Klemperer, Victor (1881-1960).
Filólogo alemán nacido en Landsberg el 9 de octubre de 1881 y fallecido en Dresde el 11 de febrero de 1960. Entre 1920 y 1935 fue profesor de lenguas románicas en la Escuela Superior de Dresde y, aunque fue apartado de su trabajo por su condición de judío, logro sobrevivir al holocausto nazi por ser veterano de la Primera Guerra Mundial, estar casado con una alemana aria y figurar como protestante en el registro religioso. Sus célebres diarios representan una valiosa crónica para ilustrar uno de los periodos más amargos de la historia de Alemania.
Hijo de un rabino y primo del prestigioso director de orquesta Otto Klemperer, Victor era un joven orgulloso de su país que acudió como voluntario para combatir en la Gran Guerra. Realizó estudios de filología, se casó con la pianista Eva Schlemmer y logró un buen empleo como profesor universitario en Dresde hasta que su vida, consagrada al estudio y la labor docente, dio un giro traumático con la llegada de Hitler al poder. La acomodada familia Klemperer comenzó a sufrir las consecuencias de las leyes antijudías y, tras perder su trabajo y su vivienda, fue realojada en un humilde edificio junto a otras familias de origen semita.
Desde su obligado confinamiento, en 1933 el profesor comenzó a trasladar a sus cuadernos la realidad cotidiana de su nueva vida; una costumbre que había adquirido en 1918 y que mantuvo, con extraordinaria disciplina, hasta el último tramo de su vida. Los judíos no podían poseer libros ni escritos privados y Klemperer sabía que de ser descubierto correría la suerte de muchos de sus vecinos, enviados por infracciones menores a los campos de concentración. Asumió el riesgo y continuó la labor de dejar testimonio de la trágica y vergonzosa realidad histórica que vivía Alemania. Su esposa no era judía y como gozaba de mayor libertad de movimientos fue ella la encargada de sacar los diarios de la ciudad y ponerlos a buen recaudo.
Abrazado al fatalismo y a un germanismo cultural al que no estaba dispuesto a renunciar, rechazó el exilio como solución a la barbarie nazi y decidió permanecer en Dresde. La resignación también se trasladó por aquellos años a sus diarios, convertidos ya en impagable documento histórico.
En febrero de 1945, los Klemperer aprovecharon el ataque aliado sobre Dresde para huir al campo. Victor llevaba consigo sus últimos manuscritos, entre ellos las notas para elaborar un libro sobre los usos lingüísticos del Tercer Reich, sobre la retórica que impuso el régimen nazi y que fue su mejor arma propagandística. Finalizada la guerra y derrotado Hitler, Klemperer, rehabilitado ya como profesor, dio forma al proyecto con el título LTI (Lingua Tertii Imperii).