José Franco (1685-1758). El astrónomo dominico que conquistó la ciencia desde Sevilla
José Franco, nacido en 1685 en Sevilla, fue un destacado matemático, astrónomo y miembro de la orden dominica, cuya contribución al desarrollo de la ciencia en la España del siglo XVIII resulta especialmente notable por haberla logrado sin una educación formal reglada. Su vida es un ejemplo de autodidactismo y dedicación, alcanzando posiciones académicas relevantes en una época en la que el acceso al conocimiento estaba profundamente restringido. Su obra abarcó tanto el campo de los cálculos astronómicos como los estudios ópticos y teológicos, consolidando su legado como un erudito versátil y comprometido.
Orígenes y contexto histórico
José Franco nació en Sevilla en 1685, en una España marcada por las tensiones de la transición dinástica de los Austrias a los Borbones y un creciente interés por el saber científico, aunque todavía fuertemente controlado por los poderes eclesiásticos. En este contexto, Franco se unió a la Orden de los Dominicos, una de las órdenes religiosas más activas en la promoción del conocimiento en la Península Ibérica, particularmente en las universidades.
Su vocación por las matemáticas y la astronomía floreció en un entorno donde el acceso a los libros científicos era limitado y dependía, en gran medida, del esfuerzo personal. A pesar de estas restricciones, Franco consiguió formarse por su cuenta, profundizando en disciplinas complejas como la astronomía, la óptica y la teología, lo cual demuestra su excepcional capacidad autodidacta.
Logros y contribuciones
El hito más relevante en la carrera de José Franco fue haber logrado en 1741 la cátedra de Astronomía en la Universidad de Sevilla, su ciudad natal. Esta hazaña es doblemente significativa, ya que se produjo sin que él hubiera recibido una formación académica convencional. Su conocimiento profundo, sumado a una evidente habilidad pedagógica y científica, le permitió ser reconocido en el ámbito universitario.
A lo largo de su vida, Franco produjo numerosas obras, tanto en latín como en castellano, centradas principalmente en los fenómenos astronómicos, como los eclipses, que por entonces despertaban gran interés y eran interpretados tanto desde una óptica científica como religiosa.
Entre sus contribuciones más importantes destacan:
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“Cómputo eclesiástico” (1734): una obra clave destinada a calcular con precisión las fechas de las festividades religiosas, como la Semana Santa, que dependen de las fases lunares. Este libro fue de enorme utilidad para el clero y las autoridades religiosas, al establecer un método riguroso y basado en observaciones astronómicas.
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“Tratados sobre óptica, dióptrica, catóptrica, perspectiva y astronomía”: un compendio manuscrito en el que aborda, de forma sistemática, principios fundamentales de la física de la luz y la astronomía. Aunque no fue publicado en su tiempo, su contenido representa un reflejo de la evolución del pensamiento científico del siglo XVIII en España.
Además, José Franco fue académico de la Historia, integrando así una de las instituciones más prestigiosas del saber humanístico en el país. Su inclusión en esta academia ratifica el alcance y la diversidad de su erudición.
Momentos clave
A lo largo de su vida, José Franco vivió varios episodios que marcaron su trayectoria intelectual y profesional. Entre los más destacados figuran:
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1685: Nacimiento en Sevilla.
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Antes de 1741: Formación autodidacta en matemáticas, astronomía y óptica.
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1741: Obtención de la cátedra de Astronomía en la Universidad de Sevilla.
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1734: Publicación del “Cómputo eclesiástico”.
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Fecha no especificada: Redacción del manuscrito “Tratados sobre óptica, dióptrica, catóptrica, perspectiva y astronomía”.
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Fecha no especificada: Incorporación como académico de la Historia.
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1758: Fallecimiento.
Este listado refleja el progreso de un hombre que, sin depender de las estructuras educativas oficiales, fue capaz de alcanzar un lugar destacado en el mundo académico y científico de su época.
Relevancia actual
La figura de José Franco sigue siendo ejemplo de superación intelectual y devoción por el conocimiento. Su legado permanece como un testimonio del papel que jugó la Iglesia, y en particular las órdenes religiosas, en la difusión de la ciencia en la España del Antiguo Régimen. En un tiempo en que las universidades estaban fuertemente ligadas al poder eclesiástico, José Franco destacó como un puente entre la fe y la razón, mostrando que ambas podían coexistir en la búsqueda del entendimiento del universo.
El “Cómputo eclesiástico” tiene aún hoy interés desde una perspectiva histórica y científica, pues permite entender cómo se calculaban las fechas litúrgicas antes de la era de los ordenadores. Asimismo, su manuscrito sobre óptica y astronomía es una valiosa fuente para estudiar la evolución del pensamiento científico en la península.
En tiempos contemporáneos, su historia inspira a quienes, fuera de las vías formales del conocimiento, buscan acceder a la sabiduría mediante la curiosidad, el esfuerzo y la autodisciplina. Su vida demuestra que la pasión por aprender puede derribar barreras institucionales y abrir las puertas de la historia.
José Franco no solo fue un científico destacado de su tiempo, sino también un pionero autodidacta que dejó huella en múltiples disciplinas. Su ejemplo sigue vigente como símbolo del poder transformador del conocimiento.
MCN Biografías, 2025. "José Franco (1685-1758). El astrónomo dominico que conquistó la ciencia desde Sevilla". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/franco-jose [consulta: 29 de septiembre de 2025].