López Alía, Sinforiano (1780-1815).


Político y escritor español, nacido el 22 de agosto de 1780 en Madrid y muerto el 13 de abril de 1815 en La Coruña.

Hijo de Antonio López Alía, natural de la Puebla de Montalbán, y de Ángeles González Fernández, natural de Tembleque (Toledo). Vivió en La Coruña, se casó en 1806 con Rosa Vázquez Comesaña, con la que tuvo cuatro hijos, y residió después en Santiago de Compostela.

El 30 de mayo de 1810 fue uno de los principales autores de la sublevación patriótica de la Coruña, para lo que estuvo en contacto con representantes del arzobispo Múzquiz, como el fraile Cristóbal Conde García. Por ello recibió la distinción honorífica de «Defensor de la Patria». El 2 julio 1808 el pueblo asaltó las casas de algunos franceses o sospechosos de afrancesados en La Coruña, y López Alía fue uno de los primeros en impedir que el asalto terminase en asesinato, pues los interfectos fueron llevados detenidos sólo el tiempo imprescindible para que su vida no corriese peligro. En septiembre de 1808 fue nombrado sillero mayor (guarnicionero) del ejército de Galicia, o Director general de monturas. El 8 de octubre recibió en La Coruña a John Hookham Frere y al marqués de la Romana, ensalzados los dos por lo que significaban en aquel momento de la lucha nacional.

Realizó algunos servicios fuera de Galicia, como los de observar en Fuenterrabía la entrada de fuerzas enemigas. En León, en 1809, mientras trabajaba para el marqués de la Romana, padeció una enfermedad, por lo que tuvo que retirarse con su familia.

Colaboró en El Patriota Compostelano desde 1809 hasta 1811. El 24 de febrero de 1810 propuso, desde Mondoñedo, al presidente de la Junta Superior de Galicia un plan, algo disparatado, para asesinar a algunos de los jefes del gobierno francés en Madrid.

Máximo proveedor de morriones, monturas y cananas, instaló talleres en Mondoñedo, Santiago y otros puntos, y a finales de 1810 creó en Santiago la que tituló Fábrica de Armamento, aunque no salió del ramo de la guarnicionería. El 19 de noviembre de 1812 fue nombrado teniente de Milicias Urbanas de la Coruña. Parece que colaboró en la Gaceta Marcial y Política de Santiago, entre 1812 y 1813; en El Ciudadano por la Constitución, entre 1812 y 1814; en el Diario Cívico-Patriótico, entre 1812 y 1815; y en el Diario de Santiago de 1814. Felicitó a las Cortes por la abolición de la Inquisición, y reimprimió a su costa en abril de 1813, en la oficina de Manuel Antonio Rey, los decretos de las Cortes sobre lo mismo, que repartió gratis «para los amantes de la libertad de su amada Patria«, y de los que tuvo que hacer al poco tiempo una segunda edición.

Visitó el antiguo edifico de la Inquisición coruñesa, y narró en El Ciudadano por la Constitución, el 23 de mayo de 1813, la honda impresión que tal visita le produjo. Reeditó también Os rogos d’un galego, el conocido poema de Pardo de Andrade. Imprimió también, y repartió gratis, la Representación a S.M. las Cortes, de María del Carmen Lizardi. El 10 de febrero de 1814 dirigió una Representación a Jorge III de Inglaterra, en la que protestaba por el incendio de San Sebastián. Se le debe también una Contestación al P. Fr. Nicolás de Castro, del convento de Santo Domingo de la ciudad de La Coruña, en su remangado papel del «Exacto Correo» del viernes 17 de diciembre de 1813, en donde se prueba ser falso cuanto dice contra la persona de D. Sinforiano López Alía.

Era socio de número de la Sociedad Económica de Santiago, y poseía la medalla de Jorge III. Sin embargo, tras el cambio político, el 17 mayo 1814 vio su casa asaltada, lo mismo que las de otros liberales. Se le encausó y apresó en Santiago, el 6 de julio de 1814, y en diciembre fue llevado a la cárcel real de la Coruña. El 3 febrero 1815 intentó fugarse, con la idea, según se dijo, de revolucionar la ciudad. Parece que se hallaba en relación con la conjura de Porlier, o, por lo menos, de ello fue acusado. La Comisión Militar, presidida por Ulises de Albergoti, le condenó a morir en la horca, previa degradación; pero Antonio Meijide Pardo ha publicado documentos que, de ser ciertos, podrían empañar su fama: Felipe Saint Marcq, capitán general de Galicia, escribió al general Eguíaque López Alía se había ofrecido a confesar toda la trama, a cambio de conservar la vida y de que se le permitiese salir, a él y a su familia, de los reinos de España. Saint Marcq no perdonó, por lo que López Alía fue ejecutado; en cuanto a su propuesta, de momento no se tienen elementos para conocer si en ella hay algo de verdad o no. En 1820, con la vuelta del liberalismo, López Alía fue, como dice Meijide Pardo, mitificado, es decir, se convirtió en un símbolo de las aspiraciones gallegas a la libertad. Entre otros escritos panegíricos, destaca la Oración fúnebre que le dedicó en 1821 Antonio Benito Fandiño.

Bibliografía

  • MEIJILDE PARDO, Antonio. «Pardo de Andrade, devanceiro do xornalismo galego», en Grial nº 80 (abril-junio 1983).

  • ———————————- «Causa instruída al alférez Pita de Veiga con motivo del alzamiento de 1820 en La Coruña», en Revista del Instituto «José Cornide» de Estudios Coruñeses, nº. 5 y 6 (1969-70).

A. GIL NOVALES.