Conrado IV Hohenstaufen (1228-1254). El último emperador de una dinastía enfrentada al Papado
Conrado IV Hohenstaufen, emperador del Sacro Imperio entre 1250 y 1254, representa el ocaso de una era marcada por los conflictos entre el poder imperial y la Iglesia. Nacido en Andria, Italia, y fallecido prematuramente en Lavello, su breve pero convulso reinado estuvo marcado por constantes enfrentamientos con los príncipes alemanes, las ciudades rebeldes y, sobre todo, con el Papado. Fue el último emperador legítimo de la poderosa dinastía de los Hohenstaufen, cuyo poder había dominado Europa Central durante décadas.
Orígenes y contexto histórico
Conrado IV nació en 1228, hijo del emperador Federico II y de Yolanda de Brienne, reina de Jerusalén. Desde su nacimiento, fue destinado a un papel destacado en la política europea: a los pocos días fue proclamado rey de Jerusalén, en 1235 recibió el ducado de Suabia y en 1237 fue elegido Rey de Romanos tras la deposición de su hermano Enrique.
El contexto político en el que creció y gobernó Conrado estuvo dominado por la fragmentación del poder en Alemania, las tensiones con el Papado y el debilitamiento del poder central imperial en favor de las aristocracias locales. Su padre, Federico II, había dedicado gran parte de su vida a la consolidación del poder imperial en Italia, dejando a su hijo la difícil tarea de mantener el control sobre un imperio en crisis.
Logros y contribuciones
Durante su juventud, Conrado desempeñó funciones de regente en Alemania, defendiendo los intereses imperiales frente a los intentos de independencia de los príncipes y ciudades. Tuvo éxito inicial bajo la tutela del arzobispo de Maguncia, aunque luego este se convertiría en uno de sus principales opositores.
Entre sus logros destacan:
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La defensa de la autoridad imperial en Alemania durante la ausencia de su padre.
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Su capacidad para reunir aliados estratégicos, como Otón de Baviera, cuyo apoyo fue crucial en su lucha contra los anti-reyes.
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La recuperación de territorios clave en Italia como Capua y Nápoles.
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El esfuerzo por mantener la unidad del legado de su padre, incluso ante las ambiciones de su hermanastro Manfredo.
A pesar de estas gestas, su reinado se vio continuamente socavado por la falta de recursos, las traiciones internas y la constante presión del Papa.
Momentos clave
A lo largo de su corta vida, Conrado IV fue protagonista de varios acontecimientos decisivos que marcaron la historia del Sacro Imperio y su propia dinastía:
Listado de hechos relevantes:
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1228: Nace en Andria, Italia.
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1235: Recibe el ducado de Suabia.
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1237: Es elegido Rey de Romanos tras la caída de su hermano Enrique.
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1240: Convoca la dieta de Eger, donde los nobles del Imperio manifiestan su oposición al Papado.
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1246: Es depuesto por influencia del arzobispo Siegfrido; Enrique de Raspe es nombrado anti-rey.
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1247: Enrique de Raspe muere; la facción papal proclama rey a Guillermo de Holanda.
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1250: Muere Federico II; Conrado IV sobrevive a un atentado en Ratisbona.
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1251: Cruza los Alpes para reforzar su autoridad en Italia.
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1253: Conquista Capua y Nápoles con apoyo de Manfredo.
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1254: Excomulgado por Inocencio IV; muere en Lavello antes de regresar a Alemania.
Estos momentos ilustran las continuas luchas que marcaron su reinado y el constante desgaste al que fue sometido por parte de sus enemigos internos y externos.
Relevancia actual
La figura de Conrado IV cobra especial importancia al ser el último emperador legítimo de los Hohenstaufen. Su muerte supuso el inicio de un periodo de interregno en el Sacro Imperio conocido como el “Gran Interregno”, una etapa de inestabilidad que duraría décadas y en la cual ningún emperador logró ejercer un poder real y efectivo.
Su fallido intento de mantener un imperio cohesionado frente a los intereses del Papado y de las aristocracias regionales es un claro ejemplo de los límites del poder imperial en la Europa medieval. La cruzada papal predicada contra él simboliza uno de los episodios más extremos de enfrentamiento entre el poder espiritual y el poder temporal en la Edad Media.
El hijo que dejó tras su muerte, Conradino, apenas tenía dos años y heredó una herencia política devastada. Años después, intentaría sin éxito recuperar el trono, siendo finalmente ejecutado, lo que marcó el fin definitivo de la línea Hohenstaufen.
Hoy en día, la figura de Conrado IV es objeto de estudio en la historiografía por representar la decadencia del poder imperial frente al fortalecimiento del Papado y de los poderes locales. Su historia refleja el tránsito hacia una Europa más fragmentada y el inicio del declive de la idea universalista del imperio.
Bibliografía
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MCN Biografías, 2025. "Conrado IV Hohenstaufen (1228-1254). El último emperador de una dinastía enfrentada al Papado". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/conrado-iv-hohenstaufen-emperador-del-sacro-imperio [consulta: 29 de septiembre de 2025].