Jardiel Poncela, Enrique (1901-1952).
Literato y dramaturgo español, nació en Madrid en 1901 y murió el 18 de febrero de 1952. Los que le conocían personalmente decían de él que no le gustaba la realidad en la que vivía. Como persona sensible que era, le afectaron las dos guerras mundiales y en especial la civil española. Al parecer, fue un apasionado de Buster Keaton por las numerosas situaciones inverosímiles y paradojas, aunque puramente reales, que planteaba en sus filmes. En su primera novela, Amor se escribe sin hache, 1929, trazó lo que serían los rasgos de su estilo literario en todas sus obras: el humor, la caricatura de sus personajes y situaciones y la gracia del absurdo, desgraciadamente más real de lo que se asumía en la época. Otras obras son: Espérame en Siberia, vida mía, 1930; ¿Pero hubo alguna vez once mil vírgenes?, 1931. En Madrid, en el año 1941, aparece el semanario humorístico La Codorniz, fundado por Miguel Mihura, Álvaro de Laiglesia, Tono, Edgar Neville, José López Rubio y Herreros. Se trata de una importante continuación de la también revista semanal de humor La ametralladora, de gran notoriedad durante la Guerra Civil. Las raíces de su humor entroncan con las novelas de Ramón Gómez de la Serna, el teatro de Jardiel Poncela y Miguel Mihura. El humor alocado de esta revista se convierte en un símbolo de la sociedad del periodo franquista. Pero Jardiel Poncela triunfó de lleno con el teatro. Hoy día sigue siendo muy querido por el público y está totalmente vigente. Utilizó el humor como característica principal en los enredos y situaciones cómicas, donde supo crear un género con mucho dinamismo en el diálogo.
Criticó las costumbres de la época y del país, exagerando hasta la caricatura situaciones muy comunes y arraigadas en la sociedad española, para así establecer la identificación personal del público con los personajes: Margarita, Armando y su padre, 1931; Usted tiene ojos de mujer fatal, 1932; Angelina o el honor de un brigadier; Un drama en 1880, 1932; Los ladrones somos gente honrada, 1941, y Los habitantes de la casa deshabitada, 1942. Su principal mérito consiste en haber tratado de armonizar la comedia tradicional burguesa con las tendencias experimentales del teatro moderno, con el objetivo de lograr una revitalización del teatro nacional. Jardiel Poncela inauguró un nuevo estilo en la comedia española cercano al denominado «teatro del absurdo». En Eloisa está debajo de un almendro, 1943, el autor provoca una serie de equívocos y complicaciones que finalmente se resuelven, dando lugar a una comedia divertida no exenta de un cierto clima de misterio. El sexo débil ha hecho gimnasia, 1946, y Los tigres escondidos en la alcoba, 1949, conforman el catálogo de sus divertidísimas y entretenidas producciones teatrales.