Fugger, Jakob II (1459-1525).
Comerciante y banquero alemán nacido en 1459 y muerto en 1525. Conocido con el apodo de el Rico (‘der Reiche‘), Jakob II es el personaje que ha dado auténtica trascendencia histórica a la importante dinastía de empresarios augsburgueses de los Fugger, en particular a la rama de los Fugger von der Lilie (‘Fugger de los Lirios’).
A inicios del XVI, de él llegó a decir el cronista Clemens Sender que era “la gloria de toda Alemania” y que, además, la fama de su nombre se había extendido por todos los reinos y todos los países, incluso hasta entre los pueblos paganos. Según este autor, emperadores, reyes, príncipes y señores le enviaban sus embajadas; el mismo Papa le saludaba y le recibía como si fuera un hijo; los cardenales se levantaban en su presencia; y todos los mercaderes del mundo declaraban que era un profesional muy ilustrado. Símbolo máximo de esta admiración es el retrato que Albrecht Dürer elaboró de él hacia la misma época, y que nos lo presenta con la majestuosidad y serenidad propias del gran jefe empresarial que era.
Los comienzos de su biografía, sin embargo, no hacían presagiar el éxito económico que iba a experimentar su vida en el futuro. Jakob II era el hijo menor de Jakob I Fugger y, como tal, fue destinado en principio a la carrera religiosa. Pero en 1473 abandonó la iglesia, se convirtió en mercader y entró en la sociedad familiar que ya gestionaban sus hermanos Georg y Ulrich, bajo la dirección de éste último. Al menos desde 1478 se trasladó a Venecia para aprender contabilidad y partida doble. Y, desde la década de 1490, su protagonismo dentro de la compañía fue aumentando paulatinamente hasta que a partir de 1510, tras la muerte de sus hermanos, fue él en persona quien asumió el control absoluto y la titularidad de la empresa, contando para ello con la colaboración subsidiaria de sus sobrinos.
En 1498 se casó con Sibylle Artz, pero la pareja no logró tener descendencia. Quizá por ello, buena parte de las energías vitales de Jakob II se emplearon en el desarrollo de una trayectoria comercial y financiera en la que se reveló como un hombre de negocios muy hábil. Tras su incorporación a la firma Fugger, ésta fue evolucionando poco a poco y, sin abandonar nunca del todo su dedicación original al comercio, se consagró cada vez más a operaciones industriales y financieras relacionadas, por un lado, con las inversiones en la minería de plata y cobre centroeuropea y, por el otro, con la ayuda crediticia prestada a los Habsburgo alemanes, al Papado y, desde 1519, al emperador Carlos V, también monarca español, a quien los Fugger apoyaron con su dinero para obtener la corona imperial.
Con todo ello, Jakob II consiguió que su compañía se convirtiera en la más fuerte de Europa durante el tránsito entre los siglos XV-XVI, con una expansión de negocios prácticamente mundial. Tan sólida fue su posición que, ya en 1523, nuestro personaje se atrevió a recriminar a un soberano tan poderoso como el citado Carlos V el impago de las deudas que la monarquía hispánica mantenía con la empresa, recordándole, de paso, que era emperador gracias a él. Situaciones como ésta reflejan claramente hasta qué punto el poder económico de Jakob II le permitía gozar de una cierta capacidad de influencia sobre la política continental.
Pero, aparte, no se olvidó este Fugger de llevar a cabo acciones filantrópicas y de beneficencia que elevaron enormemente su prestigio. Para la mejor sociedad de Augsburgo, él ofreció magníficas fiestas y torneos de danza, dotó de espléndidas esculturas la iglesia de Santa Ana, hizo levantar una tumba suntuosa destinada a sí mismo y a los suyos y, también para su familia, ordenó la construcción de un complejo de edificios situado en el Weinmarkt (el Mercado del Vino). Para los ciudadanos más pobres de su ciudad, por el contrario, mandó edificar el Fuggerei, un grupo de casas que debía servir de refugio caritativo.
Jakob II murió la noche del 31 de diciembre de 1525, aunque algunos autores retrasan tal fecha hasta el 30 de enero de 1526. Con su desaparición, el linaje Fugger perdió a un individuo que actuó como cabeza de un clan de capitalistas emparentados que confiaron su fortuna a la empresa familiar. Además, con su capacidad personal como negociante, Jakob II consiguió triunfar sobre las tendencias centrífugas, crear una especie de bloque económico unificado, y asegurar la continuidad de la compañía tras los pasos que habían dado sus predecesores.
Bibliografía
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EHRENBERG, R. Le Siècle des Fugger. París, SEVPEN, 1955 (ed. original alemana de 1896).
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KELLENBENZ, H. Los Fugger en España y Portugal hasta 1560. Salamanca, Junta de Castilla y León, 2000 (ed. original alemana de 1990)
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SCHICK, L. Jacobo Fúcar. Un gran hombre de negocios del siglo XVI. Madrid, Ed. Aguilar, 1961.
David Igual Luis (Universidad de Castilla-La Mancha)