Fish, Olga (1901-VVVV).


Pintora y diseñadora, nacida en Budapest (Hungría), en 1901, en el seno de una familia judía. Residió en Ecuador desde 1939. En este país se ha distinguido por su amor, estudio, promoción y comercialización de las artesanías y artes populares ecuatorianas. En 1906 su familia se trasladó a la ciudad de Gyor donde Olga realizó sus estudios en el Gimnasio de los Benedictinos. Después de la II Guerra Mundial perfeccionó sus estudios en la Kunstakademie de Düsseldorf, donde se casó con el escultor Jupp Rubsam, al que permaneció unida hasta 1930. Dos años más tarde contrajo segundas nupcias con Bela Fish, de quien tomaría su apellido. Con su esposo vivió en Marruecos, Brasil, Italia y Eritrea, y se dedicó a la pintura de todo aquello que más le impresionaba de estos países.

En 1937, huyendo de la persecución nazi, viajaron a Nueva York. Después de realizar una exposición en esta ciudad, y ante la imposibilidad de establecerse en Estados Unidos, decidieron viajar a Quito en 1939. Aquí trabajó como profesora de la Escuela de Bellas Artes, y destacó por sus pinturas, muchas de las cuales se encuentran en museos de Norteamérica y Ecuador. Pronto se fue adentrando en el folklore ecuatoriano y comenzó a formar su gran colección de artesanías, que sería la tercera en su vida, después de la de Hungría, Marruecos y Eritrea (perdida en Gyor durante la II Guerra Mundial) y de la que había formado en Brasil (que desapareció en el naufragio del buque en el que regresaba a Europa). De esta colección le surgió la idea de fundar un almacén de compra-venta de objetos típicos y artesanías del país.

En su quehacer estético se ha distinguido desde hace algunos años en la fabricación y comercialización de alfombras, que ella misma diseña con motivos del mundo indígena. Estos artículos conocieron gran aceptación en el extranjero, hasta el punto de que cinco de ellos adornan diferentes salones del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York. Olga ha viajado a diversas partes del país, investigando el folklore indígena, revalorizándolo y abriéndole caminos en el mercado nacional e internacional. Así ocurrió con las artesanías de bordados de Otavalo, de los colorados de Santo Domingo, de indígenas de Shell Mera, del Puyo y con las cerámicas de las indias de Sarayacu en el Oriente. De la misma forma se interesó por los artistas de la comunidad salasaca, de los pintores naif de Tigua y Zumbahua y de las figuras de masa de pan de Calderón. En 1962 formó parte del grupo de fundadores del Instituto Ecuatoriano del Folklore. En 1985 publicó sus memorias en inglés y español, bajo el título de El Folclor que yo viví. Memorias de Olga Fish.