Linares, José María (1810-1861).


Político y abogado boliviano, nacido en Potosí en 1810 y fallecido en Valparaíso (Chile) en 1861. Gobernó dictatorialmente la República de Bolivia entre 1857 y 1861.

Pertenecía a la linajuda familia, de origen español, de los condes de Casarreal. Estudió Leyes y, desde su juventud, ocupó importantes cargos públicos. Participó como jurista en las comisiones que elaboraron los Códigos jurídicos bolivianos. Fue ministro del Interior y ministro plenipotenciario en la corte madrileña entre 1840 y 1841 y, como tal, fue el encargado de firmar el tratado que reconoció la independencia boliviana. Su oposición al movimiento de Regeneración nacional le obligó a exiliarse en España en 1841. Siete años después pudo regresar a Bolivia y fue elegido presidente del Congreso.

Apoyó al presidente José Miguel de Velasco contra el general Manuel Isidoro Belzú. Al ser derrocado Velasco en 1848 por un golpe militar dirigido por Belzú, Linares se vio de nuevo forzado a abandonar Bolivia. Se estableció en Argentina, desde donde promovió algunas intentonas insurreccionales contra el régimen de Belzú.

Tras la retirada de éste en 1855, pudo regresar a Bolivia. Presentó su candidatura a la presidencia de la República, pero las elecciones, que parecieron en principio concederle una clara victoria, fueron adulteradas por los belzistas, y Jorge Córdoba, yerno de Belzú, fue proclamado presidente. El 8 de septiembre de 1857, Linares se puso al frente del movimiento insurreccional que depuso a Córdoba tras dos años de gobierno dictatorial. Córdoba fue expatriado y Linares reconocido como presidente.

Con su subida al poder concluyó el período belzista de la historia boliviana. El suyo fue el primer gobierno civil que conoció Bolivia desde su independencia. Su gobierno despertó grandes expectativas. El país requería una profunda reforma que acabara con el desorden interno y estabilizara la caótica situación económica. Pero Linares, que se había erigido en el paladín del cambio político, abandonó todas sus promesas en cuanto se vio investido de poder. En marzo de 1858 estableció un régimen dictatorial, abrogándose poderes extraordinarios con la excusa de imponer su programa reformista contra los sectores del ejército y del clero que se oponían a él. La característica más sobresaliente de su mandato fue la feroz persecución de la disidencia política y la brutal violencia ejercida contra la insurrecciones populares que estallaron contra su gobierno a lo largo y ancho del país. Perdió el apoyo de las oligarquías que le habían aupado al poder y, estando ya gravemente enfermo, fue derrocado por un golpe de Estado encabezado por sus propios colaboradores, el ministro Fernández de Achá y el coronel Sánchez. Fue sustituido en la presidencia por un triunvirato provisional y expatriado. Se estableció en la ciudad chilena de Valparaíso, donde murió a los 51 años.