Andrés Laguna (1499–1569): Médico y naturalista que transformó la anatomía del Renacimiento

El entorno histórico y social de la España del Renacimiento

La España del siglo XVI se encontraba en medio de un proceso de transformación cultural, político y social. El país experimentaba una transición del Medievo a la Edad Moderna, marcada por el auge del Imperio Español bajo los Reyes Católicos y, más tarde, el reinado de Carlos I. Esta época estuvo caracterizada por grandes cambios científicos, literarios y filosóficos, impulsados en gran medida por el Renacimiento. Sin embargo, también fue un tiempo de tensiones religiosas, en particular la persecución de los judíos y los musulmanes, lo que provocó que muchos se convirtieran al cristianismo para evitar la expulsión y la inquisición. En este contexto histórico, nace Andrés Laguna en Segovia, hacia 1510, en el seno de una familia judeoconversa, es decir, descendiente de judíos que se habían convertido al cristianismo.

La vida de los judeoconversos durante este periodo estuvo marcada por la discriminación social y religiosa. A pesar de sus esfuerzos por adaptarse a la sociedad cristiana, los conversos a menudo eran tratados con desconfianza y se les atribuía la sospecha de practicar su antigua religión en secreto. A esta exclusión social se sumaban las estrictas normas de la Iglesia y la creciente censura de las ciencias consideradas «heréticas» o «paganas». La situación de Laguna, al igual que la de muchos otros conversos, fue difícil en ese contexto, aunque su figura y su obra serán una de las que, precisamente, desafiarán los límites impuestos por la ortodoxia religiosa.

Los orígenes familiares y primeros años de Andrés Laguna

Nacido en una familia judeoconversa, Andrés Laguna fue parte de una generación que tuvo que navegar entre las tensiones de la sociedad cristiana y sus raíces judías. En su juventud, Segovia, su ciudad natal, era un importante centro cultural de Castilla, donde coexistían los restos de una tradición judía y una pujante influencia renacentista. A pesar de la discriminación, muchos conversos, como Laguna, consiguieron un alto nivel educativo, y algunos se integraron con éxito en la vida académica y científica de la época.

A temprana edad, Laguna mostró una gran aptitud para el estudio y la erudición. Ingresó a la Universidad de Salamanca para estudiar Artes, donde pudo profundizar en los clásicos griegos y latinos. Este periodo fue fundamental para su formación intelectual, pues la Universidad de Salamanca era uno de los centros más importantes para el estudio de la filosofía, la medicina y las ciencias durante el Renacimiento. A través de esta formación académica, Laguna entró en contacto con una gran cantidad de textos filosóficos y científicos, y comenzó a desarrollar un interés por la medicina y la anatomía.

La transición a París: una nueva etapa en su educación y formación médica

En torno a 1530, Laguna se trasladó a París, un paso crucial en su desarrollo como médico y científico. La ciudad, en ese momento, era un centro neurálgico del Renacimiento europeo, con una universidad que acogía a algunos de los más grandes pensadores y científicos de la época. En París, Laguna continuó su formación en artes y medicina, y se formó con los más destacados helenistas y latinistas, quienes tenían un profundo conocimiento de los textos clásicos. Esta influencia fue clave en su carrera posterior, ya que le permitió abordar la medicina desde una perspectiva humanista.

En la Universidad de París, Laguna también se formó como médico bajo la tutela de Gunther von Andernach, Jacobus Sylvius y Jean de la Ruel, figuras destacadas del galenismo humanista. Estos maestros seguían la tradición de Galeno, uno de los pilares de la medicina en la Edad Media y el Renacimiento. Además de aprender teoría médica, Laguna se familiarizó con las nuevas técnicas de disección de cadáveres, una práctica innovadora en la época que estaba ganando aceptación en los círculos académicos. La disección se realizaba, por lo general, en secreto y fuera de la enseñanza tradicional, lo que representaba un desafío a la enseñanza ortodoxa que aún prevalecía en muchas universidades.

En París, Laguna se unió a un grupo de médicos y científicos interesados en la disección humana, una práctica que estaba ganando terreno en la medicina de la época, aunque aún no estaba completamente aceptada. En este ambiente académico, Laguna realizó sus primeros trabajos de disección y contribuyó al conocimiento anatómico de manera decisiva. Su habilidad para observar y documentar los resultados de sus disecciones le permitió realizar importantes descubrimientos que serían recogidos en su obra más conocida, Anatomica Methodus (1535).

Regreso a España y primeros logros académicos

Tras completar su formación en París, Laguna regresó a España en 1536, donde se vinculó brevemente con la Universidad de Alcalá, aunque no llegó a obtener una cátedra oficial. A pesar de su educación avanzada y su creciente renombre, no fue nombrado profesor titular, y su carrera académica en España nunca alcanzó la prominencia que podría haber tenido. Sin embargo, algunos estudios sugieren que Laguna dio un curso extraordinario en la Universidad de Alcalá alrededor de 1538, en el que probablemente introdujo algunas de las innovaciones que había aprendido en París, especialmente en relación con la disección anatómica.

En este mismo periodo, Laguna entró en contacto con la corte imperial, y se le atribuye haber asistido a la emperatriz Isabel. A pesar de sus vínculos con la nobleza, no logró ingresar en el círculo cercano de Carlos I, lo que sugiere que su carrera en España no estuvo exenta de dificultades. Fue entonces cuando Laguna decidió emprender nuevos viajes por Europa en busca de mayores oportunidades profesionales.

Sus años en Europa: una vida itinerante

Después de su paso por España, la vida de Andrés Laguna continuó marcada por la movilidad. En busca de nuevas oportunidades, se trasladó a Inglaterra y, más tarde, a los Países Bajos, donde pudo ampliar su horizonte científico y académico. Fue en 1540 cuando Laguna se asentó en Metz, una ciudad clave de la región del Sacro Imperio Romano Germánico, que en ese momento vivía un auge cultural. Durante su estancia en Metz, Laguna fue contratado como médico por la ciudad, un cargo que le permitió seguir ampliando sus conocimientos en medicina y anatomía. Fue aquí donde consolidó su pensamiento sobre la práctica médica, particularmente en su visión de la disección anatómica como una herramienta crucial para el conocimiento del cuerpo humano.

En 1543, Laguna pronunció en la Universidad de Colonia su famoso discurso sobre la paz y la unidad de Europa, conocido por su enfoque pacifista. En este discurso, resaltó la necesidad de establecer una Europa unida para enfrentar las amenazas externas y superar las disputas internas. Esta declaración fue importante en un contexto histórico en el que Europa vivía bajo la constante amenaza de las guerras entre naciones, así como de los conflictos religiosos derivados de la Reforma Protestante. El discurso de Laguna reflejó sus ideales humanistas y su profundo compromiso con los valores de la convivencia y la paz. Su discurso fue un punto de inflexión en su carrera, ya que le permitió posicionarse como un intelectual relevante no solo en el campo médico, sino también en el ámbito político y filosófico.

Durante este periodo, Laguna también estuvo muy involucrado en la vida académica europea, en particular con sus relaciones con figuras clave del Renacimiento, como el humanista italiano Diego Hurtado de Mendoza. Fue en su casa donde Laguna encontró un refugio intelectual, pues Mendoza poseía una de las bibliotecas más prestigiosas de la época, llena de textos de autores clásicos y contemporáneos. Esta relación resultó fundamental para el desarrollo de su pensamiento, y a través de ella Laguna pudo enriquecer su visión sobre la medicina y otras ciencias.

La obra escrita de Laguna y su legado intelectual

Una de las facetas más destacadas de la carrera de Laguna fue su labor como escritor y traductor, lo que le permitió dejar una huella perdurable en la historia de la medicina. Su trabajo más conocido en este campo fue la publicación de Anatomica Methodus en 1535, una obra que se basó en sus observaciones anatómicas realizadas durante sus estudios en París. Este texto se destacó por su enfoque crítico hacia la enseñanza de la anatomía, que en ese momento se encontraba limitada a las enseñanzas de Galeno, sin un componente práctico significativo. Laguna subrayó la necesidad de realizar disecciones personales y de atenerse a los hechos observados, en lugar de basarse exclusivamente en los textos clásicos.

La obra de Laguna fue pionera en este sentido, pues representó una ruptura con el modelo tradicional de enseñanza de la anatomía, que se había mantenido en gran parte intacto durante siglos. Aunque Anatomica Methodus no introdujo grandes descubrimientos anatómicos revolucionarios, su importancia radica en la crítica que Laguna hacía a la forma tradicional de enseñar la medicina. Fue una invitación a realizar observaciones directas del cuerpo humano y a cuestionar las enseñanzas heredadas, una postura que más tarde sería adoptada por otros grandes médicos del Renacimiento, como Andreas Vesalio.

La crítica de Laguna al galenismo tradicional, que él consideraba demasiado dogmático, se complementó con su trabajo sobre los escritos de Galeno. Su Epitome Omnium Galeni Pergameni Operum (1548) es una obra esencial en la historia de la medicina, ya que resume las doctrinas del médico griego a partir de las traducciones latinas de autores como Erasmo de Rotterdam, Thomas Linacre, y Gunther von Andernach. Esta obra fue tan influyente que se reeditó siete veces en Europa y se convirtió en un texto fundamental para los médicos de la época. En ella, Laguna también ofreció una crítica a los errores cometidos por los traductores y comentaristas previos, lo que demuestra su enfoque riguroso y preciso.

Además de su trabajo en la medicina, Laguna también tradujo y comentó otros textos importantes, como los escritos aristotélicos De Physiognomicis (1535), De Mundo (1538) y De Natura Styrpium (1543), lo que demuestra su profundo interés por las ciencias naturales y su habilidad para integrar las diferentes disciplinas del conocimiento en su obra.

Los últimos años: regreso a España y una vida en declive

En 1554, después de haber pasado casi dos décadas viajando y residiendo en diversas ciudades europeas, Laguna regresó a España. Este regreso, sin embargo, no estuvo exento de dificultades. A pesar de su renombre en Europa, en su patria natal su figura parecía perder algo del brillo que había tenido en el ámbito científico internacional. Los últimos años de su vida transcurrieron en un relativo aislamiento, y se cree que falleció en Guadalajara en 1559, a la edad de aproximadamente 59 años.

El regreso a España y el declive de su actividad académica no empañaron, sin embargo, el legado que había dejado en el ámbito de la medicina y la botánica. En España, Laguna continuó trabajando en varios proyectos, aunque su participación en la vida académica fue mínima. Su obra continuó siendo estudiada y leída en los círculos académicos europeos, pero la atención que le prestaron sus contemporáneos en España fue menor en comparación con otros científicos de la época.

A pesar de este descenso en la visibilidad en su país natal, la trascendencia de sus estudios y su trabajo no se desvaneció, y su legado perduró a través de sus escritos y su influencia en generaciones posteriores de médicos y científicos.

La importancia de su traducción de la Materia Medica de Dioscórides

Uno de los mayores logros de Laguna fue su traducción al castellano de la Materia Medica de Dioscórides, un texto fundamental para el estudio de las propiedades medicinales de las plantas. La traducción, publicada por primera vez en Amberes en 1555, fue una obra revolucionaria, ya que no solo ofrecía una versión en castellano de este texto clave, sino que además se acompañaba de detallados comentarios que enriquecían y actualizaban las descripciones de Dioscórides.

La traducción de Laguna no solo fue un esfuerzo por hacer accesibles los textos clásicos a una audiencia más amplia, sino también una contribución significativa a la botánica médica de la época. Laguna no se limitó a traducir el texto, sino que realizó numerosas observaciones basadas en su propia experiencia y en su amplia formación científica. En sus comentarios, describió en detalle las plantas y sus propiedades curativas, y en algunos casos, llevó a cabo investigaciones directas, viajando por diversas regiones de Europa y el Mediterráneo para recolectar muestras y comprobar las descripciones de Dioscórides.

A pesar de la importancia de su traducción y sus comentarios, la obra de Laguna en este campo ha sido objeto de críticas. Si bien su trabajo es considerado un hito en la historia de la botánica, también se le ha señalado por basarse en gran medida en la versión de Materia Medica publicada por el médico italiano Piero Andrea Mattioli, cuyas ilustraciones y descripciones fueron, en gran parte, incorporadas en la edición de Laguna. Aunque no se puede negar la utilidad de la obra de Laguna en su tiempo, algunos estudios contemporáneos han considerado que no fue tan innovadora como otros trabajos realizados por naturalistas españoles en la época, particularmente aquellos relacionados con el descubrimiento de las plantas del Nuevo Mundo.

La influencia de Laguna en la medicina moderna y su resonancia histórica

A lo largo de su vida, Laguna estuvo profundamente influenciado por el pensamiento de Galeno, y sus estudios anatómicos, traducciones y comentarios jugaron un papel importante en la transmisión del conocimiento galénico durante el Renacimiento. Sin embargo, su enfoque innovador de la disección y su crítica a las enseñanzas tradicionales contribuyeron a la evolución de la anatomía moderna. Muchos de los avances en el campo de la medicina durante los siglos posteriores deben mucho a los cambios de paradigma impulsados por figuras como Laguna.

Uno de los aspectos más importantes de su legado fue su influencia en la obra de Andreas Vesalio, el padre de la anatomía moderna. A pesar de que Vesalio era algo más joven que Laguna, ambos compartieron el interés por la disección y la crítica a los métodos tradicionales de enseñanza de la medicina. Laguna fue una figura respetada por Vesalio, quien elogió su trabajo en diversos escritos, y se dice que el consejo de Laguna fue fundamental para que Vesalio adoptara una nueva técnica para tratar las heridas causadas por armas de fuego, lo que representó una de las innovaciones quirúrgicas más significativas de la época.

La influencia de Laguna también perduró en los círculos médicos de Europa, donde su Epitome Omnium Galeni Pergameni Operum se convirtió en un texto de referencia, especialmente en los estudios galénicos. Su enfoque humanista y su crítica a la dogmaticidad del galenismo tradicional sentaron las bases para un enfoque más empírico y observacional de la medicina.

Aunque su figura pasó algo desapercibida en la España de su tiempo, el redescubrimiento de sus obras y su contribución al desarrollo de la medicina lo ha colocado en un lugar destacado dentro de la historia de la ciencia. Hoy en día, la figura de Andrés Laguna es reconocida como una de las más relevantes del Renacimiento, cuyo legado se extiende más allá de su tiempo, dejando una huella perdurable en la anatomía, la medicina y la botánica.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Andrés Laguna (1499–1569): Médico y naturalista que transformó la anatomía del Renacimiento". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/laguna-andres [consulta: 18 de octubre de 2025].