McCullin, Donald (1935-VVVV)


Fotógrafo británico nacido en St. Pancras (Londres) en 1935.

De la misma manera que Robert Capa ha sido reconocido como el máximo exponente de la fotografía de guerra, Donald McCullin se podría considerar como el reportero gráfico que mejor supo reflejar los contenidos de la violencia humana. Son dos autores que sin duda van unidos por lo que a la temática de sus obras se refiere y por la gran fuerza que evocaban sus imágenes, así como por las repercusiones sociales y políticas que adquirieron.

Quizá una infancia difícil, asentada en unas precarias condiciones económicas y sumida en la pobreza, hizo que McCullin poseyera un dominio especial para saber expresar a través de la fotografía situaciones que bien podrían tildarse de «duras» y empañadas de una gran violencia. Ya sus primeros trabajos consistían en fotografiar bandas juveniles problemáticas, reyertas de pandillas con las que había crecido, para seguir una labor más profesional en Chipre, donde realizó un reportaje de una zona de combate, además de viajar al Congo, Biafra, Camboya (donde resultó gravemente herido por disparos de metralla) y Vietnam, donde se consolidó como «fotógrafo de conflictos» y que le reportó su reconocimiento internacional.

El «salvajismo» de sus imágenes no es más que la realidad en su estado originario y sin connotaciones metafóricas y literarias, reflejada con una técnica de contrastes fuertes, con el empleo de una tonalidad de colores muy saturados que acrecientan la sensación de peligro o las tensiones de los temas, y con la utilización, por último, de un encuadre grandioso en dimensiones; no hay que olvidar que su violencia se percibe siempre en blanco y negro.

Si un reportero de guerra se caracteriza por su imparable actividad intrépida y nada temerosa en el momento en que está desempeñando su labor profesional, Donald McCullin traspasa los límites de la heroicidad. Lo demostró en su viaje a Camboya en el año 1969 cuando, a pesar de estar herido, el alma de fotógrafo que llevaba dentro le permitió seguir tomando imágenes de los heridos que le acompañaban en el camión descubierto que los trasladaba al hospital. Los resultados fueron tomas de una perfecta composición, de cuerpos, algunos heridos, otros ya sin vida que la revista Sunday Times Magazine publicó como reportaje con el título: «Camboya: el momento en que fue herido McCullin».

Pero la capacidad de McCullin no se limitó estrictamente al tema de la violencia, aunque evidentemente sea el contenido en el que más se detuvo y por el que es reconocido. Este emprendedor fotógrafo dio un giro en su labor fotográfica para experimentar con otra temática muy distinta a la que hasta entonces desempeñaba. Se dedicó también a publicar reportajes sobre fútbol norteamericano, comunidades eclesiásticas, grupos juveniles o incluso reportajes de moda para la revista Tatler. Esto no ha sido óbice para que Donald McCullin se «aprovisione» de su cámara réflex de un solo objetivo de 35 mm para continuar, cuando así lo estiman oportuno las circunstancias socio-políticas, mostrando los horrores y los errores de la Tierra.