Howard Franklin (1956-VVVV). El guionista que dejó huella en el cine negro y la comedia estadounidense
Howard Franklin es una figura notable en la industria cinematográfica estadounidense gracias a su talento como guionista y director. Nacido en Los Ángeles, California, en 1956, su carrera se ha caracterizado por un enfoque distintivo que combina la intriga del cine negro con la agudeza de la comedia inteligente. Su obra ha sido aclamada tanto por la crítica como por el público, consolidándolo como un creador original que sabe capturar atmósferas y personajes con gran profundidad y matices.
Orígenes y contexto histórico
Formado académicamente en Literatura por la Universidad de Berkeley, Howard Franklin es un autor que ha sabido canalizar su formación humanística en narrativas visuales cargadas de contenido. Este bagaje intelectual se percibe en cada uno de sus trabajos, en especial en sus adaptaciones cinematográficas, que destacan por su fidelidad al espíritu de las obras originales y una visión narrativa muy personal.
A mediados de la década de 1980, cuando el cine norteamericano vivía una etapa de renovación marcada por grandes nombres y experimentaciones estéticas, Franklin irrumpió con fuerza en el escenario internacional con su primera gran contribución al séptimo arte: la adaptación de El nombre de la rosa (1986), dirigida por Jean-Jacques Annaud. Esta versión cinematográfica de la célebre novela medieval de Umberto Eco fue un hito tanto en lo comercial como en lo artístico, y colocó a Franklin en el radar de la industria como un guionista talentoso y capaz de lidiar con tramas complejas y contextos históricos profundos.
Logros y contribuciones
Uno de los aportes más notables de Howard Franklin es su capacidad para trabajar géneros tan distintos como el cine negro y la comedia, aportando a ambos una mirada fresca y estilizada. Tras el éxito de El nombre de la rosa, Franklin firmó en 1987 el guion de La sombra del testigo, una de las películas más infravaloradas del director británico Ridley Scott. Esta obra, que mezcla suspense con drama emocional, confirma la versatilidad narrativa del guionista.
En 1990 Franklin se aventuró en la dirección codirigiendo Con la poli en los talones, una comedia negra protagonizada por Bill Murray, Randy Quaid y Geena Davis. La historia narra un peculiar atraco bancario en el que los ladrones se disfrazan de rehenes para escapar, y se convirtió en un ejemplo brillante de cómo se puede entrelazar el humor con el crimen de manera original.
Su primera obra como director en solitario, El ojo público (1992), marca un punto de inflexión en su carrera. Escrita también por él mismo, esta película representa la esencia de su estilo: un guion sólido, personajes memorables y una ambientación precisa. Inspirado en la figura del fotógrafo Weegee, la cinta presenta a Joe Pesci como Leon “Bernzy” Bernstein, un fotógrafo de sucesos de los años 40, que se mueve con igual destreza entre el mundo del crimen y el de la ley.
Momentos clave
La trayectoria de Howard Franklin puede resumirse en una serie de hitos que marcaron su consolidación como autor y director:
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1986: Adaptación de El nombre de la rosa, obra que catapulta su carrera.
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1987: Guion de La sombra del testigo, bajo la dirección de Ridley Scott.
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1990: Codirección de Con la poli en los talones, comedia negra con Bill Murray.
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1992: Dirección y guion de El ojo público, basada en la vida del fotógrafo Weegee.
Estos momentos no solo definieron su carrera, sino que también muestran su evolución como creador, capaz de moverse con soltura en distintos géneros cinematográficos.
Relevancia actual
Aunque su producción no ha sido tan extensa como la de otros contemporáneos, la relevancia de Howard Franklin en el cine contemporáneo permanece vigente gracias a la calidad y singularidad de sus obras. En una época en la que el cine tiende hacia fórmulas repetitivas, su enfoque personal sigue siendo una referencia para aquellos que buscan un cine más reflexivo, estilizado y narrativamente riguroso.
Su capacidad para crear personajes inolvidables, como el fotógrafo Bernzy, y su habilidad para mezclar lo trágico con lo cómico en guiones como el de Con la poli en los talones, demuestran que el verdadero talento no depende de la cantidad de obras, sino de la intensidad creativa que se plasma en cada una de ellas.
Además, el uso de elementos reales y documentales, como en El ojo público, conecta su obra con corrientes del cine de autor que valoran el realismo y el compromiso artístico. No es casual que su protagonista, Joe Pesci, fuera habitual en las películas de Martin Scorsese, otro maestro del cine de atmósfera y detalle.
Filmografía de Howard Franklin
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1990: Con la poli en los talones (codirector)
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1992: El ojo público
Estas dos películas resumen bien su enfoque: una inclinación por las historias fuera de lo común, personajes bien construidos, y un estilo visual y narrativo muy definido.
Howard Franklin representa a esa clase de cineastas cuyo legado se mide más por la calidad y el impacto de sus obras que por su volumen. Cada guion y cada dirección suya son muestras de una narrativa cuidada, una estética coherente y una sensibilidad literaria que enriquecen el panorama cinematográfico estadounidense.
MCN Biografías, 2025. "Howard Franklin (1956-VVVV). El guionista que dejó huella en el cine negro y la comedia estadounidense". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/franklin-howard [consulta: 28 de septiembre de 2025].