Krupa, Gene (¿-1973).
Músico estadounidense nacido el 15 de enero de 1909 en Chicago y fallecido el 16 de octubre de 1973 en Yonkers (Nueva York). Batería, compositor y director de orquesta, fue uno de los baterías más conocidos de la historia del jazz y precursor del baterista moderno, tanto desde el punto de vista del «acompañamiento» como del instrumentista «solista», ya que fue el primer batería en hacer solos. Vivió, pues, todo el desarrollo de la batería como instrumento plenamente integrado en los grupos de jazz, tanto en el Chicago de los años 20, la era del swing y el bebop. Sin duda, Gene Krupa fue el batería estrella de «la era del Swing».
Vida
El joven Gene se inició muy pronto en la música, pues tocaba el saxo ya con once años. Después, en la escuela que estudiaba, la St. Joseph’s College, en Indiana, se unió a otros muchachos (ya como baterista) para formar una pequeña orquesta de swing. En 1921, en Madison, en el estado de Wisconsin, se unió a la orquesta The Frivolians, cuando contaba con tan sólo 12 años. Sin embargo, no fue hasta cuatro años después cuando tuvo la oportunidad de estudiar percusión profesionalmente con maestros de la talla de E. B. Straight o Roy Knapp, en la Austin High Gang. Así pues, en 1925, Krupa empezó sus estudios de percusión, con Roy Knapp, Al Silverman y Ed Straigth, al tiempo que compartía experiencias musicales con bandas comerciales de su ciudad, como las de Joe Kayser o Thelma Terry y The Benson Orchestra.
Dos años más tarde, en 1927, Krupa ya era fijo en las sesiones en los clubes de la ciudad, donde conoce a músicos como Tommy Dorsey, Bix Beiderbecke, Mezz Mezzrow o Benny Goodman. Comenzó a trabajar entonces como músico de sesión y grabó sus primeros discos, ya con una técnica sorprendente, junto a Red McKenzie y Eddie Condon, que fueron conocidos como grupo con el nombre de McKenzie-Condon’s Chicagoans, punto culminante del estilo del jazz de Chicago. Para la historia queda el dato, según fuentes de la época, de ser el primer baterista de la historia en grabar el bombo de una batería, esto es, el primero que se atrevió a grabar con esta técnica percusiva, pues existía el riesgo de que un sonido tan grave perturbara la calidad de la grabación que, como se sabe, se realizaba a micrófono único. También fue el primer baterista en ser «solista», uno más de la banda con sus improvisaciones. Con Krupa la batería, pues, dejaba de ser un instrumento puramente de acompañamiento.
Con los Chicagoans sus experiencias se multiplicaron y dieron lugar a grabaciones históricas en las que se podían escuchar a los grandes músicos de ese tiempo: la contrabajista y directora de orquesta Thelma Terry, Joe Kayser, Frank Teschemacher o Joe Sullivan, Frank Teschemacher, Jan Lannigan o Mezz Mezzrow. De estas fantásticas pueden rescatarse algunos temas que hoy quedan como hitos de la historia del jazz, como «Liza», «China Boy» o «Sugar». Qué duda cabe que Chicago, por aquel entonces, resultó ser el centro neurálgico del jazz más moderno adonde llegaban, incluso, los nuevos y viejos valores de la antigua Nueva Orleáns, conocida cuna del jazz.
En 1928 Krupa formó parte de otro de los grupos capitales de aquel tiempo, The Chicago Rhythm Kings, además de tocar con otra gran banda, la de IMF Mole, en la que se hallaban también el conocido Bud Freeman, Wingy Manone o el cornetista Muggsy Spanier. Del repertorio que Krupa grabó con esta banda cabría rescatar los siguientes temas: «Baby Won’t You Please Come Home», «I’ve Found A New Baby» o «There’ll Be Some Changes Made».
En 1929, ya con veinte años, se trasladó desde Chicago a Nueva York, justo el año de la gran crisis norteamericana. Allí inició sus actividades musicales con Red Nichols (quien le había requerido su presencia en la ciudad) y en la orquesta de Bix Beiderbecke, el gran trompetista de los años veinte y representante de la conocida escuela de Chicago, donde también se encontraba Adrian Rollini y Joe Venuti. Fueron años, sin duda, de fructíferas grabaciones. Participó, siempre como freelance, en vinilos de Buddy Rogers y en otros muchísimos discos con bandas menos conocidas, hoy difíciles de hallar. Algunos de los temas de esta época que catapultaron al baterista a lo más alto de las listas son «Sing, Sing, Sing» (que presentaba un excepcional solo de batería) o la famosísima «I Gotta Rigth To Sing the Blues».
En 1935, dada su enorme fama de músico de sesión, dotado de una técnica original, Benny Goodman lo fichaba para su orquesta, una de las más famosas de los años treinta e inductora de la llamada «Swing Era» junto a la orquesta de Grenn Miller. En esta big band llevará a cabo los primeros grandes solos de batería de la historia de la música. Con Benny Goodman estuvo cuatro años, en los que también participó en los conocidos tríos y cuartetos del excelente clarinetista «blanco». Precisamente conocida fue la formación de cuarteto del clarinetista en la que estaban Goodman, Krupa, Teddy Wilson y Lionel Hampton, cuya música trataba de alejarse de lo que ese tiempo se tildó de «’música de baile’, cuando en realidad era una proyección natural del llamado swing, tan en boga en los treinta, precisamente por el impulso de las bandas de Goodman y Miller. Con los cuartetos y tríos, el primero de ellos trataba de satisfacer a un público que no buscaba solamente el placer de bailar al son de su música, sino también de escuchar sus propuestas musicales. De esta experiencia cabe referir algunos temas muy conocidos, como «Tigre Rag» «Whispering» o «Stompin the Savoy», buenas muestras del talento de los cuatro músicos. Además, eran las primeras formaciones que mezclaban músicos blancos y negros, algo insólito hasta la fecha.
En 1938, sólo unos meses antes de abandonar la big band de Goodman, se produjo el famoso concierto en el Carnegie Hall de Nueva York, cuyo doble disco fue un hito a finales de los años treinta: Carnegie Hall Jazz Concert, en el que participaron músicos como Count Basie, Harry James, Lionel Hampton, Lester Young, Buck Clayton o Bobby Hackett. Los temas más representativos fueron «Don’t Be That Way», «I’m Comming Virginia», «Shine» y, sobre todo, el ya mencionado «Sing, Sing, Sing», todo un prodigio de instrumentación percusiva. De hecho, en ese tema en concreto Krupa produjo el primer gran solo de batería de la historia. Al hilo de esto, habría que apuntar que Krupa también fue el primero en utilizar tom toms, o timbales aéreos, en los que ejecutaba redobles y ritmos endiablados. Con relación a los tríos y cuartetos del clarinetista podríamos destacar The King of Swing (en tres volúmenes), con las colaboraciones de Harry James, Lionel Hampton y Teddy Wilson, entre otros.
En 1938, tras su paso por la conocida big band de Goodman, Krupa iniciaba su propia orquesta en la que, en un principio, se hallaban Roy Eldridge y la cantante Anita O’Day (cantante con quien realizara numerosos trabajos en los años próximos). Fueron famosísimos sus conciertos en el Marine Ballroom (en Atlantic City) en abril del 38; allí concurría Krupa con su banda (que podía llegar a tener 30 o 40 músicos), llenando cada día que tocaban. Del mismo año es su gran método de batería The Gene Krupa Method, que puede estudiarse en la actualidad todavía, el cual tuvo un referente inmediato en su libro anual Drum Contest, iniciado hacia 1941.
Tristemente, después de aparecer en varias películas de la época (Con faldas y a lo loco y Beat the Band) que lo hicieron inmensamente popular, en el verano de 1943 Krupa era arrestado en San Francisco. Los cargos: posesión de marihuana y abuso de menores. De los 90 días a que Krupa fue condenado cumplió 84. Qué duda cabe que este acontecimiento enfrió la enorme popularidad que tenía el baterista. No obstante, en su ausencia, Roy Eldridge se ocupó de dirigir la banda de Krupa, quien al salir en libertad se asoció de nuevo con Benny Goodman (pues necesitaba resarcirse con rapidez de aquella nefasta eventualidad) y tocó con Tommy Dorsey, quien no dudó en contratarle en su banda. Era 1944 y, pese a su gran éxito de público, los críticos lo acusaron de baterista excesivamente comercial. En el mismo año Krupa formaba de nuevo su propia orquesta, con la que actuaría por los clubes en plena fiebre de las big bands, período que se concretará entre los años 1944 y 1951.
Al tiempo, formó grupo con Charlie Ventura (con quien grabó el elepé The Krupa-Ventura Trio en 1950), y se encaminó hacia la moda del bebop. Tuvo entonces lugar su excelente colaboración con Gerry Mulligan (uno de los inductores del cercano cool), a la que se sumaba el trompetista Red Roney. Con todo ello, desde mediados de los cuarenta hasta finales de 1950 (cuando deshizo su gran orquesta) el baterista situaba su música entre las propuestas más destacadas del jazz moderno.
A partir de 1951, el< productor norteamericano Norman Granz fichaba a Gene Krupa para su espectáculo JAPT (Jazz at the Philarmonic) con el título de All-Star Jams at JATP, que funcionaba desde 1944. Realmente se trataban de unas giras en las que se encontraban parte de los músicos más destacados de los primeros cincuenta, adquiriendo el espectáculo cierto carácter exhibicionista. En este sentido, Norman Granz supo mostrar perfectamente las mejores armas de Krupa, enfrentándose a otros bateristas de su tiempo, también, como él, maestros de su instrumento. Nacía The Gene Krupoa Trio, dentro del cual se produjeron los famoso duelos con Louie Belson y el archiconocido Buddy Rich. Con este último, precisamente, grabaría algunos álbumes memorables, como The Drum Battle, de septiembre de 1952, que contiene la famosa pieza del mismo título de N. Shedlu, en la que se escuchaban a ambos músicos en un duelo sin precedentes en el jazz, y en el que participaron músicos de la talla de Hank Jones, Benny Carter, Lester Young, Oscar Peterson, Barney Kessel, Ray Brown o Ella Fitzgerald. Otros álbumes reseñables de estos dos grandes percusionistas, esta vez en estudio, fueron Krupa and Rich (1955) o The Original The Drum Battle (1962), cuyo tema más destacado era el título «The Duet». De cualquier modo, en este tiempo trabajó también en formación de trío, tanto con Dave Mckenna como con Charlie Ventura.
En 1954, Krupa pasó a dirigir una escuela de música junto al otrora baterista de los años treinta, Cozy Cole, conocida por Krupa-Cole Drum School. Los métodos del baterista se hicieron archifamoso, y su vigencia hoy día es indiscutida para los primerizos bateristas de jazz.
Al margen de su experiencia con esta escuela, Krupa prosiguió su labor musical, y salió de gira con Benny Goodman, quien hacia 1955 presentaba su espectáculo The Benny Goodman Story, al que siguió The Gene Krupa Story (1959), un filme protagonizado por Sal Mineo en el que se contaba la historia de este excepcional baterista y cuya banda sonora fue realizada por él mismo.
Hacia finales de los cincuenta (1958), Krupa grababa con el saxofonista Gerry Mulligan el conocido álbum Gebe Krupa Plays Mulligan Arragements, al margen de otros álbumes muy conocidos en su discografía, como Krupa Rocks o Hey! Here’s Gene Krupa.
En 1960 sufría un ataque de corazón (algo parecido le pasó a Budy Rich), lo que hizo que se retirara unos meses del circuito de jazz. Su reaparición fue brillante, no obstante, junto al cuarteto de Benny Goodman, con quien ofreció un memorable concierto en 1964 en el Festival de Newport (Nueva York), éxito que le llevó de gira incluso por Japón, en 1964, esta vez al lado de su amigo Charlie Ventura. Sin embargo, su salud empeoraba por días, y sus problemas con su segunda mujer se recrudecieron. En 1967, Krupa se retiró de los escenarios dada su precaria salud. Iniciaba entonces unas charlas sobre la drogadicción, al tiempo que promocionaba las Slingerland Drums.
Su retiro oficial llegó en noviembre de 1970. Fue al frente de su propio cuarteto, en el Hotel Plaza in Nueva York. Allí grabó un comercial disco titulado Jazz At the New School, en el que participaron Eddie Condon o Wild Bill Davison. A pesar de todo, y ya retirado, en agosto de 1973 grabó en estudio su último disco, esta vez con el viejo cuarteto de Goodman.
Krupa fallecía el 16 de octubre de un ataque al corazón, aunque ya sufría un enfisema pulmonar. Sus restos se encuentran en el Holly Cross Cementary, en Illinois.
Gene Krupa: el gran baterista moderno
Sobre Gene Krupa influyeron músicos como Zutty Singleton o Baby Dodds, maestros en el arte del acompañamiento, aunque el sumara después a esto el arte del batería solista. Krupa, que pasó por tres etapas claves del jazz, el Chicago de los años veinte, la «era del swing» y el bebop (aunque hay que decir que en este último estadio el baterista ya no fue un innovador) dejó su espacio a otros baterías más jóvenes, como Max Roach.
Parte del éxito de Krupa radicó en la innovación de la batería como instrumento solista, al que sacaba todo el partido percusivo que pudo. Partiendo del redoble en caja, llevado hacia una total depuración y virtuosismo, Krupa fue capaz de reinventar esta técnica percusiva en todas las partes de la batería, fundamentalmente en los tom tom aéreos y en el timbal base, hasta los años treinta absolutamente desconocida. Además, fue relevante el papel que Krupa adjudicó al baterista tanto en la big band como en los grupos de tres o cuatro componentes. Fue, qué duda cabe, el inventor del solo en la batería, al menos como una parte más de la pieza interpretada. Era claro que si los otros instrumentistas improvisaban, él también lo hacía, con la diferencia de que, para el público, eran mucho más llamativas sus improvisaciones que las de otros solistas.
Era claro que la forma de acompañar de Krupa se dirigía en dos sentidos. Por un lado, era un músico solista, cuyo primer plano en ciertas formaciones atraía toda la importancia de la formación. Por otro lado, su impresionante ritmo, absolutamente cronométrico, le convertía en un compañero preferido de todos los solistas, como Benny Goodman, o de cantantes de big band, como Anita O’Day. Krupa fue siempre un espectáculo en la batería, bien concurriera con sus propias formaciones, bien participara acompañando a otras célebres figuras del jazz. Quizá haya sido el baterista más importante de todos los tiempos.
Discografía
Como sideman
Beny Goodman and Peggy Lee, Columbia, 1949.Dance Parade (con B. Goodman), Columbia, 1949.Carnegie Hall Jazz Concert, Vol. 1 & 2 (con B. Goodman), Columbia Masterworks, 1956.Selections From «The Benny Goodman Story» (con Benny Goodman), Verve, 1956.The King of Swing, Volume 1, 2 & 3 (con B. Goodman), Columbia, 1956.Chicagoans (1944), con McKenzie y Condon), Jazzology, 1980.
En solitario
Gene Krupa, Columbia, 1949.Dance Parade, Columbia, 1949.The Krupa-Ventura Trio, Commodore, 1950.The Gene Krupa Trio, Clef, 1953.The Gene Krupa Trio at Jazz at the Philharmonic, Clef, 1953.The Gene Krupa Trio Collates, Clef, 1953.Sing, Sing, Sing. The Rocking, Clef, 1954.The Gene Krupa, Clef, 1954.The Gene Krupa Sextet 1 y 2, 1954.Drummin’ Man, Columbia, 1955.Gene Krupa’s Sidekicks, Columbia, 1955.Krupa and Rich, Clef, 1955.The Exciting Gene Krupa and His Quartet, Clef, 1956.Gene Krupa Quintet, American Recording Society, 1956.Drum Boogie, Clef, 1956.Krupa’s Wail, Clef, 1956.Gene Krupa-Lionel Hampton-Teddy Wilson with Red Callender, Verve, 1957Drummer Man, American Recording Society, 1957.The Driving Gene Krupa, Verve, 1957.The Jazz Rhythms of Gene Krupa, Verve, 1957.Mutiny in the Parlor, RCA Camden, 1958.Gene Krupa Palys the Classics, Verve, 1958.Krupa Rocks, Verve, 1958.Gene Krupa Plays Gerry Mulligan Arragements, Verve, 1958.Hey! Here’s Gene Krupa, Verve, 1959.Big Noise From Winnetka, Verve, 1959.The Gene Krupa Story in Music, Harmony, 1960.Gene Krupa at the London House, Verve, 1960.Percussion King, Verve, 1961.The Original Drum Battle, Verve, 1962.Let Me Off Uptown. The Essential Gene Krupa, Verve, 1964.That Drummer’s Band, Verve, 1966.Jazz at the New School, Verve, 1967.The World’s Greatets Drummer, Sunbeam, 197?Krupa Swings, Columbia Special Products, 197?Gene Krupa (Golden Archive Series), MGM, 1970.Gene Krupa. His Orchestra and Anita O’Day, Columbia, 1974.Gene Krupa on the Air, Aircheck, 1981.Hot Drums, Intermedia, 1982.
RPV