Manuel Garnelo y Alda (1878-?). El escultor español que dejó huella en el arte religioso

Manuel Garnelo y Alda (1878-?). El escultor español que dejó huella en el arte religioso

Manuel Garnelo y Alda, nacido en 1878 en Montilla, Córdoba, es una figura destacada en la escultura española del siglo XIX y principios del XX. Su obra, cargada de simbolismo y realismo, se adentró en el mundo del arte religioso, dejando un legado que sigue siendo recordado. Aunque su fecha de muerte permanece en el misterio, su influencia perdura en los monumentos y retablos que adornan varias ciudades españolas.

Orígenes y contexto histórico

Manuel Garnelo y Alda nació en el seno de una familia de gran tradición artística. Hijo de José Ramón Garnelo y Gonzálvez y hermano del también pintor José Garnelo y Alda, creció rodeado de un ambiente artístico que moldeó su vocación. Su talento para la escultura se evidenció desde temprana edad, lo que lo llevó a formarse en varias instituciones académicas de renombre, como la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando en Madrid.

En sus primeros años de formación, una beca que su hermano José obtuvo para estudiar en Roma permitió que Manuel lo acompañara a Italia. Allí, con tan solo doce años, comenzó su educación formal en el arte de la escultura bajo la tutela del escultor Aniceto Marinas. Esta experiencia fue clave para el desarrollo artístico de Manuel, quien más tarde recibiría su propia pensión para continuar sus estudios en Roma, consolidando su carrera como escultor.

Logros y contribuciones

A lo largo de su carrera, Manuel Garnelo y Alda fue reconocido por sus logros tanto en el ámbito académico como en su producción artística. En 1892, consiguió una Mención Honorífica en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su obra Tota pulchra est Maria, una escultura que fue altamente valorada por su realismo y su enfoque en la belleza idealizada de la Virgen María.

Después de completar sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en 1899, Garnelo continuó perfeccionando su técnica en Roma, donde esculpió dos de sus obras más representativas: la estatua de El Segador y el relieve Santa Elena y Constantino. Ambas piezas son ejemplo de su habilidad para captar el movimiento y la expresividad a través de la escultura, combinando el realismo con una interpretación emocional de los sujetos representados.

Garnelo también fue un importante profesor. Tras obtener la plaza de profesor numerario de Carpintería Artística en la Escuela de Bellas Artes de Granada, impartió su conocimiento a nuevas generaciones de artistas. Su paso por la docencia contribuyó a la formación de muchos escultores que siguieron sus pasos, consolidando su influencia en el ámbito artístico.

Momentos clave en la carrera de Manuel Garnelo

  1. 1892: Obtiene una Mención Honorífica en la Exposición Nacional de Bellas Artes por su escultura Tota pulchra est Maria.

  2. 1899: Completa sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en Madrid y viaja a Roma con una nueva pensión para continuar su formación.

  3. El Segador: Durante su estancia en Roma, esculpe una de sus obras más representativas, El Segador, que se caracteriza por su realismo y su capacidad para capturar el movimiento.

  4. Santa Elena y Constantino: Otra de sus esculturas emblemáticas es Santa Elena y Constantino, un relieve que refleja su destreza en la escultura en relieve y su capacidad para dar vida a las figuras históricas.

  5. Estatua del Padre Manjón: En Granada, Garnelo realiza la estatua del Padre Manjón, una de sus obras más conocidas y emblemáticas en la ciudad, que refleja la devoción religiosa y el respeto hacia figuras históricas locales.

Relevancia actual

A pesar de que la fecha exacta de su muerte sigue siendo incierta, el legado artístico de Manuel Garnelo y Alda continúa presente en varias ciudades de España. Su capacidad para combinar el realismo con la expresión emocional lo convierte en uno de los escultores más importantes de su época, especialmente en el ámbito de la escultura religiosa.

Algunos de sus monumentos más conocidos incluyen el retablo de la capilla del Sagrario en Montilla y el de la iglesia de la Concepción en Madrid. Ambos trabajos son ejemplos de su destreza para trabajar con el mármol y otros materiales, así como su habilidad para crear composiciones que expresan profundo sentimiento religioso.

También se le reconoce por su trabajo en el diseño de elementos arquitectónicos, como la lámpara de bronce de la catedral de Orense, lo que demuestra su versatilidad y capacidad para adaptarse a diferentes tipos de encargos. Además, su influencia en la Escuela de Bellas Artes de Granada marcó a una generación de escultores que siguieron su camino, manteniendo viva su memoria en la enseñanza del arte.

Conclusión

Manuel Garnelo y Alda fue un escultor que dejó una huella imborrable en el arte religioso y académico de su tiempo. Su talento para capturar la esencia de sus sujetos, ya sean figuras históricas o religiosas, le permitió crear obras que siguen siendo admiradas hoy en día. Desde su paso por Roma hasta su influencia en la formación de nuevos artistas en Granada, su carrera estuvo marcada por un constante perfeccionamiento y una dedicación al arte que sigue inspirando a generaciones. A pesar de la incertidumbre sobre su fecha de muerte, su legado perdura en los monumentos, retablos y esculturas que siguen siendo venerados en toda España.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Manuel Garnelo y Alda (1878-?). El escultor español que dejó huella en el arte religioso". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/garnelo-y-alda-manuel [consulta: 28 de septiembre de 2025].