septiembre de 1989 en el Hospital de Sant Francis en Honolulú, donde permanecía en estado crítico desde hacía ocho meses. Pese a su muerte los procesos judiciales por apropiación indebida de fondos estatales, que había iniciado el Gobierno, continuaron contra su viuda, coacusada de los mismos.