Malthus, Thomas Robert (1766-1834).
Economista y demógrafo británico, nacido en Rookery, junto a Dorking (Surrey) entre el 14 y el 17 de febrero de 1766, y muerto en Saint Catherine, junto a Bath (Somerset) el 23 de diciembre de 1834. Considerado como uno de los fundadores de la escuela clásica de la economía política, se le conoce sobre todo por su teoría del crecimiento de la población y del control de la natalidad.
Nació en el seno de una familia culta y acomodada. Su padre era amigo personal del filósofo David Hume y estaba muy influido por el pensamiento de Jean-Jacques Rousseau, cuyas ideas sobre la educación puso en práctica con su hijo. Éste recibió una cuidada formación en casa por medio de preceptores, hasta que en 1784 ingresó en el Jesus College de Cambridge. En 1791 se doctoró en Artes y dos años después fue elegido miembro del Jesus College. En 1797 se ordenó sacerdote de la Iglesia anglicana, cargo que ejerció en la parroquia de Albury (Surrey). Un año antes había escrito un opúsculo titulado La crisis (The Crisis), que no llegó a publicarse, en el que apoyaba las recientes «leyes de pobres», que proyectaban la creación de talleres de trabajo para los más desfavorecidos.
Aunque la formación de Malthus estuvo muy influida, desde su más temprana juventud, por la filosofía de Rousseau y de otros pensadores ilustrados liberales como Hume, Wallace o Townsend, su evolución intelectual derivó pronto hacia el utilitarismo más pragmático. Frente al optimismo reformista de la tradición ilustrada, Malthus se convenció de que la crisis económica que sufría Europa no tenía su origen en la organización social y que, por lo tanto, ningún proyecto de reforma política podría aliviar la miseria imperante entre la mayor parte de la población. Estas ideas tuvieron su plasmación en el opúsculo Ensayo sobre el principio de la población en lo que afecta al futuro progreso de la sociedad (An essay on the principle of population as it affects the future improvement of society, with remarks on the speculations of Mr. Godwin, M. Condorcet and other writers), publicado de forma anónima en 1798. La obra tuvo una notable repercusión en Inglaterra. En ella, Malthus atacaba a los defensores de la reforma social, y, especialmente, al filósofo radical William Godwin, quien acababa de publicar su Estudio sobre la futura mejora de la sociedad (Enquiry concerning the future improvement of society).
En el Ensayo, Malthus desarrollaba sus ideas sobre las causas de la crisis socioeconómica según el principio de que cada especie animal tiende a crecer a un ritmo mayor del que permiten sus medios de subsistencia. Éstos aumentan siguiendo una progresión aritmética (2, 4, 6, 8…), mientras que la población crece según una progresión geométrica (2, 4, 8, 16…). Mientras los medios de subsistencia son abundantes, la población aumenta rápidamente, siguiendo esta última progresión. Pero, en cierto momento, la relativa lentitud del aumento de los medios de subsistencia provoca una «feroz lucha por la subsistencia», en la que la muerte es el castigo del vencido, y la propiedad el premio del vencedor. Malthus no sólo negaba que la vía reformista pudiera aliviar la pobreza, sino que además afirmaba que sólo podría agravarla si se inspiraba en principios intervencionistas o socialistas. En su opinión, la mejora económica estimularía en las clases trabajadoras el aumento de la natalidad, con el consiguiente crecimiento demográfico, el cual, a su vez, empeoraría ulteriormente las condiciones de vida de la clase trabajadora y agravaría la crisis social. Para Malthus, todos los intentos de alcanzar la felicidad social mediante la reforma política eran vanos, ya que la población tendía de manera ineluctable a sobrepasar el crecimiento de la producción y de los medios de subsistencia. El crecimiento de la población estaba abocado a sobrepasar siempre el umbral de la capacidad de producción económica de una sociedad dada. Ello producía al fin un aumento espectacular de la mortandad, debido al hambre, la miseria, la enfermedad y la guerra. Sólo el vicio (esto es, la anticoncepción), la pobreza y la abstinencia sexual podrían controlar la hipertrofia a la que tendía de manera natural el crecimiento demográfico.
Estas ideas contenían una clara reacción -si bien no demasiado virulenta- contra la filosofía optimista de la Ilustración, heredera de la Revolución Francesa, y sus epígonos. En su Political Justice (1793), Godwin había defendido la fe en la perfectibilidad humana y en la virtud de la razón, que llevaría al ser humano a vivir en un mundo próspero y armonioso, en el que sobraran las leyes y las instituciones tradicionales. A diferencia de Godwin y del propio Rousseau, Malthus aplicó en su obra un realismo crudo, que se quería empirista aunque no llegase a serlo, puesto que sus afirmaciones carecían del más somero aparato científico y se apoyaban únicamente en una argumentación abstracta. Apartándose del racionalismo filosófico ilustrado, Malthus se insertó en la tradición de la escuela británica de economía sociológica. Su pesimismo económico le hacía concebir la pobreza generalizada como un destino fatal de la humanidad.
La primera edición del Ensayo no sobrepasó el nivel de una simple intuición. Su método era esencialmente ahistórico, puesto que identificaba una posibilidad hipotética con una tendencia biológica efectiva, sin ofrecer ninguna demostración empírica de su teoría de las dos progresiones, que aparecía simplemente enunciada. Tras su publicación, Malthus continuó estudiando el comportamiento de la población y viajó por Europa para recabar datos históricos, que utilizó sesgadamente para apoyar su hipótesis. En 1803 publicó, ya con su nombre, una edición revisada de la obra, con el título Estudio sobre los efectos pasados y presentes relativos a la felicidad de la humanidad. La inclusión de sus investigaciones convirtió el breve opúsculo original en un voluminoso tratado sistematizado, que sería aumentado después en las ediciones sucesivas de 1806, 1807, 1817 y 1826. La tesis ya enunciada se enriqueció con un tratado sobre los medios contra el aumento de la población, a los que anteriormente sólo había hecho una somera mención. El retardo del incremento demográfico vendría dado por una serie de frenos represivos o positivos (principalmente por condiciones «naturales» como la carestía, la guerra, las enfermedades o la extrema pobreza) y de frenos preventivos, que se resumen en la anticoncepción y la abstinencia o restricción moral, es decir, en una limitación voluntaria de la natalidad, conseguida sin medios inmorales (sobre todo mediante el retraso de la edad del matrimonio) e inspirada en el principio ético de que ningún hombre debe procrear si no está en disposición de mantener a su progenie. En esta segunda edición de su Ensayo, Malthus incidía especialmente en este punto y recomendaba la publicitación de su doctrina a fin de reforzar la responsabilidad individual en el freno preventivo del aumento de la natalidad.
En 1804, Malthus se casó con Harriet Eckersall y, dos años después, se convirtió en profesor de historia y economía política en el colegio que la Compañía de las Indias Orientales poseía en Haileybury (Hertford). Fue la primera vez que se instituyó en Gran Bretaña una cátedra de economía política. En 1811 conoció a David Ricardo, con el que entabló una amistad duradera. Malthus vivió en Haileybury hasta su muerte. Sólo volvió a salir de Inglaterra en dos ocasiones: en 1817, para realizar una visita a Irlanda, y en 1825, cuando hizo un viaje por el continente por motivos de salud.
Mientras desempeñaba su labor docente, continuó escribiendo y publicando diversos opúsculos y tratados sobre economía. En ellos desarrolló sus teorías acerca de los mecanismos de formación de los precios, con un análisis menos riguroso que el de Ricardo. En este sentido, estableció la teoría de la «demanda real» -concepto acuñado por él-, determinada institucionalmente. En 1820 publicó sus Principios de economía política para su aplicación práctica (Principles of Political Economy considered with view to their practical application). En esta obra recomendaba la inversión en el empleo público y en el consumo suntuario privado como paliativos de la crisis económica, ya que incrementarían la demanda real y, por lo tanto, la fluidez de los intercambios. Según este principio, el ahorro llevado al exceso era nocivo para la producción, porque reducía la demanda. A fin de maximizar la riqueza, una nación debía alcanzar el equilibrio entre su capacidad de producción y su capacidad de consumo. En este sentido, puede decirse que las teorías de Malthus acerca del auge y la depresión económicos anticiparon los descubrimientos realizados por John Maynard Keynes en la década de 1930.
Las tesis malthusianas alcanzaron un amplio consenso en el mundo académico y tuvieron en sus discípulos aplicaciones muy rígidas. Pero también cosecharon numerosas críticas, sobre todo por parte de los socialistas, que encontraban en ellas un fondo esencialmente aristocrático, muy propio del Antiguo Régimen. Desde un punto de vista empírico, el italiano A. Messedaglia demostró la incompatibilidad de las dos progresiones enunciadas por Malthus y denunció el error básico de su teoría. También entre los neo-malthusianos se hicieron enmiendas a sus teorías. Así, A. Loria, manteniendo el espíritu de la teoría malthusiana, afirmó que las condiciones de extrema pobreza, lejos de remediar el crecimiento demográfico, como Malthus sostenía, son causa de un ulterior crecimiento de la población.
Malthus gozó de gran reconocimiento institucional y académico tanto en su país como fuera de él. En 1810 fue elegido miembro de la Royal Society; en 1821, del Club de Política Económica, del que también formaban parte Ricardo y John Stuart Mill; en 1824, de la Real Sociedad de Literatura; en 1833, de la Academia francesa de las Ciencias Morales y Políticas y de la Real Academia de Berlín. En 1834 participó en la fundación de la Sociedad Estadística de Londres.
Durante sus últimos años no añadió nada nuevo a sus teorías demográficas, aunque continuó escribiendo. En 1811 publicó en Londres un estudio sobre las causas de la depreciación del papel moneda; en 1814, sus Observaciones sobre los efectos de las leyes del grano (Observations on the effects of the corn laws); en 1815, Fundamentos de una opinión sobre la política de restricción de la importación de grano extranjero (Grounds of an opinion of the policy of restricting the importations of foreign corn), y Estudio sobre la naturaleza y evolución de la renta (An inquiry into the nature and progress of rent); en 1820, Principios de economía política (Principles of Political Economy). No todas sus obras monográficas fueron completamente originales. Así, por ejemplo, el estudio sobre la renta fundiaria tenía como referente inmediato el escrito por David Ricardo, si bien Malthus estableció los principios esenciales de la teoría de la renta fundiaria o renta malthusiana.
Nunca, ni siquiera en la edición final de 1826, Malthus matizó las primeras afirmaciones contenidas en su Ensayo sobre el principio de la población, pese a su endeble apoyatura empírica. Su obra carece de rigor en el manejo de los datos estadísticos, aunque en el transcurso de su vida el método estadístico hizo grandes avances tanto en Europa como en Gran Bretaña. A pesar de esta deficiencia notoria, sus teorías demográficas fueron rápidamente aceptadas y se convirtieron en axiomas de las teorías económicas de su tiempo. Tuvieron, además, una repercusión inmediata en la política social inglesa. Contribuyeron decisivamente a resquebrajar el viejo optimismo económico liberal y a justificar las teorías liberales que hicieron del salario mínimo de subsistencia un modelo de la política económica, con el consiguiente debilitamiento de las formas tradicionales de asistencia a los más desfavorecidos. Con anterioridad, se pensaba que la natalidad creciente contribuía al aumento de la riqueza nacional. Según Malthus, las leyes de los pobres habían fomentado el crecimiento de las familias numerosas y contribuido, por lo tanto, al aumento de la miseria general. Abogaba por la abolición inmediata de estas medidas legales que, según él, sólo conseguían limitar la movilidad del asalariado y fortalecer la fecundidad de los más pobres. En su lugar, sólo admitía la creación de talleres de trabajo que sustituyeran a los antiguos «confortables asilos» para pobres. En estos talleres, creados únicamente para aliviar en cierta medida la miseria más severa, debía imperar la más rígida disciplina.
Bibliografía.
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FLINN, M. W.; El sistema demográfico europeo, 1500-1820, Barcelona, 1989.
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SMITH, J.: The Malthusian Controversy, Londres, 1951.
VHL