Mateo Inurria (1867-1924): El escultor que marcó la transición entre el realismo y la vanguardia

Mateo Inurria

Mateo Inurria, un escultor español nacido en Córdoba en 1867 y fallecido en Madrid en 1924, dejó un legado artístico significativo que se destacó tanto por su habilidad técnica como por su capacidad para adaptarse a los cambios artísticos de su tiempo. A lo largo de su carrera, Inurria se movió entre dos corrientes artísticas predominantes: el realismo y la vanguardia, lo que lo convierte en una figura clave en la transición del arte clásico al moderno. Su obra abarcó desde monumentos públicos hasta desnudos escultóricos vanguardistas, reflejando la evolución de la escultura española en una época de grandes transformaciones.

Orígenes y contexto histórico

El nacimiento de Mateo Inurria en Córdoba, una ciudad que en su época era un centro cultural de relevancia, influyó profundamente en su formación artística. A finales del siglo XIX, España vivía una época de cambios políticos, sociales y culturales que también se reflejaban en el mundo del arte. El país se encontraba en pleno proceso de modernización, y los artistas empezaban a alejarse de las tradiciones más rígidas para experimentar con nuevas formas y estilos. Fue en este contexto que Inurria comenzó a forjar su carrera, influenciado por el realismo de la época, pero también atraído por las nuevas corrientes vanguardistas que marcarían el siglo XX.

En sus primeros años, Inurria destacó por su habilidad para capturar la realidad de manera detallada, lo que lo llevó a trabajar en la restauración de monumentos históricos, como la Mezquita de Córdoba y las ruinas de Medina Azahara. Estas experiencias, que le permitieron estudiar de cerca el arte clásico y la escultura monumental, fueron fundamentales para su desarrollo artístico y le dieron una base sólida en el manejo de las formas y la proporción.

Logros y contribuciones

Uno de los momentos más significativos de la carrera de Inurria ocurrió en 1899, cuando consiguió la primera medalla en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su relieve en yeso titulado La Mina. Este reconocimiento le abrió las puertas al éxito, consolidándolo como uno de los escultores más prometedores de su generación. El relieve, que presentaba una escena de trabajo minera, destacó por su realismo y por la capacidad del artista para transmitir movimiento y emoción a través de la piedra.

Sin embargo, a partir de 1913, la obra de Inurria sufrió un cambio radical. En este año, el escultor se trasladó a Madrid, donde comenzó a explorar nuevas formas y estilos que se alejaban del realismo. Influenciado por las vanguardias artísticas europeas, Inurria inició una serie de desnudos femeninos que marcarían una etapa decisiva en su carrera. Estas esculturas, en las que predominaba una línea pura y depurada, fueron una clara muestra de su adaptación a las tendencias más modernas del arte de la época.

La obra más emblemática de este periodo fue Forma, un torso que se convirtió en su pieza más famosa y que ha sido ampliamente considerada como el pico de su producción escultórica. Aunque Inurria seguiría creando otras obras después de Forma, muchos críticos coinciden en que ninguna de ellas superó la calidad y la originalidad de este torso, que encapsulaba la pureza y la simplicidad propias de las tendencias vanguardistas.

Momentos clave

A lo largo de su carrera, Mateo Inurria dejó varias obras que siguen siendo muy valoradas hoy en día. Entre sus logros más destacados se encuentran:

  • Crisálida (1923): Una escultura que marcó un hito en su carrera, un delicado estudio sobre la transformación y la belleza femenina.

  • Flor de Granado (1923): Otra de sus obras destacadas que captura la esencia de la feminidad, representada a través de una figura esculpida con gran sensibilidad.

  • Coquetería (1923): Una obra en la que se reflejan tanto el dominio técnico del escultor como su habilidad para transmitir el carácter y la personalidad de la figura humana.

A estas se suma su labor en la creación de monumentos públicos, que consolidó su reputación como uno de los grandes escultores de la España de principios del siglo XX. Entre sus trabajos más conocidos en este ámbito se encuentran:

  • Monumento al pintor Rosales: Ubicado en el paseo madrileño que lleva el nombre de este artista, en lo alto del Parque del Oeste. La escultura es un homenaje a la figura de Rosales, uno de los pintores más importantes de la época.

  • Monumento al Gran Capitán: Este monumento, que se encuentra en las Tendillas de Córdoba, es una escultura ecuestre en mármol y bronce dedicada a Gonzalo Fernández de Córdoba, el famoso militar que dio nombre a la ciudad. La obra destaca por su maestría técnica y su conexión con la tradición escultórica renacentista.

Relevancia actual

El legado de Mateo Inurria sigue vivo en el mundo de la escultura contemporánea, y su influencia se puede ver en la forma en que los escultores actuales abordan el cuerpo humano y la representación de la figura femenina. Sus obras continúan siendo una referencia para aquellos interesados en la transición entre el realismo y las vanguardias, dos corrientes artísticas que definieron una época de grandes cambios.

El análisis de sus esculturas, particularmente de sus desnudos femeninos, sigue siendo objeto de estudio en escuelas de arte y en círculos académicos. La forma en que Inurria trabajó el cuerpo humano con una línea depurada y estilizada anticipó muchas de las exploraciones escultóricas que se llevarían a cabo en el siglo XX, convirtiéndolo en una figura fundamental para entender la evolución del arte moderno en España.

Además, la importancia de su labor como escultor de monumentos públicos ha perdurado, pues sus obras siguen siendo símbolos de la cultura y la historia de España. El Monumento al Gran Capitán, por ejemplo, sigue siendo un hito en la escultura monumental y un punto de referencia en la ciudad de Córdoba.

Conclusión

Mateo Inurria fue un artista cuya carrera estuvo marcada por una continua evolución, desde sus inicios en el realismo hasta su acercamiento a las vanguardias artísticas. Su obra, que abarcó desde monumentos públicos hasta delicados desnudos, muestra la maestría técnica de un escultor que supo captar las corrientes artísticas de su tiempo. Hoy en día, su legado sigue siendo una referencia esencial para entender la escultura española de finales del siglo XIX y principios del XX.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Mateo Inurria (1867-1924): El escultor que marcó la transición entre el realismo y la vanguardia". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/inurria-mateo [consulta: 29 de septiembre de 2025].