Lépido, Marco Emilio (¿-13 a.C.): El Triunviro Olvidado en la Historia Romana
Lépido, Marco Emilio (¿-13 a.C.): El Triunviro Olvidado en la Historia Romana
Marco Emilio Lépido, una de las figuras políticas más destacadas de la Roma republicana, fue un miembro del segundo triunvirato, un acuerdo de poder entre tres de los más influyentes hombres de la época: él mismo, Marco Antonio y Octavio. A lo largo de su vida, Lépido jugó un papel crucial en las complejas luchas de poder que definieron el fin de la República Romana y el ascenso del Imperio. Sin embargo, a pesar de su relevancia en los primeros momentos del triunvirato, su figura ha quedado eclipsada por la grandeza de sus compañeros, Marco Antonio y Octavio, lo que ha dejado a Lépido en un segundo plano en muchas narraciones históricas.
Orígenes y contexto histórico
Lépido nació en un contexto turbulento. Durante la época en la que vivió, Roma estaba sumida en una serie de guerras civiles que derivaban de la lucha por el poder tras el asesinato de Julio César en el 44 a.C. Los dos principales grupos en conflicto eran aquellos que apoyaban a César, representados principalmente por Marco Antonio y sus seguidores, y los que defendían la causa republicana, encabezados por Cicerón y otros senadores. Lépido, un hombre de la aristocracia romana, se encontraba en una posición en la que podía inclinarse por cualquiera de los dos bandos, pero decidió unirse a Antonio en el conflicto, lo que cambiaría el curso de su vida política.
En el año 49 a.C., Lépido fue elegido pretor y comenzó a hacerse notar dentro de las filas del ejército romano, sirviendo bajo el mando de Julio César. Durante este tiempo, participó en las disputas entre la Hispania Citerior y la Ulterior, y también desempeñó un papel importante en la administración de las provincias. A medida que las tensiones entre César y los senadores romanos aumentaban, Lépido adoptó una postura pragmática, alineándose con el futuro dictador.
Logros y contribuciones
El ascenso al poder y el segundo triunvirato
La figura de Lépido se consolidó aún más cuando, tras la muerte de César en 44 a.C., se unió a Marco Antonio en su lucha por el control de Roma. En el año 43 a.C., Lépido se unió a Antonio y Octavio para formar el segundo triunvirato, un gobierno conjunto que aspiraba a estabilizar la República tras la muerte de César y a derrotar a los asesinos de éste. Este triunvirato fue un pacto privado entre los tres hombres, que obtuvieron la supremacía sobre todas las magistraturas de Roma durante cinco años, lo que les permitió dominar las decisiones políticas y militares de la República.
En el marco de este acuerdo, Lépido recibió el control de la Hispania Ulterior y fue designado como magister equitum (maestro de los caballeros) por César en el 46 a.C. Tras la muerte de César, continuó con su apoyo a Antonio, con quien compartió poder y territorios, y desempeñó un papel clave en la guerra contra los asesinos de César, como Bruto y Casio, en la famosa batalla de Filipos en 42 a.C.
La organización del triunvirato
Lépido también jugó un papel importante en la formalización del triunvirato. En octubre de 43 a.C., organizó un encuentro en Bolonia para discutir los detalles del acuerdo entre Antonio, Octavio y él mismo. Fue en este encuentro donde Lépido actuó como mediador para restablecer las relaciones entre Antonio y Octavio, quienes, a pesar de estar unidos por el pacto, ya comenzaban a mostrar diferencias políticas.
El triunvirato permitió que los tres líderes se repartieran las provincias del imperio con el control de las legiones a su disposición. Lépido, en particular, obtuvo el dominio de Hispania Ulterior, una región que se encontraba en constante conflicto debido a las tensiones con los territorios galos y la constante amenaza de los pueblos ibéricos.
Momentos clave en la vida de Lépido
A lo largo de su carrera política y militar, Lépido se vio involucrado en varios momentos clave que definieron su destino y su relación con los otros miembros del triunvirato.
La victoria en Filipos y el declive de Lépido
Durante la guerra contra los asesinos de César, Lépido desempeñó un papel importante en el gobierno de Roma e Italia, mientras Marco Antonio y Octavio se ocupaban del frente oriental. La victoria en Filipos consolidó la posición de los tres triunviros, pero la relación entre ellos pronto comenzó a deteriorarse. En un giro dramático, después de la victoria, Lépido fue apartado del control de sus provincias, bajo el pretexto de haber conspirado junto con Sexto Pompeyo, un rival político que luchaba por el control de Sicilia.
El conflicto con Octavio
La relación de Lépido con Octavio, quien más tarde se convertiría en el emperador César Augusto, se volvió cada vez más tensa. En 40 a.C., durante la Guerra de Perugia, Lépido apoyó a Octavio en su lucha contra Marco Antonio. Sin embargo, la situación cambió cuando, en la guerra contra Sexto Pompeyo en 36 a.C., Lépido reclamó Sicilia, lo que le llevó a enfrentarse con Octavio.
Octavio, no dispuesto a permitir que Lépido desafiara su autoridad, movilizó sus tropas contra él, lo que obligó a Lépido a retirarse y a perder su poder en el triunvirato. A partir de este momento, Lépido conservó solo el título honorífico de Pontifex Maximus, sin ejercer ninguna función real en el gobierno romano.
Relevancia actual
La figura de Lépido ha quedado relegada en muchos relatos históricos debido a su posterior caída del poder y su incapacidad para competir con la brillantez de Octavio y Marco Antonio. A pesar de haber sido un jugador clave en los primeros días del segundo triunvirato, Lépido no logró dejar una huella duradera en la historia de Roma.
Sin embargo, su papel como mediador en la formación del triunvirato y su capacidad para mantener una postura independiente en sus últimos años, a pesar de su caída del poder, muestran a un líder político pragmático que entendió las dinámicas de poder en Roma, aunque su fracaso en desafiar a Octavio lo condenó al olvido.
En el contexto histórico de la transición de la República Romana al Imperio, Lépido representa un símbolo de la inestabilidad política de la época y de las luchas internas que terminaron por consolidar el poder absoluto de César Augusto.
Momentos clave en la vida de Lépido:
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49 a.C.: Lépido es nombrado pretor y participa en las disputas de Hispania.
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46 a.C.: Lépido es designado como magister equitum por Julio César.
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43 a.C.: Lépido forma parte del segundo triunvirato junto a Marco Antonio y Octavio.
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42 a.C.: Lépido juega un papel importante en la victoria en la batalla de Filipos contra los asesinos de César.
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36 a.C.: Lépido se enfrenta a Octavio por el control de Sicilia y es apartado del triunvirato.
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12 ó 13 a.C.: Muerte de Lépido, que conserva únicamente el título de Pontifex Maximus.
Lépido, aunque una figura crucial en los primeros días del segundo triunvirato, quedó opacado por el ascenso de Octavio, quien terminaría convirtiéndose en el primer emperador de Roma. El legado de Lépido, marcado por su ambición, sus traiciones y su caída del poder, refleja las complejidades de una Roma en constante transformación.
MCN Biografías, 2025. "Lépido, Marco Emilio (¿-13 a.C.): El Triunviro Olvidado en la Historia Romana". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/lepido-marco-emilio4 [consulta: 15 de junio de 2025].