Manfredo. Rey de Nápoles y de Sicilia (1234-1266).
Rey de Nápoles y Sicilia nacido en 1234 y muerto en Grandella el 26 de febrero de 1266. Sus quince años de reinado asistieron al desmoronamiento del poder de los Hohenstaufen en el sur de Italia.
Hijo natural del emperador Federico II y de Blanca Lancia, su padre lo legitimó en su lecho de muerte, a la vez que le entregaba como herencia el principado de Tarento. Manfredo fue encargado del gobierno de Sicilia durante la ausencia del emperador Conrado IV, su hermano, y mantuvo en el sur del reino el prestigio imperial hasta el regreso de Conrado en enero de 1252. Tras la prematura muerte de su hermano (21 de mayo de 1254) fue nombrado regente de su sobrino Conradino (Conrado V).
Durante su regencia, Manfredo, aliado con los musulmanes de Luceria, consiguió extender su dominio a toda la Italia meridional y parte de la central, lo que le hizo entrar en conflicto con el Papado, encarnado en la persona de Inocencio IV. En 1258, ante el rumor de que Conradino había muerto, Manfredo fue coronado rey de Nápoles y Sicilia en Palermo. En 1260 se unió a los gibelinos expulsados de Toscana y venció a la güelfos de Florencia en la batalla de Monteaperto, convirtiéndose en el héroe de media Italia, en el jefe del partido gibelino y en el centro sobre el que se aglutinó toda la oposición al Papado. Sin embargo, Manfredo deseaba la paz y el reconocimiento del papa, circunstancia que fue aprovechada por Inocencio IV para negociar la conquista de Sicilia por parte de Carlos de Anjou. En 1262 el papa ya había logrado hacer resurgir a los güelfos de Toscana y había restaurado el orden en los Estados Pontificios, debilitando las alianzas del regente. Inocencio murió pero sus sucesores continuaron su política: Urbano IV excomulgó a Manfredo y predicó una cruzada contra él; Clemente IV ganó la alianza de los franceses e invistió a Carlos de Anjou con el reino de las Dos Sicilias.
Los franceses desembarcaron en Sicilia en enero de 1266 y un mes después se enfrentaron a Conrado, hiriéndole de muerte en la batalla de Benevento, que supuso que Sicilia quedase bajo el control de los angevinos. Puesto que había sido excomulgado, no fue enterrado en suelo sagrado, sino que su cuerpo fue sepultado en el campo de batalla, bajo un montón de rocas.
Manfredo destacó más como administrador que como guerrero. Se apoyó en el sólido sistema administrativo establecido por su padre y manejó con gran tacto sus querellas con Roma. Hombre culto, como su padre hizo de la corte de Palermo un centro de concentración de las artes y las ciencias. Las fuentes lo describen como un apuesto joven, de valor caballeresco y firme personalidad. Casó dos veces: la primera de ella con Beatriz de Saboya, con quien tuvo una hija, Constanza, que casó con Pedro III de Aragón (1262), dando lugar a las futuras pretensiones de la Corona de Aragón sobre el reino de las Dos Sicilias. Casó en segundas nupcias con la princesa griega Elena, con quien tuvo una hija, Beatriz, que cayó prisionera en Benevento y no fue liberada hasta 1283. Además tuvo Manfredo varios hijos naturales, algunos de los cuales murieron en prisión.
Bibliografía
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PERI, I. Uomini, città, e campagne in Sicilia dall’ XI al XIII secolo. Bari, 1990.
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DI-BLASI, G.E. Storia del regno di Sicilia. Catania, 1983.
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HURÉ, J. Histoire de la Sicile. París, 1957.
JMMT