José Esteve (1741-1802). El escultor de cámara que inmortalizó la espiritualidad en piedra
José Esteve, escultor español del siglo XVIII, dejó una profunda huella en el arte sacro de su tiempo gracias a su extraordinaria destreza técnica y sensibilidad artística. Desde sus primeros trabajos hasta convertirse en escultor de cámara del rey, su trayectoria representa una de las más significativas dentro de la escultura española en el periodo de transición entre los reinados de Carlos III y Carlos IV. Esteve no solo fue un artista talentoso, sino también un referente en la enseñanza escultórica a través de su estrecha relación con la Real Academia de San Carlos.
Orígenes y contexto histórico
José Esteve nació en 1741 en un contexto de renovación cultural e intelectual promovido por las reformas ilustradas del siglo XVIII. Durante estos años, el impulso a las academias de arte y la protección a los artistas promovida por la Corona permitió a figuras como Esteve desarrollar su carrera en un ambiente favorable para el perfeccionamiento del arte.
Inició su formación bajo la tutela de Ignacio Vergara, una de las figuras fundamentales de la escultura valenciana. Posteriormente, perfeccionó su técnica en el taller de Francisco Esteve, destacado maestro del arte escultórico. Estas influencias marcaron los primeros pasos de José Esteve, quien muy pronto desarrolló un estilo personal caracterizado por la gracia compositiva, el detallismo y la elegancia de líneas.
Logros y contribuciones
Uno de los hitos más importantes de su carrera fue su presentación en 1772 del bajorrelieve titulado La Rendición de Valencia por el rey don Jaime a la Real Academia de San Carlos, obra que no solo fue alabada por su calidad sino que le valió el reconocimiento como Académico de Mérito. Ese mismo año nació su hijo, Rafael Esteve, quien con el tiempo se convertiría en el más destacado grabador de su época.
La carrera de José Esteve no solo fue prolífica en obras, sino también en cargos académicos. Escaló en todos los grados de la Real Academia de San Carlos hasta llegar a su cúspide como Director General en diciembre de 1781. Desde esta posición, influyó decisivamente en la formación de nuevos escultores y en la dirección artística de numerosos encargos públicos y religiosos.
Su consagración definitiva llegó con el encargo real para participar en la creación de un Nacimiento del Niño Dios, destinado al Palacio Real durante los últimos años del reinado de Carlos III. Esta obra monumental incluía 80 figuras de 50 cm de altura que representaban con esmero los oficios, trajes y costumbres del Reino de Valencia. Su éxito fue tal que fue llamado por Carlos IV para realizar las figuras principales: San José, La Virgen y El Niño. Este trabajo le abrió las puertas para ser nombrado escultor de cámara en 1790, uno de los títulos más prestigiosos para un artista de la época.
Momentos clave
A lo largo de su carrera, José Esteve firmó una serie de obras religiosas de altísima calidad, muchas de ellas ubicadas en templos emblemáticos de Valencia. Entre sus creaciones más notables se encuentran:
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San Mateo, ubicado en una de las conchas del Cimborrio de la Catedral de Valencia.
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Estatuas de San Pedro, San Jaime y San Judas, instaladas en la capilla de la Purísima Concepción.
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Imagen de la Purísima Concepción, de belleza excepcional.
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En la Capilla de Santo Tomás:
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Bajorrelieve de Las Cuatro Virtudes, en el remate del retablo.
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Bajorrelieve de El martirio de San Blas.
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Las esculturas alegóricas de Devoción y Misericordia.
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Busto del Santo Arzobispo de Valencia, en su nicho correspondiente.
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Estatua de San Vicente Mártir, en la capilla de la iglesia homónima, adornada con varios serafines y un ángel coronando al mártir.
Este conjunto de obras refleja el dominio técnico y la expresividad espiritual de Esteve, quien logró plasmar en piedra y madera una sensibilidad única que trascendía lo decorativo para convertirse en vehículo de fe y devoción.
Cronología destacada
A continuación, se presenta un listado cronológico con algunos de los hitos más relevantes de la vida de José Esteve:
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1741: Nace José Esteve.
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1772: Presenta La Rendición de Valencia por el rey don Jaime a la Real Academia de San Carlos. Nace su hijo, Rafael Esteve.
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1781: Es nombrado Director General de la Real Academia de San Carlos.
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Finales del siglo XVIII: Participa en la elaboración del Nacimiento del Niño Dios para la familia real.
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1790: Es designado escultor de cámara del rey.
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1802: Fallece dejando un legado artístico de incalculable valor.
Relevancia actual
La figura de José Esteve sigue siendo de gran interés tanto para historiadores del arte como para estudiosos del barroco tardío y el neoclasicismo en España. Su obra, dispersa en templos y colecciones, representa una síntesis única de tradición religiosa y sensibilidad académica. El hecho de que haya formado parte de una dinastía artística con su hijo Rafael y su vinculación a instituciones clave como la Real Academia de San Carlos, hacen de Esteve un eslabón fundamental en la historia del arte español.
Además, su legado escultórico es testimonio palpable de una época en la que la escultura servía como herramienta catequética y estética al mismo tiempo. La precisión con la que representó figuras sagradas, su habilidad para dotar de vida y emoción al mármol y la madera, y su capacidad de dirección institucional, lo sitúan entre los grandes maestros de su tiempo.
Su obra no solo decoró capillas y catedrales, sino que también educó e inspiró a generaciones de artistas, consolidando un estilo que marcó el gusto y el canon escultórico valenciano durante décadas. A pesar del paso del tiempo, el arte de José Esteve continúa hablando con fuerza a través de cada figura tallada, transmitiendo la espiritualidad, el simbolismo y el rigor artístico que caracterizaron su extraordinaria trayectoria.
MCN Biografías, 2025. "José Esteve (1741-1802). El escultor de cámara que inmortalizó la espiritualidad en piedra". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/esteve-jose [consulta: 29 de septiembre de 2025].