Federico Guillermo II, Rey de Prusia (1744-1797): El monarca que no pudo superar la sombra de Federico el Grande
Federico Guillermo II, Rey de Prusia desde 1786 hasta 1797, fue una figura clave en la historia de la monarquía prusiana. Nacido en Berlín en 1744, hijo de Augusto Guillermo, quinto hijo de Federico el Grande, Federico Guillermo II ascendió al trono tras la muerte de su tío en 1786. Aunque inicialmente fue recibido con entusiasmo por el pueblo, su reinado se vio marcado por una serie de decisiones políticas que no lograron cumplir con las expectativas que su antecesor, Federico II, había dejado. Su carácter afable y su deseo de mejorar el bienestar de la población se vieron opacados por su falta de experiencia y su incapacidad para mantener el legado de su antecesor.
Orígenes y contexto histórico
Federico Guillermo II nació en un contexto de grandes cambios en Europa. Su abuelo, Federico Guillermo I, había sido un monarca autoritario y militarista que consolidó el poder prusiano, mientras que su tío, Federico II, conocido como Federico el Grande, había transformado a Prusia en una de las potencias militares y culturales de Europa. A pesar de estos logros, Federico II había dejado un legado difícil de manejar: un ejército poderoso y una economía en crecimiento, pero también una administración centralizada y una cultura política autoritaria.
Cuando Federico Guillermo II subió al trono en 1786, se encontraba con un país que, aunque en expansión, estaba profundamente marcado por las huellas de su antecesor. Prusia era una potencia militar, pero su administración estaba llena de contradicciones. El pueblo esperaba que Federico Guillermo II fuera capaz de suavizar el autoritarismo de Federico el Grande y de llevar a cabo reformas que mejoraran la calidad de vida de los ciudadanos. En sus primeros años de reinado, Federico Guillermo II intentó cumplir con estas expectativas, mostrando un carácter afable y un enfoque más liberal en comparación con la rígida disciplina de su antecesor.
Logros y contribuciones
Al principio de su reinado, Federico Guillermo II buscó ganar la simpatía del pueblo implementando varias reformas. Suprimió los monopolios del café y del tabaco, lo que permitió una mayor libertad comercial en estos sectores y facilitó el acceso de la población a productos que antes eran inaccesibles o excesivamente caros. Además, fomentó la instrucción pública, buscando mejorar la educación y el acceso a la cultura para las clases más bajas. Estas medidas inicialmente le ganaron la admiración del pueblo, que veía en él a un monarca preocupado por su bienestar.
Sin embargo, su impulso reformista se fue diluyendo con el tiempo. No supo mantener la fortaleza de las instituciones creadas por Federico II, y su falta de energía y determinación para enfrentar los retos internos y externos de su reinado llevó a un debilitamiento de la estructura política de Prusia. Además, se mostró disoluto e indolente en su vida personal, lo que afectó negativamente su capacidad de gobernar con la eficacia que requería la situación.
Momentos clave de su reinado
Durante su reinado, Federico Guillermo II estuvo involucrado en varios eventos internacionales clave. Uno de los más importantes fue su intervención en los Países Bajos en 1787, donde restableció el estatuto de los Países Bajos obligando a Francia a abandonar a los neerlandeses sublevados. Esta acción fue parte de su política de mantener el equilibrio de poder en Europa y de asegurar la estabilidad de los territorios cercanos a Prusia.
Otro momento destacado fue su influencia en los asuntos orientales, donde jugó un papel crucial en la negociación de la paz entre Austria, Rusia y Turquía. Gracias a su intervención, Austria y Rusia firmaron un acuerdo de paz con el Imperio Otomano, lo que permitió a Prusia fortalecer su posición en Europa Central.
En 1791, Federico Guillermo II también mostró su oposición a la Revolución Francesa al firmar la declaración de Pillnitz junto con Leopoldo II de Austria. Este documento mostraba la voluntad de ambos monarcas de intervenir en los asuntos internos de Francia si la Revolución llegaba a amenazar el orden monárquico en Europa. Sin embargo, los acontecimientos posteriores en Francia, como la victoria de las fuerzas revolucionarias en la guerra de 1792 y 1793, pusieron en evidencia las limitaciones de su política exterior.
La política de repartos de Polonia y el tratado de Basilea
Uno de los aspectos más significativos de la política exterior de Federico Guillermo II fue su participación en los repartos de Polonia, que alteraron el mapa de Europa en la segunda mitad del siglo XVIII. En 1793, Prusia se anexó las ciudades de Danzig y Thorn, mientras que en 1795, Varsovia cayó bajo su control. Estos territorios se sumaron a las adquisiciones previas y permitieron a Prusia consolidar su poder en el este de Europa.
En 1795, Federico Guillermo II también firmó el tratado de Basilea con Francia, un acuerdo que reconoció a Francia la orilla izquierda del Rin. Este tratado fue parte de la política de pragmatismo de Federico Guillermo II, que buscaba evitar una guerra abierta con Francia, aunque este acuerdo también llevó a la pérdida de influencia de Prusia en la región.
Luchas internas y declive del reino
A pesar de sus éxitos militares y diplomáticos, el reinado de Federico Guillermo II se vio marcado por problemas internos. En su intento por frenar el auge del racionalismo y las ideas ilustradas, restringió la libertad de pensamiento mediante el edicto de religión, que reforzaba el control sobre las creencias religiosas y limitaba la difusión de ideas progresistas. Además, acentuó la censura, controlando la prensa y limitando la expresión de opiniones contrarias al gobierno.
El debilitamiento de la administración y el desorden interno llevaron a Prusia a una situación de confusión al final de su reinado. El ejército, que había sido una de las principales fuerzas de Prusia, estaba debilitado debido a la falta de liderazgo y recursos. Las finanzas del reino también se vieron afectadas, lo que dejó a su sucesor en una situación difícil, tanto en términos de política interna como de relaciones exteriores.
Relevancia actual
A pesar de los altibajos de su reinado, Federico Guillermo II jugó un papel importante en la historia de Prusia y Europa. Su reinado marcó el final de la era de Federico II y el comienzo de un período de incertidumbre para Prusia. Sin embargo, la influencia de su política exterior y su participación en los repartos de Polonia sigue siendo un tema relevante en el estudio de la historia de Europa en el siglo XVIII.
Su figura es recordada por su inestabilidad política, su incapacidad para mantener el legado de su tío y su enfoque débil en los asuntos internos de Prusia. A pesar de su popularidad inicial, Federico Guillermo II dejó a su nación en una situación precaria, lo que facilitó el ascenso de nuevos líderes en las décadas siguientes.
La figura de Federico II se mantiene como un referente inalcanzable para muchos historiadores y analistas, mientras que Federico Guillermo II sigue siendo una figura que ejemplifica cómo las expectativas de una monarquía iluminada pueden ser truncadas por la falta de voluntad y liderazgo.
MCN Biografías, 2025. "Federico Guillermo II, Rey de Prusia (1744-1797): El monarca que no pudo superar la sombra de Federico el Grande". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/federico-guillermo-ii-rey-de-prusia [consulta: 28 de septiembre de 2025].