Inocencio Fernández Martínez (1851-1918): El empresario asturiano que transformó la minería y la industria en el norte de España
Inocencio Fernández Martínez, nacido el 25 de diciembre de 1851 en el Valle del Turón (Mieres, Asturias), fue uno de los empresarios más influyentes de la región durante la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. Su legado sigue siendo un referente en la historia económica de Asturias y, en particular, en el sector minero. Este visionario de la industria no solo transformó el paisaje económico de su tiempo, sino que también encarnó el progreso en una época de grandes cambios tecnológicos y sociales. Su vida, marcada por la tenacidad y la capacidad de adaptación, está llena de momentos clave que lo posicionan como un pionero en el mundo empresarial español.
Orígenes y contexto histórico
Inocencio Fernández Martínez nació en una familia de gran tradición en el Valle del Turón, una zona que, en su época, ya era conocida por su riqueza minera. Desde joven, Inocencio estuvo rodeado del ambiente empresarial, lo que fue clave para su formación como hombre de negocios. La familia Fernández, con su implicación en las minas, le brindó las bases para comprender las complejidades de la industria minera, un sector que experimentaría una gran expansión durante su vida.
La minería en Asturias vivió un auge en la segunda mitad del siglo XIX, especialmente en la zona del Valle del Turón, donde Inocencio veía cómo se desarrollaban y expandían las minas. En este contexto, la región se convirtió en un centro neurálgico de la producción de carbón y otras materias primas, lo que permitió a empresarios como Fernández Martínez alcanzar el éxito. Sin embargo, también fue un periodo marcado por desafíos, tanto tecnológicos como logísticos, que requerían de visión empresarial para ser superados.
Logros y contribuciones
Uno de los mayores logros de Inocencio Fernández Martínez fue la transformación de las Minas Vicente Fernández Blanco en un próspero imperio minero bajo el nombre de Minas Figaredo. Gracias a sus conocimientos y su capacidad para innovar, Fernández Martínez supo aprovechar las nuevas tecnologías de la época, convirtiendo a sus minas en un referente en cuanto a producción y calidad de hulla.
En 1878, las minas Figaredo ya se encontraban en pleno proceso de expansión, y para 1890, la capacidad de producción alcanzaba las nueve o diez toneladas de hulla por hora gracias a la implementación de maquinaria avanzada. Este crecimiento se consolidó en los años posteriores, y en 1897, las minas superaron las 30.000 toneladas de hulla, lo que permitió a Fernández Martínez incrementar la rentabilidad de su empresa al poder vender su producto a un precio más alto debido a su calidad superior.
Innovaciones y expansión empresarial
El éxito de las minas no solo se debió a la capacidad de producción, sino también a la capacidad de Inocencio para diversificar su negocio. En 1897, fundó la sociedad anónima La Covadonga, cuyo objetivo era no solo explotar minas, sino también incursionar en negocios industriales y comerciales. A pesar de que esta sociedad no prosperó como se esperaba y se disolvió en 1902, reflejó la ambición de Inocencio por expandir sus horizontes más allá de la minería.
En 1899, adquirió las Minas de Riosa a través de una subasta pública, con el fin de asegurar una fuente de coque, material escaso en Europa en ese momento. Para resolver el problema del transporte, inició la construcción del Ferrocarril Vasco Asturiana, una obra fundamental para la industria minera de la región. Al mismo tiempo, las Minas de Riosa se constituyeron como sociedad anónima para la explotación minera, lo que marcó otro hito en la historia de su carrera empresarial.
En 1900, Fernández Martínez también realizó su primera incursión en el sector químico, al obtener la patente para el refinamiento del alcanfor y la fabricación del celuloide. Con esta patente, fundó la sociedad anónima Compañía de Productos Celuloides y Refinación de Alcanfor, un paso importante hacia la diversificación de su portafolio empresarial.
El auge y la expansión hacia nuevas industrias
La capacidad de Fernández Martínez para identificar oportunidades no se limitó al sector minero. En 1903, se asoció con otros empresarios para formar la Panadería Modelo de Mieres, mientras que dos años después fundó la Asturiana Santa Bárbara, otra sociedad que diversificó sus intereses hacia nuevas áreas de negocio.
En 1914, con la intención de participar en la subasta de las minas de carbón de Ujo-Mieres, constituyó la sociedad anónima Hulleras de Riosa, lo que le permitió expandir aún más su influencia en el sector. Posteriormente, a través de esta sociedad, Fernández Martínez estableció una nueva empresa, el Sindicato de Estudios de Materias Colorantes y de Productos Químicos, una empresa dedicada a la investigación y desarrollo de nuevos productos químicos.
Momentos clave en su carrera empresarial
La carrera empresarial de Inocencio Fernández Martínez estuvo marcada por varios momentos decisivos, entre los que destacan:
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1878: El inicio de la expansión de las minas Figaredo.
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1890: Implementación de maquinaria avanzada que permitió una producción de nueve a diez toneladas de hulla por hora.
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1897: Superación de las 30.000 toneladas de producción anual de hulla y la fundación de la sociedad anónima La Covadonga.
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1899: Adquisición de las Minas de Riosa y la construcción del Ferrocarril Vasco Asturiana.
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1900: Obtención de la patente para el refinamiento del alcanfor y la fabricación del celuloide.
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1903: Asociación en la Panadería Modelo de Mieres.
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1914: Fundación de la sociedad anónima Hulleras de Riosa y su incursión en el negocio de materias colorantes y productos químicos.
Estos hitos no solo marcan su éxito empresarial, sino que también reflejan su capacidad para adaptarse a los cambios de su época y su visión a largo plazo en un contexto económico y tecnológico que estaba en constante evolución.
Relevancia actual
El legado de Inocencio Fernández Martínez sigue siendo relevante hoy en día, tanto en el ámbito industrial como en la historia de Asturias. Su enfoque pionero en la minería y la diversificación de negocios lo convierten en un modelo a seguir para futuros empresarios. Además, su contribución a la mejora de la infraestructura, como la construcción del Ferrocarril Vasco Asturiana, tuvo un impacto directo en el desarrollo económico de la región.
En un momento en que la minería estaba en pleno auge, su habilidad para anticiparse a los cambios tecnológicos y económicos, como la implementación de maquinaria moderna en sus minas y la diversificación hacia el sector químico, lo posicionó como una figura clave en el crecimiento industrial de Asturias y, en general, de España.
La decadencia económica y el final de su carrera
Aunque Fernández Martínez disfrutó de una época de gran prosperidad, los últimos años de su vida fueron marcados por una crisis económica que afectó a gran parte de Europa. La llegada de la depresión económica de principios de la década de 1930 también impactó en su legado empresarial. A pesar de ello, Inocencio vivió sus últimos años rodeado de riqueza y opulencia, disfrutando de los frutos de un trabajo que había transformado la industria de su región.
En resumen, Inocencio Fernández Martínez fue un hombre de visión, que supo aprovechar las oportunidades de su tiempo y dejar un impacto duradero en la economía asturiana. Su vida empresarial, llena de altibajos, sigue siendo un ejemplo de cómo la innovación, la diversificación y la adaptación al cambio pueden llevar al éxito en tiempos de grandes transformaciones económicas y sociales.
MCN Biografías, 2025. "Inocencio Fernández Martínez (1851-1918): El empresario asturiano que transformó la minería y la industria en el norte de España". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/fernandez-martinez-inocencio [consulta: 14 de junio de 2025].