Fridrik Markovich Ermler (1898-1967): El visionario cineasta soviético que dejó huella en el realismo socialista
Fridrik Markovich Ermler, nacido el 13 de mayo de 1898 en Rezekne, Lituania, y fallecido el 12 de julio de 1967 en San Petersburgo, Rusia, fue uno de los cineastas más influyentes del cine soviético. Director y guionista de renombre, su legado se mantiene vivo no solo en las películas que dejó, sino en su profunda influencia sobre el desarrollo del cine soviético, especialmente en la transición al cine sonoro y en su papel en el realismo socialista. Su vida estuvo marcada por una intensa trayectoria artística que lo llevó a luchar en la Guerra Civil Rusa, ingresar al Partido Comunista, y estudiar Arte Dramático, además de contribuir con sus producciones a la construcción ideológica del cine durante los primeros años de la Unión Soviética.
Orígenes y contexto histórico
Fridrik Ermler creció en un contexto de gran agitación política y social. Nacido en una región del Imperio Ruso que más tarde formaría parte de la Lituania independiente, su juventud estuvo marcada por las tensiones de la Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa. En su temprana juventud, comenzó a trabajar como empleado de farmacia, pero pronto el cine llamó su atención. Aunque su primer interés era el teatro, pronto se inclinó por el cine y comenzó a formarse en la Escuela de Bellas Artes y la Escuela Técnica de Cine en Leningrado (actual San Petersburgo).
La Revolución Rusa y la posterior Guerra Civil fueron eventos clave en la vida de Ermler. Durante este periodo, se alistó en el Ejército Ruso y participó activamente en la Guerra Civil. Fue capturado por el ejército blanco, pero tras su liberación, se unió al Partido Comunista en 1919. Este compromiso político marcó su trayectoria artística y fue un motor fundamental en su evolución como cineasta. Ermler integró su ideología comunista con su visión cinematográfica, lo que lo convirtió en una figura clave en el desarrollo del cine soviético.
Logros y contribuciones
A lo largo de su carrera, Fridrik Ermler se destacó como director y guionista, desarrollando un estilo único que reflejaba las tensiones sociales y políticas de la época. En sus primeros años de carrera, durante la década de 1920, Ermler se mostró como un cineasta experimental, interesado en explorar nuevas formas de narración y en documentar la realidad social de la Unión Soviética. Sin embargo, aunque desarrolló varios proyectos, muchos de estos no fueron completados o se quedaron en borradores. Las películas de este periodo a menudo se centraban en la crónica social, observando cómo los ciudadanos, desde los zapateros hasta los intelectuales, vivían bajo el régimen socialista.
Entre las primeras obras que dejó este período se encuentran Dom v sugrovah (La casa bajo la nieve, 1927) y Parizhkii sapozhnik (El remendón parisiense, 1928). La segunda de estas obras fue una alegoría moral centrada en las enseñanzas del Komosol (la organización juvenil comunista), que sufrió varias lecturas de guion para asegurarse de que no hubiera problemas con las autoridades del Partido Comunista. Estas obras mostraron la capacidad de Ermler para combinar el cine como medio artístico con la función ideológica del Estado soviético.
Uno de los momentos clave en su carrera fue la transición del cine mudo al cine sonoro, que permitió a Ermler codirigir Vstrechnii (Contraplano, 1932) junto a Serguei Youtkevitch. Esta película, que celebraba el decimoquinto aniversario de la Revolución de Octubre, marcó un hito en el cine soviético al incorporar el realismo socialista en una forma más compleja y madura. La música de la película fue compuesta por Dimitri Shostakóvich, cuya colaboración con Ermler se convertiría en uno de los pilares del cine soviético. La canción principal de la película, que más tarde se convertiría en el himno de las Naciones Unidas, es un testimonio del impacto internacional que tuvo la obra de Ermler.
Además, su película Krestianiie (Campesino, 1935) fue un éxito rotundo, tanto en términos artísticos como emocionales, y consolidó aún más su prestigio en la industria cinematográfica soviética. Este éxito le permitió ser parte de una delegación que visitó diversas industrias cinematográficas en Europa y Estados Unidos, un hecho que le otorgó una Orden de Lenin y una mayor visibilidad internacional.
Momentos clave
A lo largo de su carrera, Fridrik Ermler participó en una serie de momentos decisivos en la historia del cine soviético. Entre los más destacados, se encuentran:
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Dom v sugrovah (1927): Esta obra es una de sus primeras incursiones en la crónica social, utilizando el cine para documentar la vida cotidiana de los ciudadanos soviéticos.
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Parizhkii sapozhnik (1928): Una película que representó una lección moral del Komosol, crucial en los primeros años del régimen soviético.
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Omoblok imperii (1929): Su último trabajo en el periodo mudo, una obra sobre el cambio social y la memoria.
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Vstrechnii (1932): Una de sus películas más importantes, que marcó el comienzo del realismo socialista en el cine sonoro.
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Krestianiie (1935): Una de las obras más influyentes de su carrera, que celebraba la figura del campesino en la Revolución.
Relevancia actual
Aunque Fridrik Ermler fue una figura clave en el cine soviético de su época, su legado sigue siendo relevante hoy en día, especialmente en el contexto del estudio del cine de la era soviética. Su capacidad para integrar el realismo socialista con una visión artística innovadora lo convierte en un referente para los estudiosos del cine soviético y del cine de propaganda en general.
Su obra influenció a generaciones de cineastas soviéticos y, en un contexto más amplio, a la evolución del cine como herramienta ideológica y artística. La transición del cine mudo al sonoro, las temáticas sociales y políticas que abordó, y su habilidad para integrar la música de compositores como Dimitri Shostakóvich en sus obras son aspectos que siguen siendo estudiados y admirados por críticos y cineastas contemporáneos.
Filmografía destacada
La filmografía de Fridrik Ermler incluye una serie de películas que fueron clave para el desarrollo del cine soviético. Algunas de las más importantes son:
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1924: Skarlatina
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1926: Deti buri (codirector y coargumento)
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1927: Dom v sugrovah
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1928: Parizhkii sapozhnik
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1929: Oblomok imperii (y guionista)
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1932: Vstrechnii (codirector y guionista)
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1935: Krestianiie (y guionista)
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1938: Veliki grazhdanin (y guionista)
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1945: Veliki perelom (y guionista)
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1955: Neokonchennaja povest’
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1962: Zvanii uzhin/Razhbitye mechty
Conclusión
Fridrik Markovich Ermler fue un cineasta cuya carrera se extendió a lo largo de los periodos más turbulentos de la historia de la Unión Soviética. Desde sus primeras películas experimentales hasta sus colaboraciones con músicos como Dimitri Shostakóvich, Ermler dejó un legado que sigue siendo relevante en el estudio del cine soviético y su evolución. Su capacidad para integrar la política y el arte, su innovador enfoque del cine sonoro y su influencia en generaciones de cineastas lo colocan como una figura clave en la historia del cine.
MCN Biografías, 2025. "Fridrik Markovich Ermler (1898-1967): El visionario cineasta soviético que dejó huella en el realismo socialista". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/ermler-fridrik-markovich [consulta: 28 de septiembre de 2025].