Galve, Luis (1908-1995).


Célebre pianista y musicólogo español, nacido en Zaragoza en 1908 y muerto en su ciudad natal en 1995. Comenzó sus estudios musicales en la capital maña, bajo la dirección de Guadalupe Martínez, y poco después pasó al conservatorio de Madrid, donde fue dirigido por José Balsa. Una visita de Arthur Rubinstein a la capital española permitió al maestro judeo-polaco descubrir el talento del joven Galve, a quien recomendó que prosiguiera en París su exitosa formación musical; allí se trasladó el pianista zaragozano, para someterse a la batuta docente de Isidore Philip.

Estos primeros conciertos parisinos difundieron el nombre de Galve por todo el orbe musical, lo que pronto le llevó a interpretar por los principales escenarios Europa y América las partituras de sus compositores predilectos, entre los que se daban la mano los clásicos (sobre todo, Mozart, Haydn y Scarlatti) con los románticos y los autores contemporáneos. También contribuyó notablemente a difundir la música española, con un repertorio que iba desde Albéniz, Granados, Mompou y Falla, hasta Rodrigo, Halffter, Nin, Donostia o Montsalvatge. Solicitado por las exigencias de un público que admiraba este amplio repertorio, pasó largas temporadas en París, Nueva York, Buenos Aires y Puerto Rico. También fijó durante algún tiempo su residencia en Madrid.

Tras coincidir en un concierto con la bailarina Antonia Mercé, ambos fundieron sus respectivas facetas artísticas en un espectáculo mixto de danza e interpretación al piano, espectáculo que dio la vuelta al mundo. La fidelidad a las partituras originales de los autores (que era una de las características más marcadas en el estilo de Galve) no encontró obstáculo alguno a la hora de adaptarse al ballet de la Mercé.

En 1988, el anciano pianista regresó a España y se instaló en su Zaragoza natal, donde habría de fallecer siete años más tarde. En 1993 había sido galardonado con el premio Nacional de Música que le concedió el Ministerio de Cultura, y en 1994 condecorado con la medalla de oro de la Fundación Isaac Albéniz. Su riquísima colección de partituras y los materiales utilizados por él en sus conciertos quedaron depositados, por legado del propio Galve, en los fondos de dicha Fundación.

JRF.