Julia Saturnina (s. I).
Médica hispano-romana, nacida en el siglo I en Emerita Augusta (la actual localidad pacense de Mérida) o en algún municipio romano próximo a este importante enclave militar y comercial de la época, capital de la provincia de Lusitania. Es una de las pocas figuras femeninas, de entre las que ejercieron la medicina en su tiempo, cuyo nombre ha llegado hasta nuestros días, a pesar de que en la Roma imperial esta profesión constituía una de las contadas labores profesionales a las que tenían acceso las mujeres (debido a la necesidad de atender la rama de la obstetricia, en la que sin duda se especializó Julia Saturnina). Al parecer, pertenecía a las clases populares, pero era de condición libre y, seguramente, gozaba de plenos derechos de ciudadanía. Su marido, Casio Filipo, era liberto, aunque no se sabe con certeza si descendía de esclavos liberados o si él mismo había pertenecido a alguien antes de ser manumitido.
Las noticias que han llegado hasta nuestro tiempo referidas a Julia Saturnina proceden de la inscripción funeraria bajo la que fue enterrada, en la que figura un relieve que representa a un bebé recubierto por firmes vendajes (práctica frecuente entre comadronas romanas, que pretendían con ella -erróneamente- evitar las posibles malformaciones de los recién nacidos). Al parecer, los médicos varones no se ocupaban del proceso del embarazo y el parto de la mujeres de su tiempo, lo que dio lugar al florecimiento de la obstetricia entre las propias féminas, quienes también asumieron el cuidado de las afecciones relacionadas con el aparato reproductor femenino y el seguimiento de la salud de la madre y el recién nacido durante los primeros meses de vida del bebé. Así, en la figura de Julia Saturnina -como en la de tantas otras colegas de su tiempo- se reunían funciones que hoy estarían atribuidas a diferentes ramas de la ciencia médica, como la ginecología o la pediatría, sin excluir otras misiones propias de algunas disciplinas sanitarias menores (como las que hoy ejercen las comadronas).
Otros datos deducidos de su epitafio por una de las mayores estudiosas de la situación de la mujer en la Hispania Romana, María Dolores Mirón Pérez (vid., infra, «Bibliografía»), apuntan a que Julia Saturnina no tuvo descendencia, ya que, de lo contrario, en la citada inscripción funeraria se habría hecho constar alguna referencia a su condición de madre. Su esposo, en cambio, sí se preocupó por legar a la posteridad la noticia de las virtudes humanas y profesionales de esta destacada mujer, a la que llamó en el citado epitafio «esposa incomparable«, «médica óptima» y «mujer santísima«. Muerta a los cuarenta y cinco años de edad, Julia Saturnina debió de dejar también tras su desaparición un imborrable recuerdo entre las numerosas mujeres que, tras haber sido atendidas por ella, contribuyeron a la divulgación de su fama.
Bibliografía
-
Corpus Inscriptionum Latinarum, II, 497 (Berlín, 1871 [suplemento 1900]).
-
MIRÓN PÉREZ, María Dolores. «Julia Saturnina», en Mujeres en la Historia de España (Madrid: Planeta, 2000), pp. 53-54.
JR.