Fahd Ben Abdelasis Al-Saud, Rey de Arabia (1920-2005).
Rey de Arabia Saudí, custodio de las dos mezquitas de la Meca, según la tradición árabe y conocido popularmente como «el rey Fahd de Arabia», nacido en Riad, Arabia Saudí, el año 1920 y muerto el 1 de agosto de 2005 también en la capital del país.
Sexto hijo de los aproximadamente cuarenta que tuvo el rey Abdelasís Abdulrahman Al-Saud, fundador del Reino, fue el primero de los que nacieron de su esposa favorita, Hassa Bin Ahmed al Sudari. El rey Fahd Ben Abdelasís fue el quinto monarca de la familia Al Saúd desde la creación de Arabia Saudí en 1934, tras Abdelasís, Saúd, Faisal y Jaled, a quien sustituyó en el trono en 1982.
Hermano preferido del rey Faysal, se encargó de introducirlo activamente en la escena política. Así, después de realizar sus estudios, tanto islámicos como de cultura occidental, fue nombrado ministro de Educación en 1952, al crearse dicho Ministerio, siendo, por tanto, el primer titular de esa cartera. Diez años más tarde, en 1962, fue nombrado ministro del Interior, lo que le daba autoridad sobre la policía y la administración.
En 1964, tras la destitución del rey Saud IV, fue designado vicepresidente segundo del Gobierno, al acceder al Trono su hermano, el rey Faysal, de quien era su hombre de confianza. Dirigió los Consejos Superiores de Petróleo, Universidad, de la Seguridad Nacional y del Peregrinaje a la Meca. Durante esta etapa, no limitó su actividad al marco interior, sino que mostró un especial interés por la diplomacia y los asuntos internacionales. Representó a su país en numerosos viajes al extranjero. Así, en octubre de 1967 fue recibido por el general De Gaulle durante una visita oficial a París. En 1972 viajó a Túnez, Egipto y Libia.
En 1975, tras las trágica muerte del rey Faisal y al acceder al trono su hermano Jaled, fue nombrado príncipe heredero del Reino y vicepresidente primero del Gobierno. Dada la precaria salud del monarca, que fue operado a corazón abierto en Estados Unidos, el entonces príncipe Fahd fue realmente el rey en la sombra. Como príncipe heredero desempeñó un gran papel moderador en el problema del petróleo, al mismo tiempo que se esforzó en contribuir al arreglo pacífico de los conflictos en Oriente Medio: problemas en los dos Yemen, conflictos fronterizos entre Omán y los Emiratos Árabes Unidos, problemas del sur del Líbano o el conflicto árabe-israelí. Esta actividad le concedió un gran prestigio entre los países árabes como negociador y hombre de paz.
El 14 de junio de 1982, tras la muerte de su hermano Jaled, fue nombrado rey de Arabia Saudí. Dentro de la dinastía wahabita, el rey Fahd fue el personaje con una experiencia de gobierno mayor y uno de los monarcas más pragmáticos del mundo árabe. Amigo de los norteamericanos, acabó por condenar los Acuerdos de Camp David, al tiempo que frenaba la oleada antiegipcia en el mundo árabe. A pesar de declararse antisoviético, ayudó económicamente a Siria.
Protector de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y amigo personal de Yasser Arafat, fue autor de un proyecto, el «Plan Fahd», para una solución negociada en Oriente Medio. Debido a su talante moderador, integró una comisión tripartita sobre el Líbano creada por la «cumbre» árabe extraordinaria celebrada en Casablanca en mayo de 1989, junto con el Rey Hassan II de Marruecos y el presidente de Argelia, Chadli Benyedid.
El 23 de junio de 1989, fue hospitalizado en Riad a causa de un tumor canceroso en los riñones. La salud del rey Fahd empeoró y tuvo que ser trasladado urgentemente al hospital «Rey Faisal», donde un equipo médico, la mayoría especialistas estadounidenses, le practicó un transplante.
En julio de 1990, el rey Fahd restableció relaciones diplomáticas con China. Tras la invasión de Kuwait por Irak, el 2 de agosto de 1990, Arabia Saudí se convirtió en el cuartel general de los 400.000 soldados que EEUU y sus aliados concentraron en territorio saudí con autorización y consentimiento del rey. Estas fuerzas internacionales, dirigidas por EEUU, el 16 de enero de 1991 lanzaron el ataque contra Irak y las fuerzas irakíes situadas en Kuwait. Durante toda la Guerra del Golfo, Arabia Saudí fue la principal base de operaciones militares aliadas y su territorio fue atacado por misiles Scud iraquíes. En 1992, el rey publicó una serie de decretos dirigidos a la desconcentración del poder político y a la protección de ciertos derechos individuales. Aunque en Arabia Saudí no existe Constitución, el monarca anunció el 1 de marzo de 1992 la creación de una «ley básica de gobierno», equivalente a una ley escrita.
En marzo de 1992 confirmó como heredero al trono a su hermanastro el príncipe Abdul-Iah Ibn Abdulasis Al-Saud y en 1993 declaró fuera de ley el Comité para la Defensa de los Derechos Legítimos, organizado poco antes por seis prominentes figuras islámicas.
El 30 de noviembre de 1995, el rey Fahd sufrió una embolia cerebral. Debido a su enfermedad, por primera vez el monarca no acudió a la cumbre de jefes de Estado de los seis países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo (compuesto por Omán, Qatar, Kuwait, Arabia Saudí, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos), que se celebró la primera semana de diciembre de 1995 en Omán y en la que la delegación saudí estuvo encabezada por el príncipe heredero.
El 1 de enero de 1996, el rey Fahd cedió el control del Estado a su hermanastro y príncipe heredero Abdul-lah Ben Abdelasís, dos años más joven que el monarca, para poder reponerse de su enfermedad. El anuncio de traspaso temporal de poderes se realizó mediante un decreto real. El monarca no abdicó del trono, aunque el gesto de ceder el gobierno de los asuntos de Estado resultaba insólito en una monarquía absolutista y especialmente celosa de sus tradiciones, como la saudí. El príncipe Abdul-lah era reconocido por diplomáticos acreditados en Riad como un panarabista, más conservador que el rey Fahd y menos complaciente con Occidente.
El 21 de febrero de 1996, el Rey Fahd reasumió plenos poderes como monarca, después de pasar un mes y medio apartado de sus funciones mientras su salud se restablecía. Revocó el decreto por el que entregaba temporalmente las riendas del poder al Príncipe Abdalah y le agradeció su labor durante la convalecencia. Pese a esta decisión, los padecimientos de salud del monarca le mantuvieron alejado de facto de las tareas de gobierno y, en lo sucesivo, su hermano asumió el desempeño del poder en la sombra. En mayo de 2005, las autoridades del país declararon el estado de alerta y acuartelaron a todas las fuerzas de seguridad, después de que el rey Fahd fuera hospitalizado como consecuencia de una nueva crisis. Poco más de dos meses después, el monarca falleció en Riad.