Jeráskov, Mijaíl Matvéyevich (1733-1807). El poeta y dramaturgo ruso que marcó el clasicismo literario

Mijaíl Matvéyevich Jeráskov, nacido en Pereiáslav (actual Poltava) en 1733 y fallecido en Moscú en 1807, es una de las figuras más destacadas de la literatura rusa del siglo XVIII. Su nombre se asocia con la introducción de las normas del clasicismo en la poesía y el teatro rusos, en un momento crucial en el que la literatura del país comenzaba a moldear su identidad moderna. Como poeta, dramaturgo, narrador y periodista, Jeráskov no solo fue un gran innovador en las formas literarias, sino que también influyó profundamente en la educación y en la vida intelectual de su época.

Orígenes y contexto histórico

Mijaíl Jeráskov nació en una época de grandes transformaciones sociales y culturales en Rusia. El siglo XVIII fue testigo de una serie de reformas impulsadas por los zares, especialmente bajo el reinado de Catalina la Grande. Rusia se encontraba en una fase de modernización que abarcaba desde la política hasta la educación y las artes. En este contexto, Jeráskov, que provenía de una familia noble de la región de Poltava, se vio influenciado por los ideales ilustrados de la época, particularmente los de la Europa occidental. Desde joven, mostró interés por las letras y la cultura europea, lo que lo llevó a iniciar su carrera literaria como editor y periodista.

En sus primeros años de actividad, Jeráskov se dedicó a la creación de publicaciones periódicas, entre las que destaca «La diversión inútil» (1760-1762), una revista satírica que marcó el inicio de su carrera en el mundo literario. Posteriormente, lanzó «Horas libres» (1763), otra publicación que continuó en la misma línea de crítica social y cultural. A través de estas obras, Jeráskov demostró su habilidad para abordar temas serios y profundos con un enfoque irónico y crítico, lo que lo convirtió en un destacado representante del clasicismo ruso.

Logros y contribuciones

Jeráskov es reconocido principalmente por su trabajo en el ámbito de la poesía y el teatro. Su obra se caracteriza por un profundo respeto por las formas clásicas, especialmente la oda, el soneto y la balada. A través de estas formas literarias, el poeta ruso logró plasmar sus ideas filosóficas, morales y sociales, aplicando rigurosamente las reglas de la antigüedad.

Una de sus obras más destacadas es el poema didáctico Los frutos de la ciencia (1761), en el que polemiza con las ideas de Rousseau, influyendo en el pensamiento de la época sobre el conocimiento y la educación. En este poema, Jeráskov se muestra crítico con las teorías del filósofo francés, defendiendo un enfoque más pragmático y realista de la educación.

Otro de sus logros importantes fue la epopeya en verso Vladimir (1785-1797), una de las obras más ambiciosas de Jeráskov. Esta epopeya, que narra las hazañas del príncipe Vladimir, uno de los grandes héroes de la historia rusa, no solo es una manifestación de su talento literario, sino también una contribución al orgullo nacional y a la construcción de una identidad literaria rusa.

Momentos clave

Jeráskov fue también un gran dramaturgo, siendo sus tragedias Borislav (1774) y Moscú liberado (1798) algunas de las más celebradas de su carrera. En estas obras, el autor se aleja de las formas clásicas de tragedia y las adapta a la realidad rusa, introduciendo elementos históricos y sociales que reflejan las tensiones y los conflictos de su tiempo. Borislav es una tragedia en la que se abordan temas de poder, honor y venganza, mientras que Moscú liberado se centra en la resistencia de los rusos ante las invasiones extranjeras, un tema muy relevante en la Rusia de finales del siglo XVIII.

En el ámbito de la comedia, Jeráskov también dejó su huella con obras como La impía (1762) y El enemigo (1774). Estas comedias son ejemplos de su habilidad para mezclar el humor con una crítica social aguda, abordando temas como la hipocresía y las debilidades humanas. A través de personajes y situaciones cómicas, Jeráskov logró reflejar las contradicciones de la sociedad rusa de su tiempo.

Relevancia actual

A pesar de que su obra fue en su momento un claro reflejo de la ideología y el pensamiento de la élite ilustrada rusa, Jeráskov no gozó de la misma fama que otros grandes nombres de la literatura rusa, como Aleksandr Pushkin o Fiódor Dostoyevski. Sin embargo, su influencia en la formación del clasicismo ruso y su contribución a la consolidación de la lengua y la literatura rusas son innegables.

En la actualidad, Jeráskov es reconocido como uno de los primeros autores rusos en adoptar y adaptar las formas clásicas del siglo XVIII a la realidad rusa. Su énfasis en la educación, el conocimiento y el orden social, así como su crítica a las ideas románticas de autores como Rousseau, le otorgan un lugar importante en la historia literaria de Rusia.

En resumen, Mijaíl Jeráskov fue un autor que, a través de su poesía, teatro y ensayos, ayudó a dar forma a la literatura rusa en sus primeros años de existencia como nación literaria moderna. A través de su obra, promovió valores clásicos de razón, orden y moralidad, al tiempo que introdujo una crítica aguda a los movimientos filosóficos de la época. Su legado perdura hoy en día como una de las bases del clasicismo ruso y un reflejo del pensamiento ilustrado que moldeó la Rusia de su tiempo.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Jeráskov, Mijaíl Matvéyevich (1733-1807). El poeta y dramaturgo ruso que marcó el clasicismo literario". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/jeraskov-mijail-matveyevich [consulta: 14 de junio de 2025].