Macrobio, Ambrosio Teodosio (ss. III-IV d.C.).
Prosista latino pagano que vivió entre los siglos IV y V d.C. La opinión crítica tradicional lo identificaba con un Macrobio que fue prefecto en Hispania en el 399 d.C. y procónsul de África en el 410. Si esta hipótesis es correcta, nació hacia el 360 y compuso su obra principal (Saturnalia) entre el 384 y el 395. Sin embargo, hoy parece imponerse la hipótesis que identifica al autor con un Teodosio prefecto del pretorio para Italia en el 430. En este segundo caso, Macrobio habría nacido después del 390, y los Saturnalia debieron de componerse en la década del 430.
Macrobio no era oriundo de Roma (él mismo se disculpa por su falta de elegancia estilística “romana”), pero no hay seguridad de que procediera de África, como a veces se ha afirmado. Poco se sabe de su vida. Era evidentemente un aristócrata, escritor aficionado, más que un erudito profesional. Es posible que estuviera relacionado con la familia de los Símaco. Fue padre de Flavio Macrobio Plotino Eustatio, prefecto de Roma en el año 461, a quien dedicó sus Saturnalia y Commentarii. De su obra se infiere que era pagano, pues en los Saturnalia ignora completamente cualquier referencia al cristianismo.
Se han transmitido tres obras bajo su nombre: Saturnalia, unos Commentarii in Somnium Scipionis y De differentiis et societatibus Graeci Latinique verbi.
Los Saturnalia
Es la obra más extensa de las conservadas de Macrobio. Se trata de un diálogo literario en siete libros, transmitido con lagunas textuales de cierta entidad. Tras una dedicatoria a Eustatio, su hijo, en el prólogo se asiste a un diálogo entre dos personajes, Decio y Postumiano. Este último, a su vez, cuenta de tercera mano la erudita conversación que tuvo lugar en el año 384, durante la víspera (16 de diciembre) y en los días de las Saturnalias (17-19 de diciembre), fiestas celebradas en honor del dios Saturno. Entonces se reunieron algunos romanos cultivados de clase alta, cuyo anfitrión del primer día fue el patricio romano Vetio Agorio Pretextato; el del segundo día, Virio Nicómaco Flaviano; el tercer día se reunieron en casa de Quinto Aurelio Símaco (el orador). Además de los tres anfitriones, participaban en la conversación distinguidos hombres: Servio, el comentador de Virgilio (todavía un tímido joven y algo intimidado por la compañía, pero que anacrónicamente aparece dotado ya de la erudición que manifestaría después); los senadores Cecina Albino y Furio Albino; un joven llamado Avieno (que probablemente se ha de identificar con el fabulista Avieno o Aviano); un rétor griego llamado Eusebio; y otros. También aparece, como contrapunto a la educación y erudición de los demás, un “huésped no invitado” llamado Evángelo (quizá el único contertulio enteramente ficticio, posiblemente un cristiano, dadas las connotaciones de su nombre), zafio, soberbio e impertinente, que da pie a las correcciones de los otros.
El diálogo discurre alrededor de asuntos variados (religión, historia y filología), pero el tema central es el poeta pagano Virgilio. El libro I empieza con una discusión sobre el festival de las Saturnalias, para pasar a tratar sobre los esclavos (que gozan de una especial libertad durante la fiesta) y sobre el calendario. Pretextato expone la teoría sobre el origen solar de la mitología. El libro II consiste básicamente en una colección de ocurrencias ingeniosas atribuidas, entre otros, a Cicerón, Augusto y a Julia, la hija de Augusto. Sigue la discusión sobre Virgilio: el libro III (capítulos 1-12) comenta su familiaridad con la religión antigua romana; el libro IV versa sobre el uso virgiliano de artificios retóricos para conferir dramatismo al estilo; en el libro V se examina la deuda de Virgilio con Homero y otros poetas griegos; y, en el libro VI, con antiguos autores latinos, especialmente Ennio (y también Lucrecio); el último libro pasa a abordar variadas cuestiones físicas, fisiológicas y psicológicas, en general sobre la forma en que el cerebro influye sobre el funcionamiento del cuerpo (por ejemplo: “¿son las mujeres más cálidas que los hombres?” La respuesta es afirmativa: “deben serlo, pues se visten con menos ropa.”).
Género de los Saturnalia
Desde el punto de vista de la forma literaria, se trata de un diálogo literario ficticio, puesto en boca de interlocutores reales. Este marco genérico formal es común a numerosas obras griegas y latinas anteriores sobre temas diferentes, como muchos diálogos de Platón (el Banquete, la República), el De re rustica de Varrón, los diálogos filosóficos de Cicerón, el Dialogus de oratoribus de Tácito o los Deipnosofistas de Ateneo. Sin embargo, en cuanto a contenido es una obra que podría considerarse como de miscelánea o compilación erudita: sus precedentes y fuentes serían las Noches Áticas de Aulo Gelio o las Cuestiones Convivales de Plutarco. Estas obras, y especialmente Aulo Gelio (conjuntamente con los comentaristas de Virgilio, aparte de otras fuentes desconocidas por nosotros), son fuentes constantes de Macrobio, de las que cita material, con frecuencia literalmente, pero sin reconocer nunca el préstamo.
Valoración literaria
La obra resulta útil por la espléndida erudición desplegada por Macrobio. A veces transmite datos que no se conocen por ninguna otra fuente. En conjunto, la exposición está cuidadosamente organizada y se evita la monotonía con variados recursos estilísticos. Todo ello hace de los Saturnalia una obra informativa y, a la vez, amena.
Ideológicamente la obra es una evocación nostálgica, desde el punto de vista del partido pagano senatorial, de un Imperio que ya ha perdido su esplendor, en un momento de la historia de Roma, el siglo V, en que la facción cristiana se impone definitivamente sobre el paganismo, y en que el Imperio Romano se está desmoronando por la presión bárbara. Los interlocutores del diálogo, especialmente los tres anfitriones, son claros representantes de la aristocracia pagana y, por tanto, de los valores romanos tradicionales.
Comentario al Somnium Scipionis
Es un tratado neoplatónico, en dos libros, al hilo de un famoso pasaje conocido como Somnium Scipionis (‘Sueño de Escipión’), que estaba incluido en el libro VI de De Republica de Cicerón. En el pasaje de Cicerón, Escipión el Africano se aparece en sueños a su nieto, le revela su destino futuro y el de Roma, le explica las recompensas que premian la virtud en la otra vida y describe el universo y el lugar de la tierra y del hombre dentro de él. La obra de Macrobio no es un comentario gramatical sistemático, palabra por palabra (al estilo de los comentarios de Servio a Virgilio, o de Donato a Terencio), sino un ensayo filosófico que toma como punto de partida el texto de Cicerón. La fuente principal es Porfirio, especialmente su comentario al Timeo de Platón, sea directamente sea a través de una fuente latina intermedia. Macrobio parece conocer también, directamente, a Plotino; y cita a Virgilio con una finalidad decorativa. La obra ejerció una gran influencia durante la Edad Media como vehículo de transmisión de ideas del neoplatonismo que no se han conservado en ningún otro lugar.
De differentiis et societatibus Graeci Latinique verbi
Tratado gramatical (‘Sobre las diferencias y afinidades entre el verbo griego y latino’), que sólo se ha conservado fragmentariamente, como extractos de extractos.
Bibliografía
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CAMERON, A.: “The date and identity of Macrobius”, en Journal of Roman Studies 56 (1966), 25-38.
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GARRIDO, C.: La lengua de Macrobio (Tesis doctoral). Madrid: Universidad Complutense, 1981.
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FLAMANT, J.: Macrobe et le Néo-platonisme latin à la fin du IVème siecle. Leiden: E.J. Brill, 1977.
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KASTER, R. A.: Guardians of language. The Grammarian and society in late Antiquity. Berkeley: California University Press, 1988.
G. Laguna Mariscal